elDiario.es: Nervios, ansiedad y mucha concentración. Es lo que se respira a las puertas de la Facultad de Derecho de la Universidad Complutense de Madrid -una de las sedes en las que los futuros médicos se van a poner a prueba este sábado- que, dos horas antes de la convocatoria al examen del MIR de 2024, comienza a llenarse de jóvenes. Algunos acuden solos y deciden sentarse en los alrededores a reflexionar y otros vienen acompañados de amigos para calmar los nervios con unas risas, aunque la mayoría de estudiantes vienen acompañados de sus familiares, quienes “les han acompañado en todo este proceso” y les generan “más tranquilidad”.
Este último es el caso de Claudia, una madrileña de 25 años, que se presenta esta tarde al MIR por primera vez tras acabar la carrera: “Aunque llevo un año preparándome y venía bastante tranquila, es inevitable llegar a las puertas y no sentir nervios en el estómago”, señala. La joven quiere “hacer el examen y después valorar las opciones de especialidades a las que poder optar”, pero tiene claro que la Atención Primaria es una de sus favoritas, de su “top 5”.
“Me gustaría mucho ejercer mi profesión en un centro de salud, tanto urbano como rural, porque el contacto con la gente de los barrios y pueblos me parece algo muy especial. Es cierto que en las ciudades se necesitan médicos, pero veraneo en un pueblo de Guadalajara desde que soy pequeña y se lo importante que es tener un médico en estas zonas”, explica Claudia.
“No he dormido nada esta noche y estoy muy cansada. Creo que no voy a estar al 100% por ello, pero lo voy a dar todo de mi así que voy a confiar en mi misma” dice Alba (24 años) con expresión agridulce. La recién graduada en medicina lleva estudiando desde junio del pasado año para el MIR, y sus prácticas en el hospital le han dejado claro que quiere una plaza en la especialidad de Ginecología y Obstetricia: “Le he dado bastantes vueltas, pero ahora mismo parece que 'gine' es la que está en el top”.
Al preguntarle si la Atención Primaria ha sido en algún momento una opción para ella explica que “no, pero no porque no sea una buena rama”: “Los médicos de familia son el pilar fundamental para todos los especialistas que van después, pero no ha estado nunca en mi pensamiento ya que en este tiempo he descubierto que mi pasión sería estar una parte de mi jornada en un quirófano”, sostiene Alba.
De los 13.966 candidatos y candidatas que este sábado concurren a las pruebas que se celebran en 28 localidades de todo el territorio nacional, la probabilidad y la hemeroteca señalan que la mayor parte terminarán haciendo su especialidad en un centro de salud. Medicina familiar y comunitaria es la que, en cada convocatoria, acumula más plazas y, pese a la crisis que atraviesa la Atención Primaria, el número de nuevos médicos y médicas que eligen esta opción se ha mantenido estable en los últimos años.
De las 8.767 plazas para medicina ofertadas este año, 2.489 son para esta especialidad. Suponen un nuevo récord frente a la convocatoria anterior, cuando hubo 2.455. Aunque finalmente quedaron 131 vacantes, las 2.324 adjudicadas fueron más que el año anterior, con 2.243 y 93 vacantes. En 2021 no quedaron huecos libres: 2.338.
Las portavoces de las principales sociedades de medicina familiar comparten un adjetivo ante las pruebas de este fin de semana. “Estamos expectantes”, señalan. “Queremos animar a quienes hacen el examen a que elijan esta especialidad, si está entre sus preferencias, porque es bonita y les permitirá ser médicos en sentido puro”, indica la presidenta de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), Pilar Rodríguez Ledo, que no esquiva las problemáticas que llevan años plasmando en sus reivindicaciones y que suponen un escollo tanto para mantener a los profesionales como para captar nuevos talentos: “Sí hay una serie de problemas, que son laborales y se pueden modificar”.
Esos problemas están relacionados con zonas de difícil cobertura, pero también con sobre carga o agendas que exceden lo recomendable. “Lo que puede echar para atrás al egresado es lo que está escuchando, que va a llegar a un centro de salud donde su tutor no va a dedicarle el tiempo que precise por la carga de trabajo que hay. No se trata solo de ofrecer plazas, sino de garantizar que esas plazas sean de calidad, que la consulta tenga una demanda estable, de unos 30 pacientes, que puedan dedicar tiempo extra a su preparación, a hacer sesiones, a investigar...”, enumera María José Gamero, que es vocal de la junta directiva de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen).
A Claudia no le echan para atrás las condiciones laborales a las que se está sometiendo a los médicos de Atención Primaria, sino que las considera un motivo más por las que elegir esta especialidad: “La Medicina de Familia en los centros de salud es la base de nuestra sanidad, y si no existiésemos futuros médicos que quieran estar ahí para luchar por mejorarla, nunca acabaría la precarización de la especialidad o incluso dejaría de existir. Tengo claro que aunque tenga vocación, al fin y al cabo es un trabajo y no tiene porqué ser perfecto desde un principio”, argumenta la estudiante.
Sobre las 131 plazas vacantes del año pasado, o las 93 del anterior, se muestra más optimista la presidenta de la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria (Semfyc), Remedios Martín: “Como el número de plazas es muy alto, quedan algunas sin adjudicar. El problema sería que en una especialidad que ofrece 20 plazas, quedaran vacantes”. Visto en perspectiva, en la convocatoria de 2023, esta especialidad sumó antes más plazas que otras que terminaron agotándose. Por ejemplo, cuando endocrinología, que tenía 103 plazas, las agotó, ya habían elegido medicina familiar 191 aspirantes. Ocurrió lo mismo con las 82 de reumatología, cuando ya había 406 para atención primaria. O las 157 de neumología, que se agotaron cuando medicina de familia iba por 637.
La ministra de Sanidad, Mónica García, ha reivindicado “un esfuerzo entre todas las comunidades autónomas, de la mano del Ministerio, para que la atención primaria sea una profesión atractiva” y así “retener el talento que hoy se examina y mañana se forma”.
García ha declarado que “lo que estamos viendo son pérdidas de vocaciones que creo que, como país, no nos podemos permitir”. Sanidad intenta paliar con el aumento de plazas una de las especialidades menos atractivas entre los opositores y que, año tras año, presenta vacantes y tiene las mayores tasas de abandono.
“Los que hemos pasado por ahí les decimos que es un día en el que se pasan muchos nervios, pero después vienen las satisfacciones”, ha animado la ministra al dar a los médicos la bienvenida al sistema sanitario, al que se ha referido como “uno de los pilares fundamentales de nuestra sociedad”.
Uno de esos candidatos es Carlos, que este sábado salía del metro de Ciudad Universitaria con paso acelerado y apuntes en la mano. “¿Puedes caminar más despacio?” le preguntaba su pareja. “Ay, déjame, son los nervios por quitármelo de encima”, ha respondido. El madrileño de 28 años se ha presentado por primera vez al MIR y no puede estar más contento de que haya llegado el día y no quería pensar en nada más que en escribir todo lo que sabe. “Aún no sé qué especialidad quiero hacer. Voy a hacerlo y ya después veremos, no vaya a ser que mi gozo acabe en un pozo”, ha dicho mientras reía.
“Hay muchos sitios donde se elige familiar antes que otras especialidades”, incide Martín. Aunque admite, como sus compañeras, que “la situación laboral de sobrecarga de muchos centros de salud hace que no sea atractiva”, pero enmarca este hecho, “a la carga de trabajo, no a la especialidad”. “Las plazas que quedan vacantes son casi siempre las mismas, en sitios de difícil acceso, en lo que se llama España vaciada o desierto médico”, lamenta.
Un colectivo que tiene especialmente difícil la elección de especialidad es el de los médicos extracomunitarios que tratan de acceder a la sanidad española, ya que únicamente pueden optar a un 4% de las plazas totales. Sandra y Rocío, de 26 y 28 años respectivamente, vienen desde Perú para hacer este examen MIR por primera vez: “Desde la facultad encontré un cariño especial por Cardiología y vengo a darlo todo por conseguir una de las plazas, ya que me he esforzado muchísimo”, explica Sandra.
A su compañera Rocío le llaman la atención las especialidades de Geriatría o Reumatología, aunque no descarta terminar en la Atención Primaria: “No me importaría ser médico de familia en un pueblo. Es más, me gustaría, pero ahora mismo lo importante es conseguir una plaza de ese 4% del total y después ver los huecos que nos quedan a los extracomunitarios” señala la joven peruana.
También desde Colombia. María Fernanda tiene 43 años y es la segunda vez que viene desde Bogotá a España a presentarse a este examen: “Hace dos años vine a probar y no hubo suerte, ¡es un examen muy duro! Desde entonces he estado estudiando y preparándome para conseguir una plaza en la Psiquiatría pública española... vamos a ver qué sucede esta vez”, resume.
Con todo, las doctoras inciden en la importancia de que los y las estudiantes de medicina conozcan la especialidad. “Te permite atender al paciente de forma continuada e integral. Y si hay tiempo, no hay límite: podemos hacer ecografías, cirugía menor, dermatología, infiltraciones... Las áreas de competencia son infinitas”, señala Gamero, que lamenta que no todas las facultades tienen esta asignatura. “Nuestros graduados no conocen la Atención Primaria desde que inician la carrera de la misma forma que un hospital, pero cuando hacen prácticas en centros de salud, tienen el mayor grado de satisfacción”, explica Rodríguez Ledo.
Con cientos de nuevos residentes llegando cada año a los centros de salud, el siguiente escollo es que terminen su especialidad o que se queden tras acabarla, para paliar el déficit de profesionales de atención primaria. La curva de nuevas plazas no ha parado de crecer, pero formar a un médico o a una médica lleva una década, mientras la generación del baby boom dibuja un horizonte de sangría de personal, con uno de cada tres médicos de cabecera con más de 60 años.
Precisamente, el informe Oferta-Necesidades de Especialistas Médicos 2021-2035, publicado a principios de 2022, ya alertaba de que 2027 sería el año crítico, con un “un déficit global de unos 9.000 médicos, que se debe sobre todo a la falta de médicos en medicina familiar y comunitaria”. Un punto de inflexión que en los últimos años el ministerio de Sanidad ha tratado de equilibrar con el aumento de plazas convocatoria a convocatoria. “Es hora de resarcir la deuda con nuestra atención primaria sin más dilación”, se comprometió la ministra Mónica García en su toma de posesión. No en vano, explica Gamero, “los médicos de familia atienden y resuelven más del 80% de los problemas de los pacientes”.