EL PAÍS: Varios miles de personas —entre 40.000 y 50.000 según fuentes sindicales; la policía no ha dado cifras—han recorrido esta mañana la distancia entre la plaza de Cibeles y la Puerta del Sol en contra de la privatización de la Sanidad madrileña. La marea blanca, la quinta de este año en Madrid, ha llegado sobre la una de la tarde a la sede del Gobierno madrileño, que ha publicado ya los pliegos de condiciones para que empresas privadas se hagan con la gestión de seis hospitales y 27 centros públicos de salud públicos.
La cabeza de la manifestación, tras una pancarta en la que se leía La sanidad no se vende, se defiende, el lema que se ha hecho famoso desde que el Gobierno madrileño anunció sus planes privatizadores. Los manifestantes han gritado "sanidad pública", "ladrones" o "González dimisión".
No obstante, la marcha, autorizada hasta las 15.00, transcurre en un ambiente festivo y vigilada por un reducido dispositivo policial, aunque han sido vallados lugares concretos como el Ministerio de Sanidad, los accesos a la zona del Congreso de los Diputados y la sede de la Presidencia autonómica. Durante el recorrido se ha escuchado la música de dos charangas y un coro ha versionado varias canciones con letras alusivas a la protesta.
En ese ambiente, algunos participantes en la manifestación han acudido con sus perros, entre ellos un pastor alemán guía con una camiseta azul en la que se lee "Se vende sanidad pública" y un braco con una camiseta blanca en la que está escrito "Sanidad no se vende, se defiende".
Entre los testimonios recogidos por Efe, una trabajadora de un centro de salud de Alcobendas, M.A., se ha mostrado convencida de que "los planes de privatización están prácticamente hechos, pero la gente no puede pasar y el Gobierno tiene que saber que van a seguir protestando". Esta trabajadora ha indicado que además ella es usuaria de la sanidad y que por eso le interesa "que siga siendo pública".