Las noticias de Cuenca: Todavía falta un mes y una semana para que termine el verano, pero, hasta la fecha, este está siendo el primer verano de los últimos cinco sin colapsos ni terceras camas en el hospital Virgen de la Luz de Cuenca.
Y ello no es debido a que las consultas y los ingresos hospitalarios se hayan reducido, pues el porcentaje de ocupación es similar al de los últimos años, desde la segunda quincena de julio de en torno al 95 por ciento de media en servicios como Medicina Interna, Cirugía, Urgencias y Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), según fuentes del Sescam, sino a la apuesta del Gobierno de Castilla-La Mancha por mantener abiertas todas las camas, contratar nuevos profesionales y cubrir al menos parte de las vacaciones y de las incapacidades temporales del personal.
En el caso de las plantas, mientras que en los años en que María Dolores de Cospedal fue presidenta de Castilla-La Mancha se convirtió en norma cerrar en verano la segunda B y otra unidad que variaba cada año con el argumento de que la demanda bajaba en esta época, el gobierno que preside Emiliano García-Page ha convertido a Cuenca en el único hospital de la región sin ningún cierre de plantas durante el estío. La razón, que considera que Cuenca se convierte en estos meses en una provincia “receptora”, tanto de turistas como de conquenses que el resto del año residen fuera pero, sobre todo en agosto, vuelven a su lugar de nacimiento, propiciando que determinados municipios dupliquen y hasta tripliquen su población.
Y puesto que parte de esas personas pueden acabar requiriendo los servicios de la sanidad pública, son 59 las camas que hay de más con respecto a los últimos veranos del total de 370 operativas con que cuenta el hospital. Esto permite al Área Integrada de Cuenca gestionar más rápidamente los ingresos sin que se produzca, como en la pasada legislatura, la demora de pacientes en Urgencias a la espera de que quedara libre una habitación o de que se tomara la decisión de reabrir una de las plantas cerradas, un paso que no era tan sencillo de dar. “Cuando no había habitaciones libres, teníamos que aguantar a la gente en la sala de observación. Y a veces se aguantaba al máximo, porque abrir una planta de hospital no es tan fácil como abrir una casa en el pueblo: implica tener que llamar a toda una serie de profesionales para que se pongan a ello, lo que si se quiere hacer de un día para otro, genera problemas”, apunta Rubén Paz, del sindicato UGT y médico de Urgencias en el hospital.
También, fruto de aquellas prácticas, hubo días con pacientes de muy diverso tipo ingresados en una misma planta. Por ejemplo, en Pediatría hubo días en los que se ingresó a ancianos, algunos de ellos enfermos graves que llegaron a morirse en la planta, según revela personal del hospital a Las Noticias.
Cierto es que 370 camas no son demasiadas para Cuenca –para el nuevo hospital se prevén 508, pues, sobre todo en invierno, en algunos momentos de gran demanda aún tiene que introducirse una tercera cama en alguna habitaciones– pero hay más margen para maniobrar. “Es bueno que el hospital no llegue nunca a llenarse, sino disponer de un colchón por si se producen accidentes graves o cualquier tipo de contingencia”, señala Paz.
Más personal
A la apertura de todas las plantas hay que añadir el incremento del personal en relación a los últimos años. Es cierto que fueron más de 500 los despidos registrados entre 2012 y 2015 en la sanidad pública conquense, pero al menos en lo que llevamos de legislatura se ha producido el incremento de una treintena de profesionales solo en el hospital (diez médicos, ocho enfermeras, seis auxiliares de enfermería, un técnico de radiología, otro de laboratorio y tres supervisoras) y algo más de 80 han pasado de eventuales a fijos.
A ello hay que añadir la contratación eventual para sustituir las vacaciones de verano de algunos trabajadores. Según datos del Sescam, en Enfermería han sido contratados un 21 por ciento de profesionales más que el verano pasado incluyendo auxiliares, matronas, fisioterapeutas y técnicos.
Esto ha llevado, por ejemplo, a que se agotara la bolsa de trabajo de enfermería, de la que formaban parte unas 3.000 personas. “Tras tantos años en el paro y sin que se hicieran contrataciones, mucha gente en bolsa terminó yéndose de aquí y se buscó la vida en otros sitios, por lo que al empezar a llamar la bolsa se quedó a cero”, señala María José Peralta, de la Plataforma en Defensa de la Sanidad Pública.
Así, “se ha tenido que echar mano de una bolsa complementaria, con profesionales recién egresados”, apuntan Yolanda Miranzo, de CCOO, e Isabel Zafra, vicesecretaria provincial del Sindicato de Enfermería (Satse).
Gracias a este incremento del personal, las intervenciones quirúrgicas con respecto al pasado verano han aumentado en torno a un 10 por ciento, las pruebas diagnósticas un 14 por ciento y las consultas externas un 8 por ciento.
Atención Primaria
El incremento ha sido especialmente importante en Atención Primaria: las sustituciones han aumentado con respecto a hace un año más de un 75 por ciento en medicina y más de un 80 por ciento tanto en enfermería como en personal no sanitario. Esto ha beneficiado sobre todo a los pueblos, pues el reto de la Gerencia era “lograr mantener la atención sanitaria en los núcleos de población rurales muchos, de los cuales multiplican su población en estas fechas estivales”.
Los sindicatos valoran también que, gracias a ello, los fijos han podido organizar mejor sus vacaciones.
MEDICINA NUCLEAR
Entre lo que se echa de menos, Pilar Rubio, de la Plataforma en Defensa de la Sanidad Pública, apunta a la contratación de un segundo médico en el servicio de medicina nuclear del hospital, situación que obliga a cerrar el servicio cuando el único existente se coge vacaciones.
Pese a ello, las listas de espera, aunque CCOO advierte que se demoran más de lo deseable en Traumatología, continúan bajando, y desde octubre de 2015 hay 303 personas menos en lista de espera quirúrgica, 447 menos en espera diagnóstica y 115 menos en espera para técnicas diagnósticas, según los datos que ofreció recientemente Mari Luz Fernández, directora provincial de Sanidad. Esto a su vez evita la saturación de las consultas y permite que los usuarios sean atendidos “sin aglomeraciones”, según destacan en Satse.
MEJOR AMBIENTE LABORAL
Asimismo, esta nueva política lleva a que los profesionales de la sanidad pública de Cuenca desempeñen su labor “más a gusto” que en veranos anteriores. “Aunque no estemos bien del todo, como en los buenos tiempos, y el trabajo sea duro, hay mucho mejor ambiente gracias a unas mejoras que la gente valora y que les permiten poder dar un buen servicio y tomarse sus libranzas en condiciones”, señala Miranzo.
“El personal trabaja a pleno rendimiento, y lo tiene que hacer con muchísimo esfuerzo porque los pacientes son cada vez más ancianos, pero todo el mundo ha podido cogerse sus vacaciones con normalidad y ya no tienen que llamarnos en nuestras vacaciones para cubrir determinadas horas, lo cual es de agradecer”, añade Peralta.
“Está claro que, en verano, la actividad no llega al ciento por ciento, como el resto del año, porque es en estos meses cuando la gente se coge las vacaciones, pero al menos se ha intentado que la actividad siga funcionando lo mejor posible, y es lo que está ocurriendo”, concluye Paz.