Una huelga indefinida en la sanidad privada afectará a 500.000 pacientes de la pública

PÚBLICO: Los trabajadores de la sanidad privada de la Comunidad de Madrid han convocado una huelga indefinida para el 27 de noviembre ante la negativa de la patronal para negociar la mejora de algunos puntos de su convenio, que no ha variado desde 2012, según fuentes sindicales.


Se trata de un paro convocado por los sindicatos CCOO, UGT y SATSE al que están convocados alrededor de 18.000 empleados de clínicas y centros privados, pero también concertados y los adscritos a la red pública. Entre ellos hay cuatro hospitales públicos de gestión privada que siguen el modelo sanitario introducido durante el mandato de Esperanza Aguirre. Se trata de los hospitales Rey Juan Carlos de Móstoles, el de Valdemoro, el de Villalba y el de Torrejón de Ardoz, gestionados por empresas privadas y en el que los que los empleados están sujetos al convenio de sanidad privada. La huelga supondrá, sobre todo, el retraso en las citas médicas en estos hospitales, que dan cobertura a más de medio millón de usuarios de la sanidad pública.

El conflicto entre los sindicatos y la patronal, la Asociación de Clínicas Privadas de la Comunidad de Madrid (ACPM) ─que engloba a las grandes empresas sanitarias como Sanitas, Quirón o Asisa─ lleva latente desde septiembre, cuando comenzaron las negociaciones para un nuevo convenio colectivo tras varios años de congelación salarial. Sin embargo, "la patronal no se mueve de su posición desde la primera reunión", afirma José Luis Plaza, responsable del sector de la sanidad privada de CCOO Madrid, quien hace hincapié en que la posibilidad de que la huelga se desconvocara terminó el martes, en la reunión de mediación previa a la huelga. "Volvieron a traer la misma postura que ya hemos rechazado en todas las negociaciones. Cuando pusimos sobre la mesa nuestra contrapropuesta, la patronal se levantó de la mesa y se acabó la negociación, y no se ha fijado ningún otro encuentro antes del día 27", apunta.

Miguel Ángel Sierra, de FeSP-UGT de Madrid, afirma que ha sido "imposible mantener una conversación seria con la patronal", que mantiene las mismas posturas que hace dos años. "Esa posición les beneficia, porque si no acordamos un nuevo convenio seguiremos con el mismo. Los trabajadores hemos perdido la paciencia y no nos han dejado otra alternativa que la huelga indefinida", explica.

La principal reivindicación es salarial. Según los sindicatos, la congelación salarial que sufren desde 2012 les ha acarreado una pérdida de poder adquisitivo del 5%. La oferta inicial de la patronal ha sido mantener la congelación de los salarios de 2016 (porque el nuevo convenio se negocia desde ese año) y una subida del 6,5% desde 2017 hasta 2020, repartida durante todo el periodo. En la fracasada mediación del martes, la oferta mejoró ligeramente y puso sobre la mesa una subida del 7,5% para los próximos cinco años, lo que equivale a un 1,5% anual. Pero también plantea la absorción de los complementos salariales que superen lo indicado en el Convenio Colectivo, algo que rechazan los trabajadores.

Los sindicatos la consideran insuficiente este aumento y proponen una subida salarial media anual del 2% hasta 2019 y que sea revisable, pero rechazan la absorción de los complementos para salarios inferiores a los 45.000 euros anuales.

Los trabajadores también exigen que se reconozcan los domingos y los festivos con un plus económico, ya que "ahora da igual que trabajes un domingo, o un martes o el día de Año Nuevo".  La patronal sólo se ha mostrado dispuesta a ceder tres festivos especiales. Según calculan los sindicatos, las propuestas de la patronal no supondrían ni siquiera un aumento de 20 euros al mes.

Por otra parte, los trabajadores también exigen que se fijen turnos y jornadas que les permitan la conciliación familiar, que los 15 minutos de descanso que reconoce el convenio computen como tiempo de trabajo y que se reconozca el llamado "solape de jornada", es decir, el tiempo que emplea un trabajador que termina su turno a informar de la situación clínica de los pacientes al empleado que empieza el suyo. Al mismo tiempo, piden que se respete y que se mejoren aspectos en materia de salud laboral.

Desde el SATSE lamentan que la patronal "no tiene reparo en publicitar que se gasta millones de euros en tecnología o que tiene importantes beneficios económicos" mientras se niega a "regularizar" los sueldos de sus trabajadores, que en muchos casos "no llegan ni a los 1.000 euros al mes".

Los sindicatos han realizado durante el último mes diferentes asambleas informativas para explicar la situación tanto a los trabajadores como a los usuarios. Recuerdan que la última huelga indefinida en el sector fue en 2008, duró tres días y tuvo un seguimiento del 70%, por lo que esperan que en esta ocasión los trabajadores respondan de la misma manera.


 

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