EL PAÍS: Castilla-La Mancha ha conseguido rebajar seis puntos su déficit. La receta de su presidenta, Dolores de Cospedal, fue la de recortar y recortar sobre todo en la reducción del número de interinos y hasta cuestiones, como el cierre de urgencias nocturnas en los pueblos, que han sido tumbadas por los tribunales. La rebaja del déficit es un hecho tan objetivo como el tijeretazo metido a los funcionarios y servicios públicos y la subida de tasas.
Pero el caso es que mientras se reducía el déficit, Castilla-La Mancha ha subido un puesto en el ranking de comunidades más endeudadas y, en términos relativos, la ha situado como la segunda comunidad autónoma con mayor endeudamiento en relación a su PIB (un 27,8%, lo que supone 10.190 millones de euros) solo superada por la Comunidad Valenciana (29,3 %), según los datos publicados por el Banco de España. El dato incluye el fondo del pago a proveedores y el recibido a través del rescate autonómico, FLA, al que se acogió Castilla-La Mancha.
Fuentes del Gobierno de Cospedal aseguran que durante 2012, la deuda solo se ha incrementado en lo permitido, 500 millones de euros, y que el resto responde a la conversión en deuda bancaria de las "facturas ocultas, no reconocidas" heredadas de anteriores gobiernos socialistas.
La gestión económica de Cospedal ha sido uno de los puntos en los se ha centrado la crítica socialista que ahora destaca que, pese a haber incrementado la deuda bancaria en más de 3.600 millones de euros, la Junta de comunidades de Castilla-La Mancha sigue debiendo cerca de 2.000 millones a proveedores, entre los que no solo se encuentran empresas sino también ayuntamientos. Estas deudas suponen que los empresarios han cobrado solo el 42% de su trabajo en gastos corrientes y únicamente el 39% de las inversiones, según datos de ejecución presupuestaria publicados por el Ministerio de Hacienda.
Los socialistas admiten la reducción de la deuda comercial pero señalan que esta (21,39%) es mucho menor que el incremento de la bancaria (56,16%).
Dolores de Cospedal también fió parte de la recuperación de sus cuentas al incremento de ingresos. Sin embargo, la ejecución de presupuestos a 31 de diciembre de 2012 desvela que Castilla-La Mancha recaudó en 2012 un 2,27% menos que en 2011.
Como ha ocurrido en otras comunidades, las aportaciones del sistema de financiación y los adelantos suponen que el déficit presupuestario no financiero se eleve. En el caso de Castilla-La Mancha, al tener un PIB reducido, la “ayuda” del Estado se deja ver más y por ello el déficit presupuestario no financiero se sitúa en el 2,71% del PIB.
“Su política económica no es que no haya resuelto la situación sino que la ha empeorado por la elevada deuda, a la vez que se ha producido un desplome en la actividad económica por la que también se han reducido los ingresos”, resume el portavoz del PSOE en las Cortes de Castilla-La Mancha, José Luis Martínez Guijarro.