Andreina, fue por primera vez a urgencias del Gómez Ulla el 3 de diciembre con fiebre y un dolor punzante en el pecho. Le diagnosticaron una infección respiratoria, y le dieron el alta después de prescribir amoxicilina, con la indicación de volver a urgencias si empeoraba según se recoge en el parte médico.
El 31 de diciembre, a las 9 de la mañana, volvió a urgencias. El dolor en el pecho era intenso, y segregaba sangre al toser. Le diagnosticaron neumonía basal. Por la tarde le prescribieron un nuevo tratamiento y le dieron el alta. Pero no mejoraba y cada vez tenía más dificultad para respirar. El 4 de enero, sobre las cinco de la tarde vuelve a urgencias.
Allí, según consta en la denuncia por negligencia presentada en un juzgado por la familia, le dicen en un primer momento que el tratamiento que le habían puesto es lento y "no debe acudir al hospital porque se colapsa". Insiste y a las 9 de la noche le atienen y finalmente la ingresan. 24 horas después, fallecía en brazos de su madre.
El hospital Gómez Ulla, a preguntas de la Cadena SER, asegura ahora que mañana domingo, día 26 le entregarán el informe preliminar de la autopsia y podrán disponer del cuerpo. No lo han hecho hasta ahora, según explican las mismas fuentes porque es precisamente el día 26 cuando su hijo mayor cumple los 18 años. Andrina tenía otro hijo de cuatro años.
El hospital argumenta que lo ha hecho así porque fue él, siendo menor de edad, quien firmó la petición de información en el Servicio de Atención al Paciente, y no su abuela, la madre de la fallecida.
"Es una persona que ha fallecido y tienen que decirle algo a la madre" denuncia Cristina Isacura, abogada de la familia. "Pero siguen sin llamarla". Hasta en cuatro ocasiones se personaron en el Servicio de Atención al Paciente, sin recibir respuesta. Ahora han conocido por la SER cuales son los pasos que va a seguir el hospital
Lo más triste, se lamenta Isacura es que "nadie le preguntó cuando llegó al hospital con neumonía si seguía trabajando, si tenía calefacción en su casa que era una nevera porque no podía pagarla. Nadie le preguntó si estaba comiendo bien, o tenía ropa de abrigo para salir a la calle con una neumonía".