Renuncia el último médico de tarde en un centro de salud de Vallecas: “Nos han dejado caer”

elDiario.es: Era la crónica de una muerte anunciada. El centro de salud Vicente Soldevilla, en Puente de Vallecas (Madrid), ha perdido esta semana a su último médico titular en turno de tarde. Daniel García, que era quien ocupaba este puesto, ha presentado este miércoles su carta de dimisión “tras darle muchas vueltas y con gran tristeza”.     


En los últimos meses, los pacientes del barrio vallecano de San Diego se encontraban con que muchos días no había médico a partir de las seis de la tarde. Entre traslados, renuncias y bajas por sobrecarga que no se han cubierto, de los ocho puestos médicos de tarde que hay en el centro, quedaban “dos y medio”, explica García elDiario.es.      

“O se intervenía de manera rápida o era imposible”

La delicada situación que vive este centro de salud del sur de Madrid no es nueva: profesionales, pacientes y sindicatos llevan años denunciando su “abandono” por parte de la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid. Según datos del sindicato médico AMYTS, en el Vicente Soldevilla faltan seis médicos de familia de las 16 plazas que tiene. “O se intervenía de manera rápida o era imposible”, advirtieron los médicos a sus superiores de la Gerencia, según explica Daniel García. De ellos recibieron “buenas palabras”, pero no hechos. “Necesitamos recursos ya, no dentro de dos años; la situación es crítica”, recalca el médico.

“El deterioro de las condiciones de atención a pacientes ha ido cuesta abajo y sin frenos”, lamenta García, que lleva cuatro años en su puesto y también hizo su residencia en el Vicente Soldevilla. El médico cuenta que los “puestos sin cubrir” y las bajas de otros compañeros “por no poder más” han ido “sobrecargando las agendas” de los profesionales hasta un punto “insostenible” que iba camino de “cronificarse”. 

Ahora, de los 30.000 pacientes que atiende este centro, “entre 10.000 y 15.000 no tienen o no van a tener médico asignado”, apunta García, de modo que quedan repartidos entre otros médicos del centro, lo cual, a su vez, sobrecarga aún más sus agendas y elimina la longitudinalidad –la relación estable y mantenida en el tiempo entre el mismo médico y sus pacientes– y la continuidad que deberían caracterizar a la atención primaria. “No es posible atender a la gente de una manera digna sin conocerla”, lamenta García. “Estamos haciendo polvo a la gente”. 

“La gente ya ha aprendido que no puede venir al médico, y eso no puede ser”

Hace apenas un mes, AMYTS insistía en la necesidad de un plan de rescate “urgente” para centros de salud en estado “crítico” como este de Puente de Vallecas. Entonces explicaban que durante las negociaciones de la última huelga de Atención Primaria en la Comunidad de Madrid, entre noviembre de 2022 y marzo de 2023, el Comité de Huelga reclamó medidas específicas para esta falta de médicos. Pese al acuerdo alcanzado, señalan, la Consejería de Sanidad dejó para futuras negociaciones “abordar la problemática de estos centros caídos”. Y entretanto, el tiempo ha pasado y el problema se acrecienta.

Daniel García explica que en los centros de salud de barrios más humildes es “donde más necesidad hay” y, sin embargo, esto no se traduce en una mayor inversión. “En La Moraleja hay más gente con seguros privados que en el barrio de San Diego, y además las dificultades socioeconómicas conllevan más enfermedad y mortalidad, pero no hay un ajuste de inversión en función de esto”, sostiene.

García narra jornadas en su centro de salud que se alargan hasta las diez y media de la noche, tras atender a 60, 80 o 90 pacientes, frente a los 34 como máximo que acordaron con la Comunidad de Madrid para poner fin a la huelga del pasado año.     

Ahora, cuando los sanitarios del Vicente Soldevilla se reúnen con la Gerencia para explicar sus problemas, cuenta Daniel García, esta recomienda a los profesionales que den “educación sanitaria a la gente para utilizar los recursos”. “¿Cómo nos pueden decir esto cuando no hay una cita posible a un mes vista? Es una manera de culpabilizar a los pacientes”, critica García. “Si la mitad de la gente viene, ya estamos desbordados; ¿solo pueden venir si les da un infarto?”, plantea. “La gente ya ha aprendido que no puede venir al médico, y eso no puede ser”, lamenta el médico. 

De momento, Daniel García seguirá atendiendo en el Vicente Soldevilla hasta el 15 de febrero para tratar de cerrar casos pendientes, y su intención es “volver cuando haya unas condiciones mínimas”. “Me siento parte de esta comunidad, de este barrio”, reconoce.      

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