Los administrativos sanitarios reivindican su papel en la nueva tarea de rastreo de casos dentro de la sanidad pública: La Asociación de Administrativos de la Salud quiere defender esta figura profesional como un elemento clave en la gestión sanitaria de la pandemia de COVID 19. Como hemos comprobado en los últimos meses, el nuevo contexto ha requerido la implementación de nuevas funciones enmarcadas en la salud pública, como el registro de casos positivos de coronavirus y el posterior seguimiento de contactos de los mismos, lo que se ha popularizado bajo la denominación de “rastreadores”. Sin embargo, fruto de la urgencia por incorporar estos nuevos roles y de la heterogeneidad de los sistemas autonómicos de salud, no se puede hablar de una definición clara y unívoca del tipo de profesional que debe ejercer este trabajo, ni de las competencias que debe desarrollar. Muchas Comunidades Autónomas han subcontratado el servicio de rastreado, algunas de ellas al sector privado, otras han creado sistemas de comunicación como Call Center, en paralelo al trabajo realizado en centros de salud. En otras Comunidades Autónomas se está utilizando esta figura del rastreador cuya función ejercen médicos, enfermeras, etc.
Según los últimos datos recogidos por la Asociación, en 2017 en todo el territorio nacional existían aproximadamente 42.251 profesionales administrativos de la salud en la red pública. Paralelamente existen en los Servicios de Salud bolsas de empleo formadas por personal baremado capaces de hacer frente a la demanda surgida en el momento actual. Estos datos ponen de manifiesto que existe una importante dotación de recursos humanos en el área y que la formación específica de estos profesionales en las nuevas funciones de rastreo supondría una inversión menor, comparada con la nueva contratación y formación de personal, puesto que se trataría de mejorar las capacidades y especialización de un colectivo que ya existe y que ya viene desarrollando de manera habitual el manejo de bases de datos, la gestión de citas y agendas, la búsqueda de pacientes y la atención al usuario, entre otras cosas.
Así, defendemos que esta función, que consideramos sustancialmente administrativa, pueda desarrollarla el personal administrativo que forma parte del sistema de salud, siempre con la supervisión y apoyo clínico de otros colectivos como el de enfermería o los propios facultativos. La coordinación entre todas las partes de la comunidad sanitaria resulta ser la mejor estrategia para una comunicación y gestión eficiente de la información, un aspecto clave a la hora de prevenir la expansión de los contagios, como ha quedado demostrado.
La Asociación considera que durante la pandemia se ha puesto en valor el trabajo diario de profesionales de la enfermería y la medicina pero ha quedado difuminada la función del colectivo de administrativos, que, sin embargo, han asumido la relación y contacto con usuarios diariamente, atendiendo a sus demandas e incertidumbre, brindándoles apoyo e información actualizada en aras de tranquilizarles en esta situación crítica. Puesto que la emergencia sanitaria ha demostrado que el profesional administrativo ha contribuido a la prevención, promoción y calidad de la salud, ahora es el momento de tomarlo en consideración para conformar un cuerpo especializado y potente en el nuevo cometido de rastreo, logrando su capacitación no sólo para afrontar la pandemia actual sino los retos de salud pública que puedan presentarse en el futuro.
Se trata, además, de una oportunidad para la modernización de las estructuras y dinámicas laborales de nuestros sistemas de salud.
En este escenario, la Asociación de Administrativos de la salud puede jugar un papel fundamental a la hora de promover y desarrollar cursos de formación y especialización, ajustados a las demandas actuales.
Junta Directiva de la Asociación de Administrativos de la Salud