Cadena SER: El Ramón y Cajal es el único de los grandes centros madrileños que no cuenta con un hospital de día oncohematológico (cáncer y leucemia). Allí se juntan los pacientes oncológicos con los de neurología, medicina interna, gastroenterología, inmunología, etc. El departamento cuenta con 25 sillones y nueve camas y atiende, de media, a 80 enfermos cada día, aunque ha habido jornadas en las que se superaron los 110 tratamientos. También hay una sala con seis sillones pero son exclusivos para los pacientes de ensayos clínicos.
Hay pacientes que están citados, a otros los deriva el especialista después de pasar por la consulta. En ambos casos primero tienen que hacerse una analítica, esperar el resultado y en función del mismo se les prescribe el tratamiento. El oncólogo traslada la petición de la mediación al departamento de Farmacia del hospital para que elabore la fórmula específica para cada tratamiento.
En Farmacia también hay problemas. Allí trabajan diez especialistas, ocho por la mañana y dos por la tarde, pero sólo cuentan con dos cabinas de bioseguridad para elaborar las medicaciones. "Algunos combinados se elaboran rápido, para otros se necesita media hora", dicen los trabajadores. "Siempre vamos con el tiempo justo y además nos hacen priorizar los tratamientos de los ensayos clínicos sobre los de los pacientes comunes".
El miércoles de la semana pasada la saturación fue tan alta que el departamento de oncología se vio obligado a colgar un cartel para avisar a los pacientes: 'Por sobrecarga asistencial no se podrán administrar los tratamientos prescritos hoy en el mismo día, quedando programados para días sucesivos'. La Dirección del Hospital se ha desvinculado de la nota y, aseguran, que están investigando quién pudo haberla colgado
"Lo pasas mal", nos dice una enfermera del hospital de día, "ves las horas y horas que pasan aquí sentadas en los sillones unas personas que están enfermas y cansadas. No les puedes decir el tiempo que falta para que llegue su medicación porque tampoco lo sabes. Son doblemente pacientes."
Todo el personal coincide en que es un problema de mala gestión. La supervisora del hospital de día es la que se encarga de todo. "Debería haber alguien más que pudiera organizar con todas las especialidades que nos van derivando pacientes como si tuviéramos espacio suficiente"