Diario Sanitario, Miguel Ángel Molina (paciente): El diccionario de la RAE define «paciente», del latín patiens/-entis, de cinco maneras diferentes. Si al adjetivo lo tornamos en nombre, tomando como sujeto a una persona real (llamémosle fulanito), que se presenta en el Hospital General Universitario de Albacete, una fría tarde de diciembre, a que le pongan la tercera dosis de la vacuna contra el COVID, las acepciones en el diccionario habría que apostillarlas de la siguiente manera.
1. adj. Que tiene paciencia.
Este es el caso de fulanito cuando acude a la hora en la que ha sido citado, pide la vez en la cola y se espera diez minutos, media hora y, apurando, hasta una hora.
2. adj. Que manifiesta o implica paciencia.
Fulanito, cuando después de hora y media, piensa que la cola no avanza porque el procedimiento no debe de ser tan rápido como él había experimentado al recibir la primera y la segunda dosis de la citada vacuna.
3. adj. Fil. Dicho de un sujeto: Que recibe o padece la acción del agente.
Aquí fulanito se percata también de que lo que él recibe o padece es la «acción de la gente», de esa serie de gente que, mientras espera, descubre que ha acudido al Hospital antes de la hora en la que ha sido citado o, sencillamente, se ha presentado sin ni siquiera una cita, sabedores estos pícaros aprovechados de que las horas de las citas nadie las controla y basta con pedir la vez en la cola como si se estuviera en una pescadería.
4. m.y f. Persona que padece física y corporalmente, y especialmente quien se halla bajo atención médica. A fulanito le duelen los pies, las piernas, la espalda… Empieza a tener calambres cuando cumple las dos horas de espera. Pero no es solo él, que va a recibir la vacuna por estar sometido a un tratamiento que desploma las defensas, también muchas otras personas padecen esta desorganización, donde los reproches, las quejas y los recelos bien podrían parecer una escena de una comedia italiana de los 50. La mayor parte de los que allí se enervan y verbalizan su cabreo son personas mayores, a las que por edad se les está pinchando la tercera dosis, y que no encuentran ni por asomo un lugar dónde sentarse.
5. m. y f. Persona que es o va a ser reconocida médicamente.
Este es finalmente fulanito cuando, por fin, tras esas dos horas de reloj, entra en esa sala que pensaba nunca llegaría. Allí dentro, dos enfermeros se afanan por cargar las jeringas con las dosis e inyectarlas en aquellos brazos que van relevándose incansablemente. Sí, han leído bien, solo dos personas en todo el complejo hospitalario albaceteño para una interminable e incontrolada fila de usuarios.
No sé ustedes, pero para mí, después de todo lo expuesto, la palabra «paciente» adquiere tintes casi heroicos. Raro es que nadie perdiera los nervios, sacará un arma y se pusiera a disparar a los citados a su hora, a los adelantados a su cita, a los no citados directamente y, si por casualidad por allí pasara, a la mente gestora de aquel caótico vacunódromo.