infoLibre: La sonrisa es el espejo del alma, por eso se tuerce cuando la enfermedad nos roba las ganas de mirar el reflejo de nuestra cara. Darnos la energía para cambiar ese gesto de tedio y abandono es la misión última de los payasos de hospital. "Intentar mejorar la salud emocional y mental, el bienestar anímico", según resume a infoLibre la creadora y directora artística de Saniclown, Verónica Macedo.
Saniclown es la Asociación Nacional de Clowns de Hospital. Una organización sin ánimo de lucro que está declarada de Utilidad Pública Nacional y que cuenta con el sello de trasparencia y buenas prácticas de la Fundación Lealtad por su intachable e incalculable labor de rehabilitación espiritual. Por lo general, dentro del hospital, aunque la pandemia les ha llevado a ampliar sus actividades el entorno online (con videollamadas y vídeos personalizados) o a visitas domiciliarias. Y no solo para niños, aunque sean su público más numeroso.
"Saniclown no es solamente para niños, es para todas las personas, para familiares y también el personal sanitario", remarca Macedo, quien enfatiza en la importancia que tiene la "humanización" y el "cuidado de la salud y del bienestar emocional" de las personas cuando están en una "situación de hospitalización". "Es muy saludable estar con humor y cariño en esos momentos de fragilidad, rompiendo la rutina y permitiendo otro tipo de pensamientos", remata.
Antes de la pandemia, Saniclown trabajaba en tres hospitales públicos de la Comunidad de Madrid: Niño Jesús (desde 2004), Gregorio Marañón e Infanta Leonor. Precisamente este último es el primero al que han podido volver recientemente, retomando así parte de la actividad que desarrollaban antes de la pandemia. Un regreso progresivo a la vieja normalidad, que da un paso más este fin de semana con una nueva edición en el Teatro Circo Price de Madrid de la gala solidaria La vuelta al mundo en 1001 risas.
Un espectáculo de circo que, tras agotar entradas en 2021, vuelve este sábado 9 de abril y este domingo día 10 para hacernos viajar y conocer la figura del clown de hospital con un doble objetivo: sensibilizar sobre la relevancia del payaso de hospital en el bienestar emocional de los pacientes, y mantener las intervenciones regulares con las que cuenta Saniclown en los hospitales de la Comunidad de Madrid.
Intervenciones como las de Julián Contreras, payaso llamado Líquido en Saniclown, quien atiende a infoLibre literalmente saliendo del Hospital Infanta Leonor para detallar lo que acaba de hacer en la planta de pediatría: "Una mañana normal, llegamos al hospital, nos cambiamos en una habitación que nos ceden y nos preparamos. Hablamos de lo que tenemos pendiente y vamos al control de enfermería a presentarnos y a que nos cuenten quien está ingresado. Las enfermeras nos dan las pistas. Hoy había muy poquitos, pero les hacía bastante falta porque llevaban ya unos días y alguno con algún aislamiento".
La intención inicial no es buscar la risa directamente, sino "mejorar la energía de la habitación" a través del juego. "Así la risa va a aparecer", destaca Contreras, quien explica que al entrar en una habitación, siempre con el permiso último del niño ingresado, intentan ver "por donde van los tiros". "No es que vayamos directamente a hacer un espectáculo, sino que intentamos saber qué es lo que le interesa al niño o a la niña, qué le gusta", añade.
Y lo ejemplifica en un caso práctico: "Entras en la habitación y hasta que llegas a encajar con el niño vas probando. Este niño tenía unos cinco años y hemos averiguado que le encanta dibujar y nos ha dicho que sobre todo en las paredes. Así que hemos pintado con la imaginación en la pared blanca del hospital y ahí es cuando le hemos visto verdadero interés porque le estábamos implicando a él. Ha sido muy bonito comprobar cómo él pasa de no participar a elegir los colores y decir que quería pintar a su madre".
Así se implica al niño, a las familias y a todos los que estén por allí, con la intención última de que "el juego se quede en la habitación" cuando los payasos se hayan marchado. "Se produce un alivio generalizado, los pacientes y sus familias se sienten más relajados y queridos. Y se relacionan menos a la defensiva muchas veces con el personal sanitario, a quien también queremos cuidar e integrar. De hecho, los servicios de atención al paciente dicen que cuando nuestro trabajo va bien hay menos quejas de todo", destaca Macedo.
Esta es la parte más amable y agradecida de una labor que implica, evidentemente, una pesada carga emocional. Eso hace aún más especial y necesaria la labor de estos clowns hechos de una pasta más resistente de lo normal. A nadie se le escapa que en todo esto "hay una parte muy delicada porque toca mucho a la persona y te puede generar mucha tristeza y dolor". No pilla por sorpresa esta confesión de Macedo, quien admite, asimismo, que el desgaste emocional al que se ven sometidos les lleva a no poder evitar llorar cuando se enteran del fallecimiento de algún niño.
"Eso es algo muy fuerte", subraya, para luego explicar: "Por eso nosotros cuidamos a nuestros payasos y tenemos una psicóloga. Yo misma soy terapeuta gestáltica para poder apoyar a mi equipo y cuidarme yo también. Porque sabes de la lucha de la familia y la dedicación de los médicos, que en ocasiones no pueden evitar pérdidas irreparables. Esto no es para todo el mundo".
Remarca también que "no es lo mismo" ser un payaso de hospital que actuar en un teatro, en un circo o donde sea porque, para empezar, en este caso se entra en un entorno "íntimo y vulnerable donde no han pagado por verte". "Hay mucho trabajo de psicología y de adaptación a la energía del momento y el lugar. En una habitación de hospital vas a empoderar a la persona que estás visitando, y también tienes que saber retirarte dependiendo del momento".
Y cuenta otro caso práctico Julián Contreras, el payaso Líquido: "El último niño que hemos visto esta mañana tenía seis años. Siempre entramos cuando el niño nos da permiso, y este decía que no quería, que mejor que no. Así que mientras nos íbamos, le decíamos que íbamos a estar por el pasillo un rato y que nos avisara si quería que fuéramos a verle. En ese instante, mi compañero me estaba apuntando con una lucecita que tenía en un dedo, de manera que cuando lo ha visto ha cambiado de idea y nos ha dicho que pasemos".
Para poder seguir realizando estas labores de acompañamiento y auxilio espiritual, Saniclown convoca las galas de este fin de semana en el marco del ciclo del Ayuntamiento de Madrid llamado Price en Primavera. La recaudación íntegra irá destinada a continuar con los actuales proyectos con niños y adultos con los que Saniclown cuenta en Madrid, y que apoyan el cuidado del bienestar emocional de los pacientes, familiares y personal sanitario.
Entre los números de las galas de este año nos encontramos con la rueda Cyr de Suzon Gheur; la magia y ventriloquía de Jaime Figueroa; los portes acrobáticos de la compañía Tókà; la escalera aérea de la compañía Peto a Peto; la verticalista Libby Halliday, el mimo Siro López y Marcelo David Ndong; y como maestra de ceremonias a Monsalmon.
"Nuestra gala anual es el evento más importante para nosotros porque nos da independencia para seguir con nuestros proyectos. Es un acto de sensibilización, no solo de recaudación. Es para Saniclown la oportunidad de llegar a mucho público a la vez con un mensaje muy fuerte", termina Macedo, antes de una última confesión final de Contreras: "Esta labor la hacemos por los pacientes, pero también por nosotros. Es terapéutico por ambas partes".