Relato de una enfermera en el turno de noche

ABC: La carta de una enfermera del Hospital Virgen Macarena de Sevilla a su sindicato, el Satse, a la que ha tenido acceso ABC, pone de manifiesto las circunstancias en las que trabajan los profesionales de la sanidad pública y la falta de medios materiales y humanos que sufren los pacientes a diario en los hospitales sevillanos.


   

Trabaja, concretamente, en la unidad de Otorrinolaringología y Maxilofacial y denuncia «la gran falta de recursos a la que nos están exponiendo en este hospital».

Relata que el domingo 17 de febrero se incorporó a su turno para trabajar y «nos encontramos que no viene el enfermero que le corresponde de retén general, que es un hueco sin cubrir, y que, a su vez, se presenta una urgencia de un paciente traqueotomizado».

Los compañeros de la noche se quedaron para ayudarla pero se fueron cuando los médicos se hicieron cargo de la urgencia con lo que «me fui quedando sola». Luego llegó otro compañero, sobre las diez de la noche, de la planta de Neurología que dejó, a su vez, a otro enfermero solo.

«Al día siguiente entro en el turno de noche y tampoco se presenta nadie. Se llama al supervisor y me dicen que no hay nadie y que se está buscando. Entonces mandan a una enfermera de urgencias pero a las dos de la mañana se presentó el supervisor para llevarsela y me dejó sola con 29 pacientes», asegura.

  Dos urgencias a la vez  

De todos ellos, y según la carta, «6 estaban traqueotomizados, 3pacientes, con bomba de perfusión; y 2, inestables». Pero el calvario de la enfermera no queda ahí pues «sobre las 3 de la mañana se presentaron dos urgencias al mismo tiempo de traqueotomizado para aspirar».

«La auxiliar fue a uno; y yo al otro, quedando la segunda auxiliar libre por si acaso surgía otro problema. Tuve que poner toda la medicación intravenosa, cómo le pones la medicación a unos y a otros no, pues el supervisor de guardia me dijo: 'Haz lo que puedas... prioriza'».

«Es injusto para los pacientes, para mí y mis compañeros que nos estén sometiendo a un limite ya insufrible. Por favor no más voces calladas. Ya está bien. Enfermería dice que no podemos más y, encima, esto es sólo el principio. Gracias y pido disculpas si he cometido errores de expresión, son muchas las cosas que se quedan sin contar», termina su carta la enfermera.

 

 

  

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