Varios pacientes se quedaron sin comer en un hospital de Vigo por la apertura repentina de camas

PÚBLICO: El comité de empresa de Arcasa, la empresa de cáterin que gestiona el servicio de comidas de los centros del Complejo Hospitalario Universitario de Vigo (CHUVI), ha denunciado que varios pacientes del hospital Meixoeiro se quedaron sin comer la semana pasada como consecuencia de la repentina apertura de camas ordenada por el Servicio Galego de Saúde (Sergas). Según los sindicatos, la decisión, motivada por la saturación provocada por la llegada de enfermos de gripe, habría cogido por sorpresa a los trabajadores, que no pudieron atender correctamente el servicio. La Xunta ha negado los hechos, que califica de "mentira", asegura que el todo funcionó "con normalidad" y que la única incidencia se debió a un paciente que solicitó su comida fuera de hora y cuya petición fue "oportunamente" satisfecha.


La semana pasada, el Sergas abrió 140 camas en los dos grandes hospitales públicos de Vigo, 90 de ellas en el Meixoeiro y otras 50 en el Álvaro Cunqueiro. Según la Xunta, se reforzaron además los cuadros de personal ante el incremento de la llegada de pacientes a Urgencias. Pero los trabajadores de Arcasa aseguran que no sucedió lo mismo con su plantilla, por lo que las cuatro camareras encargadas del reparto de comida se vieron "desbordadas". Además, mantienen que la falta de alimentos provocó que a algunos pacientes sólo pudieran ofrecerles un yogur o unas natillas.

"Los trabajadores y las trabajadoras tuvieron que aguantar todo tipo de quejas y hasta insultos y descalificaciones, cuando la responsabilidad de lo que sucedía era únicamente del Sergas y de la concesionaria por su dejadez y falta de previsión", afirma en un comunicado la Confederación Intersindical Galega (CIG), que cuenta con cinco de los siete delegados en el comité de empresa de Arcasa en el CHUVI. La central también asegura que, ante esa situación, muchos familiares optaron por llevar ellos mismos la comida, "con el consiguiente riesgo para la salud de los pacientes al no tratarse de una dieta controlada".

Arcasa, de la que Público no ha podido recabar su versión de los hechos, se hizo con la gestión de las comidas del CHUVI a principios del verano del 2016, después de que la Xunta recibiera numerosas quejas de pacientes y familiares por el servicio que prestaba la anterior concesionaria, Serunión. La firma subrogó a los trabajadores, que sin embargo denuncian que se ha reducido la plantilla y que los empleados están en muchas ocasiones "saturados" y se ven incapaces de atender a todos los pacientes ingresados. Según el Sergas, las Urgencias de los hospitales del CHUVI recibieron la semana pasada la afluencia de más de 3.000 personas, de las que más de 630 tuvieron que ser ingresadas. Entre el domingo y el martes la media fue de 400, por encima de las alrededor de 350 del año pasado. Por esa razón se decidió abrir más camas, y reabrir la tercera planta del hospital Meixoeiro, que permanecía cerrada desde el tercer trimestre del 2015.

Además de la saturación de trabajo, los trabajadores de Arcasa también denuncian haber recibido quejas de enfermos y de sus acompañantes por la calidad de la comida, que atribuyen al cambio en el sistema de conservación de los alimentos preparados. "La comida está congelada y no da tiempo a regenerarla correctamente", subrayan.

Según los portavoces sindicales, el Sergas decidió cambiar el proceso de preparación y mantenimiento de las comidas del CHUVI tras la apertura del hospital Álvaro Cunqueiro en el verano del 2015. "Antes la comida se cocinaba y repartía en el mismo día, pero ahora se cocina y a continuación se refrigera. Varios días después se somete a un proceso llamado "regeneración" antes de ser servida. Eso hace que llegue en un estado lamentable a los pacientes a pesar de que el personal utiliza para su elaboración productos de primera calidad".


 

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