EL PAÍS, José Antonio Padilla Izquierdo, Madrid: Hace ya dos meses que intento conseguir una cita presencial o telefónica con la Seguridad Social. Misión imposible. No es para un tema menor: es para concluir una autorización de asistencia médica para un familiar de 87 años aquejado de una gravísima enfermedad que he acogido en mi domicilio de Madrid porque se encontraba sola en su casa de Londres. Aunque las comparaciones son odiosas, hace tres meses, una sola llamada al NHS en el Reino Unido (equivalente a nuestro INSS) y 10 días más tarde toda la documentación llegó por carta certificada a mi domicilio, desde entonces sigo sin poder tramitar la documentación en España. Con la excusa y el paraguas de la covid-19, hacer gestiones en las administraciones públicas se ha convertido en un agujero negro. O no hay respuesta alguna o me exigen solucionar todo on line. Otra misión imposible para muchos ante unas páginas tan poco amigables como inextricables. Exijo que la Administración me atienda, me responda. Y que los funcionarios se incorporen a sus puestos. Soy contribuyente, no idiota.