Sanar cambiando la forma de pensar

El Huffington Post, Salvador Casado: La complejidad de la vida nos lleva muchas veces a callejones aparentemente sin salida donde nos atribulamos y somos incapaces de salir. Hay problemas que superan nuestra capacidad de adaptación y nos sumen en procesos mentales de lavadora centrifugando que no cesa. Ya saben, dar vueltas a toda velocidad. El desgaste es mayúsculo, terminamos el día agotados sin saber qué nos pasa, cuando hemos pasado horas exprimiendo la capacidad de cálculo de nuestro ordenador cerebral sin habernos dado cuenta. 


Reproducimos ecuaciones, escenas, imágenes o películas una y otra vez sin que nos satisfaga el resultado. Este proceso mella nuestro ánimo y merma nuestras energías. Al final, terminamos experimentando un grado considerable de malestar que puede terminar sobrecargando el cuerpo con una contractura en el cuello o la espalda, dolores de cabeza, de tripa o cualquier síntoma que imaginen. Esto es lo que termina llevándonos al médico. Si este es diligente, nos dará un remedio que nos alivie pero solo si tiene una visión biopsicosocial, experiencia y una gran dosis de entendimiento humano será capaz de darse cuenta de que posiblemente haya una causa que origine nuestro mal.

El malestar y el sufrimiento suelen ser las formas con las que la vida nos pone a las claras que es necesario cambiar de programa mental.

Nuestra forma de pensar tiene el poder de modificar nuestros sentimientos e incluso nuestro cuerpo. Esta frase debería escribirse con grandes letras en todas las salas de espera del sistema sanitario. Y digo más, deberíamos llevarla escrita en nuestras agendas o en el móvil. Si el malestar o algún sentimiento incómodo anidan en nuestra cabeza es necesario preguntarnos qué es lo que pasa. Habitualmente nos encontraremos con necesidades no cubiertas o con problemas que no somos capaces de resolver. Atrevernos a reformular la situación y generar un nuevo pensamiento, una nueva imagen o una nueva solución será la llave que nos permita apagar la loca lavadora interior que nos tiene agotados.

Es verdad que los psicólogos son realmente buenos para esto, también lo es que la mayoría de nosotros somos capaces de crear nuevos pensamientos si nos lo proponemos. El problema es que a veces no lo hacemos porque no nos damos cuenta de que estamos atascados. El malestar y el sufrimiento suelen ser las formas con las que la vida nos pone a las claras que es necesario cambiar de programa mental. Dependerá en parte de nuestra sagacidad el que estos avisos sean de mayor o menor intensidad. Tal vez por eso los antiguos griegos tenían en gran estima el conocimiento personal: como gente práctica que eran, ya sabían que en una vida tan corta como la nuestra cuanto menos se sufra mejor

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