eldiario.es: Al menos las conciencias están despiertas. Y parece que cualquier acto para tratar de dejar claro el rechazo a la privatización sanitaria tiene tirón. En una tarde desapacible y lluviosa como la del viernes, una cola de personas se alargaba hasta la calle y aguardaba a que las puertas del salón de actos del Ateneo de Madrid se abriesen para repetir ese mensaje. Como atractivo, el documental de Fernando Colomo Ni un paso atrás.
Eldiario.es ha hablado con el director madrileño unas horas antes del estreno sobre este proyecto que refleja el maratón cultural que tuvo lugar el 27 de abril de 2013, en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Complutense de Madrid en apoyo a la sanidad pública. "Queríamos por un lado mostrar el maratón, todas esas personas expresándose ante la pérdida de derechos que están imponiendo, y por otro lado, recoger los actos de artistas y humoristas presentes". En aquella ocasión, tres cámaras rodaron durante 12 horas a artistas como Javier Krahe o Cristina del Valle o el actor Emilio Gutiérrez Caba. La cinta de 40 minutos –y editada por Ernesto de Nova- intercala entrevistas con profesionales sanitarios como Marciano Sánchez Bayle (de la Federación en Defensa de la Sanidad Pública) que desgranan ante Juan Delapeña las consecuencias de la privatización. "Mi hermana es médica de un centro de salud público y, al igual que la mayoría del sector, están muy concienciados con el tema", explica Colomo para relatar cómo llega a esta película.
Para Colomo "la política está en todo". Estas obras no son las únicas que reclaman el derecho a una sanidad pública de calidad, pero cuando un cineasta conocido dirige el proyecto, cobra más visibilidad. Así, el cineasta intenta aportar su experiencia a la causa. "Me involucré en el proyecto porque creo que todos tenemos que poner nuestro granito de arena en lo que creemos. Yo entiendo de cine, entonces colaboro a través del arte".
"Perdonad que estemos algo apretados, pero habrá ocasiones para estar más cómodos", pedía una de las presentadoras desde el atril al comprobar el aforo más que completo y algunas protestas por parte del público. "Es únicamente la presentación". La convocatoria ha partido de la Mesa por la Defensa de la Sanidad Pública de Madrid, un colectivo que agrupa a docenas de organizaciones vecinales, movimientos sociales, organizaciones sindicales, de usuarios, profesionales sanitarios, plataformas y el 15M. Se trata de un primer movimiento de rechazo antes de que los 50 magistrados de lo contencioso-administrativo de Madrid decidan los próximos 9 y 10 de enero sobre la adjudicación de la gestión de seis hospitales públicos a tres contratistas privados.
En el Ateneo, además del documental, se ha montado toda una batería de declaraciones y simbología. Un grupo de personas ha conformado el lema sanidad pública universal al tiempo que se desgranaban reivindicaciones desde la inclusión de los inmigrantes hasta la denuncia de la búsqueda de lucro por parte de las empresas que se quedarían con los hospitales previstos en el plan privatizador. Fernando Colomo entiende que no debe guardarse silencio: "Hace un año y medio con el mismo equipo de gente hicimos Tijeras que es casi un spot, en el que tratábamos el tema de los recortes". Realizado para el grupo de salud del 15-M, culminaba con esta frase: "Si cortamos la sanidad, cortamos la vida". Pero la cosa viene desde un poco más lejos. El autor de Tigres de papel o Los años bárbaros recuerda que dirigió hace un lustro un corto "sobre la privatización sanitaria en el que una limpiadora tenía que curarse el brazo ella misma".
Carmen Esbrí, miembro de la plataforma que ha organizado el acto, explica que planean repetir la exhibición del corto "en otras acciones de reivindicación". Y remata: "Esto ha sido sólo el primer plato".
El Gran Wyoming dirigió en 2007 El Severo me duele tras conocer de primera mano la situación que atravesaban en aquel momento los médicos del hospita Severo Ochoa de Leganés. Con el documental buscaba mostrar cómo la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid había intentado desprestigiar al hospital público Severo Ochoa para -según su relato- favorecer a la sanidad privada mediante la denuncia de supuestas sedaciones irregulares en el centro hospitalario entre 2004 y 2005 bajo la coordinación del doctor Luis Montes. El caso fue archivado por la Audiencia Provincial en 2008, cuando la sala sentenció que no se podía "llegar a la conclusión de que los imputados sean responsables de la muerte de sus pacientes", algo que defendió durante esos tres años la Asociación para la Defensa del Hospital Severo Ochoa.