EL PAÍS: La tercera y última ronda del estudio de seroprevalencia nacional ha confirmado que el 5,2% de la población española ha desarrollado anticuerpos contra el coronavirus. Pero los contagios no han afectado del mismo modo a todos los ciudadanos en función de su ocupación: entre los trabajadores de la sanidad la prevalencia duplica la de la población general, con un 10% de positivos. Otros trabajadores esenciales, como los policías y los bomberos, también registran un porcentaje de contagios superior a la media, del 6,3%. Entre los que trabajan en residencias de mayores, es superior al 7%.
El Ministerio de Sanidad ha presentado este mediodía los datos de un trabajo que ha contado con una muestra de 68.296 participantes, el 77% de los contactados. Más de la mitad participaron en las tres rondas, según ha explicado la directora del Instituto de Salud Carlos III, Raquel Yotti. En la primera y segunda oleadas los datos de seroprevalencia fueron muy similares: en la primera del 5% y en la segunda del 5,2%. “Las diferencias por edad parecen atenuarse en la última ronda”, ha precisado la directora del Centro Nacional de Epidemiología, Marina Pollán, en referencia al hecho de que la prevalencia en niños fue bastante inferior a la de los adultos en la primera oleada.
Que el 5,2% de los españoles hayan desarrollado anticuerpos indica que un 95% siguen siendo vulnerables a la enfermedad, por lo que tanto Yotti como el secretario general de Sanidad, Faustino Blanco, han insistido en un mensaje de prudencia. Tanto a los que no la han pasado como a los que sí: “No hay que relajarse”, ha dicho Yotti a estos últimos, y ha recordado que todavía existe mucha incertidumbre en cuanto a la protección que se genera tras el contagio. Al tratarse de un estudio longitudinal, la encuesta ha permitido comprobar el grado de seronegativización de la población, es decir, el número de personas que, entre una oleada y otra, han dejado de dar positivo a anticuerpos. Entre la primera y la segunda el porcentaje fue del 7%. Entre la primera y la tercera, del 14%.
“No poder detectar los anticuerpos no significa que esas personas no estén inmunológicamente protegidas”, ha precisado Pollán, en referencia a otro tipo inmunidad, la celular, menos estudiada en este coronavirus. Los test serológicos detectan la producción de anticuerpos pero no la inmunidad celular, que es la que puede explicar que personas hayan dado positivo a una prueba PCR (lo que indica que tuvieron la infección activa) y después den negativo en pruebas de anticuerpos. La enfermedad sigue siendo muy desconocida, ha reconocido Yotti. Pollán ha recordado que España está “muy lejos de alcanzar” la conocida como inmunidad de rebaño y ha avisado de que es “muy poco ético” exponer a la población al coronavirus de forma indiscriminada.
La tercera ronda del estudio sigue mostrando gran variabilidad geográfica. Mientras algunas provincias se sitúan entre un 2% y un 3%, otras superan el 10%. Estas últimas coinciden con la zona centro de la península, especialmente las cercanas a Madrid. El porcentaje de seroprevalencia también es mayor en los núcleos de población con más de 100.000 habitantes. Mientras en estos es del 6%, en los municipios pequeños la media es del 4%.
El estudio también ha permitido comprobar los efectos del confinamiento y de la desescalada. Una de las preguntas que incluye la encuesta es la existencia de tres o más síntomas propios de la enfermedad en los últimos 15 días. En la primera oleada un 4% de los encuestados respondió afirmativamente, mientras que en la segunda, con el confinamiento, ese porcentaje descendió al 0,4%. Posteriormente, ya con la desescalada, las personas que referían haber tenido síntomas fueron el 1,1%. “Son datos autorreportados, pero dan una foto más cercana a la fecha en la que estamos”, destacó Pollán.
Entre las personas que manifestaron haber presentado síntomas compatibles con la enfermedad en cualquier momento, el porcentaje de positivos aumenta con el número de síntomas y especialmente en las personas que refirieron pérdida del olfato o del gusto. El estudio también confirma que alrededor de un 2,5% de quienes no notaron ningún síntoma desarrollaron anticuerpos IgG (los que indican que se ha pasado la enfermedad), lo que refuerza la existencia de infecciones asintomáticas.