eldiario.es: Una UCI pediátrica con camas distribuidas en tres plantas. Así están trabajando los sanitarios del servicio en el 12 de Octubre, el centro referente del sur de Madrid en cuidados intensivos infantiles, desde que el pasado martes las instalaciones quedaran inundadas por la rotura de una tubería. Los 15 niños y niñas ingresados están repartidos ahora en tres salas de la planta baja, la primera y la novena, y con ellos también el equipo de profesionales, lo que "dificulta" el trabajo diario, según fuentes sanitarias.
"Todo se demora porque hay costumbre de trabajar con el equipo junto y tenerlo todo a mano. Ahora se tarda más en cualquier cosa", añaden. Estos nuevos espacios temporales –reanimación de ginecología y sala de despertar, además de los dos puestos de la novena– son menos amplios y no caben sillones para las familias. En su lugar se han puesto unas sillas plegables a pie de cama donde pasan las noches los que quieran acompañar a sus hijos. El hospital les ofrece la posibilidad de ir a una sala equipada con sillones pero en otra parte del centro.
La situación se mantendrá al menos un mes, el tiempo previsto para completar las obras de la UCI, que necesita renovar las tuberías, los techos y pintar. De momento, no se derribarán, confirman desde dentro, las paredes que delimitan dos boxes independientes (el resto están separados por cortinas) pese a que los sanitarios han puesto en conocimiento la falta de espacio disponible en esas habitaciones para incluir todos los aparatos necesarios para un paciente de estas características.
La dirección del 12 de Octubre, preguntada por eldiario.es, remite al comunicado enviado el martes y asegura que los menores "reciben asistencia en unidades en las que ingresan pacientes tras cirugía o que están en estado crítico con el equipamiento adecuado para este tipo de atención".
Esta situación provoca que cada vez que ingresa un paciente haya que estudiar a qué planta se lleva teniendo en cuenta el espacio que necesita, explican fuentes de dentro del centro, que advierten de que lo que ha pasado "se veía venir".
Las goteras se han sucedido durante "mucho tiempo", dicen. "Una vez se rompió una tubería y mojó toda una pared que estuvimos secando a base de poner calefactores", cuentan. "Nunca había pasado algo tan grave como lo del martes pero lo veníamos advirtiendo. La sala ha podido estar sin pintarse más de diez años, por ejemplo".
La sala de la UCI pediátrica se encuentra vacía y tiene los techos afectados por el agua, aunque no han llegado a caerse, como sí pasó en 2016 en varias zonas del centro, cuyo mal estado llevan años denunciando sindicatos y trabajadores por falta de mantenimiento y renovación.
Las incidencias no quedaron aquí. En 2017 el estallido de una tubería de la calefacción inundó el pasillo central del servicio de urgencias. Una zona vital para el funcionamiento del área. Las unidades de diálisis y sus pacientes también se vieron sorprendidos por las goteras en julio del año pasado.
"Pueden ocurrir incidentes en una instalaciones como son las sanitarias en la que dispones de cientos de miles de metros cuadrados. En alguno puede haber alguna incidencia pero también es cierto que se han tomado medidas muy concretas para resolver los problemas de infraestructuras hospitalarias", defendió el portavoz del Ejecutuvo y consejero de Presidencia, Ángel Garrido, el día que se tuvo que evacuar la UCI. El Gobierno justifica que el año pasado se destinaron "4,2 millones de euros a obras de reparación y reforma, y este año se cuenta con un presupuesto de 8,3 millones para el mismo fin".