EL PAÍS: José Ignacio Echániz (1963), consejero de Sanidad de Castilla-La Mancha y secretario nacional de Sanidad y Asuntos Sociales del PP, dice sentirse incómodo en la sede de la Consejería —“extremadamente lujosa”— construida en época socialista. El consejero critica esa “deuda recibida” en forma de “sanidad de ladrillo” para excusar las abultadas listas de espera quirúrgica generadas en su mandato y la deuda con proveedores y con las farmacias, que asegura haber pagado ya. Su comunidad ha aplicado un duro tijeretazo a los presupuestos sanitarios —un 15% menos en tres años—, ha recortado personal y trató de cerrar las urgencias de una veintena de pueblos. Este médico bregado en el mundo de la gestión y la política, considera un “gran éxito” de la ministra Ana Mato el pacto sanitario firmado hace unos días. Su comunidad anunció que privatizaría cuatro hospitales, pero finalmente ha dado marcha atrás. Afirma que ya no es necesario.
Pregunta. ¿Qué modelo sanitario defiende?
Respuesta. El de mi partido y el que creo que es consensuado por todos los españoles desde hace más de 30 años: un modelo de gestión sanitaria financiado con fondos públicos, y gestionado instrumentalmente como a cada uno le parezca oportuno, en función de buscar la mayor eficacia y eficiencia. Ningún paciente en mis 30 años de trabajo en el sistema de salud me ha preguntado cómo se gestiona un hospital o quien lo opera. Lo que me han dicho es si les habían tratado bien el médico, si la enfermera había sido cariñosa, si les habían hecho esperar.
P. Los pensionistas llevan un año pagando por sus fármacos. Usted comentó que la cantidad que aportan era el precio de cuatro cafés.
“¿Por qué es relevante si las gestoras tienen ánimo de lucro?”
R. Sí, eso me costó un disgusto. Aunque en realidad no son cuatro, son dos, porque la media de participación en la cuota del gasto farmacéutico en esta región es de 1,7 euros al mes. Por tanto, son menos de cuatro; pero no quiero volver a hablar de los cafés.
P. Para algunas familias puede ser una comida.
R. En Castilla-La Mancha 30.000 personas con hijos a su cargo, que pagaban un 40% de sus medicinas y que están en paro ya no pagan nada. Yo me quedo con ese dato que es mucho más relevante que el que mi abuela pague 1,7 euros al mes. Ese gasto me parece más que justificado por haber conseguido bajar un 25% el gasto farmacéutico en la región. Con ello hemos logrado, además, que la gente no almacene fármacos que no necesita.
P. ¿Qué le parece el pago de parte del transporte sanitario no urgente, o de las prótesis?
R. Me parece que en un sistema sanitario público que da todo a todos hay que saber qué es parte de la cartera básica, la que tiene que ver con los procesos sanitarios, y qué son situaciones complementarias. El transporte es una asistencia complementaria. La sanidad se ha ido decorando --aunque esa quizá no sea la palabra más oportuna-- con otros instrumentos que se han financiado cuando ha habido época de bonanza. Ahora, cuando han caído los ingresos parece razonable que todos pensemos en preservar lo básico y veamos si se puede cubrir el resto.
“El transporte sanitario es una asistencia complementaria”
P. Esas prestaciones decorativas o complementarias, como las llama, puede ser por ejemplo la reproducción asistida. ¿La sanidad pública debe ser, como ha dicho la ministra, solo para curar?
R. Esencialmente, filosóficamente, la sanidad está para solventar problemas de salud. Esa es la finalidad del sistema sanitario. Creo que hay otras prestaciones que están en el sistema público que se podría cubrir desde otros departamentos como el de Seguridad Social, el de Mujer o el departamento social. No tienen por qué estar en el presupuesto de Sanidad cosas que no son atención a la salud. Si queremos preservar la sanidad debemos focalizarnos en sanidad. Si las comunidades quieren cubrir otras prestaciones del mundo mundial, pues que las financien.
P. Según usted, debería salir de la cartera todo lo que no cura. ¿Qué pasa con la prevención, la salud pública, las vasectomías…?
R. Yo no tengo criterio en esa materia. Deben definirlo los profesionales y para ello el Ministerio se ha dotado de una serie de comisiones. Un responsable político no puede opinar.
“La sanidad no se defiende con pancartas sino
con gestión útil”
P. Usted, además, es médico.
R. Pero no tengo criterio. Hay cosas que no se deben prohibir, que son derechos, lo que hay que ver es quién lo paga. ¿Quieren los ciudadanos financiar con sus impuestos cosas que no tienen que ver con la salud sino con las decisiones personales? No. ¿Tiene derecho una persona de Toledo a adoptar un niño? Sí. ¿Se lo tienen que pagar los impuestos de los ciudadanos? Esa es la pregunta.
P. Los ciudadanos también se preguntan por qué se paga a unos y a otros no. Es el caso de la reproducción asistida, vetada para parejas de mujeres o mujeres solas.
R. Hay un criterio muy relevante, el de enfermedad. Si hay un problema en el aparato reproductor femenino o no lo hay.
P. ¿Y si el problema es del hombre?
R. Exactamente lo mismo.
P. En las parejas heterosexuales se considera que el problema de uno es de ambos. Se toma a la pareja como un ente. En cambio, en las de mujeres que como pareja no pueden concebir fisiológicamente no se ve así.
R. No tengo criterio... No soy experto. Yo no quiero limitar a nadie su derecho, lo que quiero es que haya criterios técnicos comprensibles e iguales para todos. Opinar que esto es la 'derechona' que quiere limitar derechos es equivocarse.
P. Sugería trasladar ciertas prestaciones a áreas como Mujer ¿A qué se refería?
R. Bueno, si hay una consejería de Asuntos Sociales que decide financiar programas para avanzar en tal dirección debe poder hacerlo. Lo que digo es que la sanidad no tiene por qué financiar cosas que no tienen que ver con la enfermedad.
P. ¿Por ejemplo? ¿Las interrupciones voluntarias del embarazo?
R. Es una buena pregunta para la que no tengo criterio, respuesta, ni la he pensado. Pero creo que tiene que haber criterios. Me parece que estas cuestiones deben adoptarlas quienes están al frente de las especialidades y de los servicios; los que saben. Lo que hay que lograr es que se cree una homogeneidad y no el lío que se ha montado en los últimos años.
P. Pero esa inequidad es la radiografía que tenemos.
“Aquí había médicos que ganaban 300.000 euros al año”
R. Que había. Pero se ha hecho más por la homogeneidad en los últimos años que en los últimos 20. Lo que pido es que dejemos de usar la sanidad como una maza política con la que pegarnos en la cabeza. Yo intento no pelearme con la oposición, pero me encuentro con posturas cada vez más críticas. Yo no tengo que demostrar nada, yo he sido consejero en Madrid, he hecho las transferencias, he abierto hospitales, he apostado por la sanidad pública y he hecho muchas cosas por ella. La sanidad no se defiende con pancartas sino con gestión útil para los ciudadanos. Y los ciudadano tendrán mejor recuerdo de mi si he hecho una política sostenible para salvar vidas que si hago pirámides majestuosas con una plaquita que diga: 'esto lo hizo el consejero Echániz'.
P. ¿Cuando habla de pancartas se refiere a las movilizaciones de las mareas blancas?
R. Sí, las movilizaciones de la izquierda, evidentemente.
P. ¿Son movilizaciones de la izquierda o de los profesionales sanitarios y de los ciudadanos?
P. ¿Sabe lo que le pasó a una amiga mía? Una amiga mía policía estaba en la puerta del Ministerio en una de esas manifestaciones y una de las chiquitas que sujetaba una pancarta se cayó desmayada. Empezaron a pedir un médico y tardaron 15 minutos en encontrar uno en esa manifestación. Mi sensación es que esas manifestaciones estaban más nutridas por personas habituales de sindicatos y colectivos que están todo el día en la calle, especialmente contra un gobierno del PP, que de sanitarios. Personas que por la mañana se ponen la camiseta verde de la Educación, a medio día la naranja por la ley de Dependencia y por la tarde la blanca, por la sanidad. Yo soy médico, he estudiado en Madrid y le digo que ninguno de mis compañeros enfermeros o médicos han estado en esas manifestaciones que son más de carácter político.
P. Pero ni esos amigos ni ningún otro colectivo sanitario ha apoyado el plan privatizador. ¿Por qué?
R. Ese no es su cometido. Ellos están en los quirófanos operando. No salen porque no les gusta meterse en política.
P. Eso no es cuestión política.
R. Claro que lo es. Un Gobierno tiene legitimidad con sus instrumentos legislativos para hacer lo que le parezca oportuno con sus servicios. Esas manifestaciones son más de carácter político y de defensa de cuestiones laborales que de defensa de modelo. Porque el modelo no se ha tocado, sigue siendo un modelo público operado por quien consideran. En Andalucía no se ha manifestado nadie cuando hay instrumentos exactamente iguales.
P. Pero no se está haciendo lo que se está haciendo en Madrid.
R. Bueno, en la Sierra Norte de Cádiz, hay una empresa que se llama Hermanos Pascual que opera un hospital privado.
P. No hay que confundir concierto y concesión.
R. Bueno, concesión es lo que hay en el Aljarafe. El Servicio Andaluz de Salud ha concedido toda la asistencia sanitaria integral de una comarca de 250.000 almas a una operadora privada.
P. ¿Tiene ánimo de lucro esa empresa?
R. Yo no le pregunto a nadie si tiene ánimo de lucro.
P. Es relevante. Las empresas que entran en Madrid sí tienen.
R. ¿Por qué es relevante? ¿Y las empresas de carreteras, y las de alumbrado público, y las educativas?
P. ¿Está comparando la gestión de una carretera con la gestión sanitaria?
R. Yo no comparo nada. Lo que digo es que una sociedad civil rica es la que crea empleo. Y el 80% del empleo del país lo genera la empresa privada, que paga los impuestos para que podamos tener sanidad pública.
P. ¿Qué le parece el modelo de Madrid? ¿Lo comparte?
R. Me parece respetable. Si lo hubiera compartido lo hubiera puesto en marcha al 100% en Castilla-La Mancha. Creo que cada circunstancia territorial es distinta. Esta es una región de cinco provincias muy extensas, con baja densidad de población, mucho mundo rural. Es una forma distinta de abordar la sanidad. Aquí hubiera sido muy difícil encontrar operadores para un hospital comarcal de 50 camas.
P. ¿Fue eso lo que motivó que decidieran no privatizar cuatro hospitales como habían previsto?
R. En nuestro plan de garantías había 100 medidas para lograr el objetivo de déficit. Esa era una. En el momento en que cumplimos el objetivo, ya no era necesario.
P. Pero usted aseguró que la gestión privada ahorraría un 20%.
R. Si yo necesitara en estos momentos un 20% para salvar la sanidad no dude que pondría en marcha esas y otras medidas.
P. Entonces en realidad no querían que la gestión fuera privada. Lo hacían porque no les quedaba otro remedio. Si pueden elegir, no privatizan.
R. Cuando uno llega tras 30 años de Gobierno socialista, se hace planteamiento estratégico, el nuestro fue de salvación de la sanidad. Nos dejaron una deuda de 5.000 millones de euros, el presupuesto de dos años. Para resetear habría que haber cerrado todos los hospitales y centros de salud dos años. Dos años después no hemos cerrado nada y hemos llegado al objetivo de déficit. ¿Eso significa que nuca más nos lo planteamos? Hoy, no.
P. ¿Qué va a pasar con el hospital de Toledo, cuya construcción paralizaron hace 18 meses?
R. Se sacará a concurso la construcción y los servicios generales, como se hace en todos los centros de nueva construcción. No tiene sentido que la sanidad tenga jardineros y operadores de ascensores y escaleras mecánicas. Hay pequeñas y medianas empresas que pueden hacer un gran trabajo, mejor que nosotros, a buen precio. No sé por qué nos cuestionamos eso en este país. Los socialistas aquí se hincharon a dar dinero a la privada, a concertar con empresas, pruebas, operaciones... A Capio yo le he tenido que pagar una fortuna de la deuda que me dejó el consejero anterior. Y yo, desde que estoy aquí, le he dado cero.
P. ¿Por qué no publican sus datos de lista de espera desde diciembre pasado?
R. Están cerrando las cifras. Hemos mejorado un 9,32%, y eso sin un plan extraordinario como el que vamos a poner en marcha a partir de ahora. Lo hemos logrado incrementando la productividad en horario normalizado, sin peonadas y sin sacar a la privada. Los equipos quirúrgicos están trabajando más que antes. Es muy sencillo: los incentivos perversos generan situaciones perversas, y si tú a un equipo quirúrgico por la tarde le estás pagando que ponga una prótesis a 600 euros y la tenía programada por la mañana, la tendencia es a ponerla por la tarde porque así tiene una compensación extraordinaria. Es que es humano.
P. Pero la retirada de esas peonadas de tarde ha generado un enorme incremento en las listas de espera.
R. Pero gracias a eso hemos dejado de financiar una situación bastante injusta, solo para algunos profesionales. Fíjese un médico clínico, un internista, que no opera, que no tenía compensaciones monstruosas. Aquí había médicos que ganaban 300.000 euros al año.
P. Usted dijo que los profesionales que hacían peonadas actuaban de mala fe.
R. Yo digo que los incentivos perversos generan situaciones perversas. Se veía una bajada de rendimiento por las mañanas y un aumento de las cirugías por las tardes, porque por la tarde se rentabilizaban. Eso lo entiende todo el mundo, es humano, no es una crítica. Es como en las teorías de Pavlov: el animal responde de una manera equivocada cuando le das un azúcar. Los incentivos en los seres humanos funcionan. Ahora intentamos poner incentivos positivos: incentivamos al médico que no tiene lista de espera, no al que la tiene. Antes al revés.
P. Castilla-La Mancha es una de las autonomías que más ha incrementado la lista de espera.
R. Estoy pagando la lista de espera del PSOE de los años 2007-2012, la sacada a la privada de hace cinco años. Es muy fácil coger lo que había antes: sacar la lista a la privada y decir que la pagabas. La estamos pagando nosotros. La lista de espera se ha aumentado razonablemente. Nada urgente, nada grave, ha tenido que esperar. Ahora pondremos en marcha un plan para reducirla dotado con 15 millones de euros; podría haber pasado esos pacientes a la privada, pero me ha parecido mucho más responsable desde el punto de vista de la sanidad pública invertir en medios propios.
P. Los tribunales han obligado a que mantenga abiertas las urgencias rurales que usted pretendía cerrar en varios pueblos. ¿Siguen pensando cerrarlas?
R. Nosotros hicimos un planteamiento moderno de la gestión de las urgencias, que el sistema sanitario sea a domicilio. Los jueces seguro que son unos magníficos juristas, pero de la organización del sistema sanitario en el mundo rural no tienen por qué saber; y es lógico que no sepan, pero tomaron una decisión. Nosotros la respetamos, la asumimos, y haremos otro abordaje. Tenemos ocho grupos de trabajo elaborando un plan técnico.
P. Usted que no tiene problema en hablar en público, qué le parece que Rajoy compareciera a rastras para hablar de Bárcenas.
R. Bueno, yo soy miembro del comité ejecutivo de mi partido y he oído hablar a Rajoy de estos asuntos desde el primer día. Me parece que ha tenido un comportamiento impecable. Creo que en el Parlamento tuvo una respuesta consistentísima, inteligentísima. A mí me ha dejado profundamente tranquilo —no es que estuviera intranquilo— y creo que a la mayor parte de los ciudadanos también. Creo que ha hecho lo que tenía que hacer un presidente del Gobierno, que es tomarse esto con responsabilidad, sentido común y prudencia; que no es seguir lo que te dicen otros, sino lo que te dicte tu conciencia, tu responsabilidad y tu posición en la sociedad, que es ser primus inter pares, el cabeza de este país en materia de gobierno. Yo he recibido todas las respuestas que he necesitado dentro y fuera de mi partido. No tengo ningún reproche que hacer y lo ha hecho muy bien.
P. ¿Cree de verdad que los ciudadanos sienten que se ha explicado suficientemente?
R. Cada uno es como es, y Rajoy es un hombre inteligente, prudente y responsable que ha dado las explicaciones que le han parecido… Es él quien debe tomar sus decisiones. Yo no soy quién para decirle cual es el modus operandi. Ni estoy en su posición ni sé qué hubiera hecho yo en su lugar. Me pareció una respuesta contundente solvente, inteligente y responsable en un momento apropiadísimo y sobre un tema que a ninguno nos gusta pero que ha surgido. Lamentablemente la naturaleza humana tiene estas cosas: gente que obra bien y mal; gente que es honesta y que no; que actúa en la vida conforme a la ética o en contra.