Acta Sanitaria: Diferentes promotores de proyectos de gestión en humanización han afirmado, con motivo del comienzo el curso 2017-2018 del ‘Foro Sanidad y Derecho‘, que actualmente hay medidas concretas, y también otras intangibles, que impulsan la humanización de la Sanidad en la Comunidad de Madrid.
El arranque de esta iniciativa formativa que, desde hace años, organiza el Hospital Universitario La Paz de Madrid nuevamente abrió sus puertas en la sala ‘Profesor Enrique Jato‘ del edificio materno-infantil, para hablar, en esta ocasión, de atención sanitaria humanizada.
En sustitución del nuevo consejero de sanidad del Gobierno de esta comunidad autónoma, Enrique Ruiz Escudero, el ya viceconsejero de Humanización de la Asistencia Sanitaria del mismo, Fernando Prados, hizo suyo el lema de la campaña: ‘Tú eres persona y te trato en tu totalidad como ser humano‘. También quiso excusar el representante del Ejecutivo regional la ausencia del exconsejero de sanidad de éste, Jesús Sánchez Martos, por la imposibilidad de gestionar su participación desde su muy reciente nombramiento.
En relación con el Foro, Fernando Prados se calificó afortunado de poder inaugurar un acto bueno para los pacientes y para los profesionales sanitarios, con el acierto de unir dos ciencias humanísticas: la Sanidad y el Derecho. Todo ello con el meritorio objetivo de cambiar las costumbres de las personas para mejorar la sociedad en la que vivimos.
Seguidamente, el responsable de la humanización en la Administración madrileña felicitó a los responsables de las iniciativas expuestas en el Foro: el proyecto HU-CI para la investigación internacional de la humanización en los cuidados intensivos; el proyecto ‘Empatía‘ del Hospital Universitario Infanta Cristina de Parla; una experiencia de paciente y los cuidados “invisibles”, o intangibles que defendió la directora del Foro, Asunción González de la Viuda.
Como preámbulo, la también coordinadora del Foro e integrante del Área Sanitaria del Hospital Universitario Infanta Cristina, Natalia Hormaechea, recordó que la participación en este encuentro, y su organización, son totalmente altruistas, y que no se cobra ni por asistir ni por ser ponente. Este aspecto no impidió, como aclaró, contar en anteriores ediciones con brillantes intervenciones, como las protagonizadas por el actual fiscal general del Estado, José Manuel Maza, y el presidente de la Audiencia Provincial de Madrid, el también magistrado Eduardo de Porres, entre otros especialistas del derecho y/o la Sanidad.
En cuanto al tema elegido de la humanización, fue Asunción González de la Viuda la que razonó que la enfermedad es un trance que hace más vulnerables y frágiles a las personas, por lo que los profesionales sanitarios deben esforzarse aún más en respetar su dignidad.
La psicóloga del Proyecto HU-CI, Macarena Gálvez Herrer, explicó que las Unidades de Ciudados Intensivos (UCI) son espacios más reducidos que las celdas del sistema penitenciario español y que muchas veces angustian a los pacientes que tienen que pasar por ellas, especialmente si precisan respiración asistida y otras medidas de soporte vital.
Aunque, según precisó la ponente, el 90 por ciento de los pacientes salen bien físicamente de la UCI, considera que hay que ponerle la ‘H‘ delante de UCI para humanizar mucho más esa experiencia. En su opinión, aún está pendiente un abordaje en profundidad de la parte emocional que conlleva pasar por estas unidades, como ya empezó a investigar en su día el doctor Gabriel Heras.
El proyecto defendido por Macarena Gálvez Herrer tiene ocho líneas de trabajo y busca dejar de tratar enfermedades para tratar personas, con iniciativas concretas, medibles y observables. Consiste, tal como describió, en hacer un traje a la medida de cada UCI, con adaptación a las necesidades particulares de las personas.
Como ejemplos, de cara a los pacientes, propuso la psicóloga ampliar los horarios de visita para los familiares y permitir a los padres participar en la higiene y la alimentación de sus hijos ingresados. En cuanto a los profesionales sanitarios, considera que tienen que mejorar en sus comunicaciones con los usuarios de la Sanidad, y entre ellos mismos, además de ser entrenados en resilencia, situaciones difíciles, estrés por compasión y los posibles estados emocionales que surgen en un UCI.
Para ello, Gálvez Herrer estima que cada hospital debe aplicar su propio protocolo. Como ejemplo, comentó el caso del Hospital San Juan de Dios de Córdoba, que permite paseos por el soleado mirador del centro asistencial, con vistas a la sierra que linda con la ciudad, con todo el aparataje necesario y las medidas de higiene preceptivas, y como aquellos otros hospitales, añadió, que están cambiando sus salas de espera por salas de estar. Estas son medidas que hacen más amable y llevadero el paso por estas unidades, especialmente si el paciente está en el tramo final de su vida.
Concluyó Gálvez Herrer con la afirmación de que no todo termina al salir de estas unidades y que ya hay muchos especialistas que hablan del síndrome Post UCI, por su alto componente emocional. Este es un problema de salud que merece una atención integral a su sintomatología, tal como sentenció.
Durante su turno, la técnico de apoyo a la Subdirección General de Humanización de la Asistencia Sanitaria del Gobierno de la Comunidad de Madrid, Adela Fernández Delgado, definió el programa de humanización autonómico como un plan ambicioso. Se trata, siguiendo su razonamiento, de continuar impulsando estrategias e iniciativas desde los centros para reforzar los aspectos humanísticos en la atención.
La estrategia busca fijar procedemientos homogéneos en todos los ámbitos asistenciales: hospitalario, urgencia extra hospitalaria y Atención primaria, con la idea de que la humanización es más que ser amable, es trabajar en cercanía con las dimensión física, emocional y espiritual del paciente. Todo ello con respeto a sus decisiones y opiniones bajo el principio de confidencialidad, de forma que la empatía y la asertividad sean las principales herramientas de los profesionales sanitarios en su rol de agentes de la humanización por excelencia, explicó Adela Fernández Delgado.
Para Fernández Delgado, el plan también fomenta las actitudes de los profesionales, mediante la formación, sin olvidar que también hay que cuidar al que cuida. Por eso se establecieron comisiones en cada uno de los 34 hospitales públicos de la región, además de crear otras 10 comisiones locales y en otros servicios como, por ejemplo, el Servicio de Urgencia Médica de la Comunidad de Madrid (SUMMA). Éste cuenta con 10 líneas de trabajo para mejorar la humanización en la hospitalización, las Urgencias, los Servicios de Oncología y los de Salud Mental, a través de 372 actividades a desarrollar en tres años; con programación anual, balances semestrales, monitorización y rendimiento de cuentas sobre todo el proceso de implantación y evaluación.
Seguidamente, la jefa de Sección del Departamento de Atención al Paciente del Hospital Universitario Infanta Cristina, Eva García-Risco, informó en relación con el Proyecto Empatía, desarrollado en su centro asistencial.
A juicio de esta ponente, el la referida se trata de una estrategia impulsada por seis imperativos positivos: “escucha, mira, preséntate, atiende, tolera, informa, aclara”. El objetivo es actuar sobre ineficiencias detectadas y teniendo como eje de trabajo el paciente, para lograr un mayor vínculo y confianza en la búsqueda de satisfacción de los usuarios del hospital. Sin olvidar, según Eva García-Risco, dedicar agradecimiento a los profesionales sanitarios, a los que algunos pacientes consideran dignos de tener una estatua en la puerta del hospital.
Tal como refirió la ponente, el plan de empatía contó desde el principio con apoyo de la Dirección del hospital, como inversión en la experiencia de paciente, mediante ilusión, impulso, implicación, interacciones (itinerario del paciente) e interpretación de los resultados sobre indicadores establecidos.
El director de Relación con Pacientes del grupo sanitario HM Hospitales, el doctor Carlos Mascias Cadavid, prefirió hablar de racionalizar, en lugar de humanizar, así como tratar con clientes y no a pacientes, personas a las que la enfermedad pone en una situación que no desean, a veces con menor libertad que los reclusos penitenciarios.
Como director Médico de su grupo asistencial afirmó que los médicos son especialistas en resolver problemas. Su trabajo es una “cadena de producción” de actos médicos, desde la Facultad hasta la jubilización, lo que les convierte en una especie de “subdelegados” de Dios en la Tierra, con cierto poder sobre la salud de las personas, sostuvo. Éstos son profesionales, en definitiva, que han sido formados para atender a enfermos, y no a personas, desde que entraron en la Facultad de Medicina.
Carlos Mascias Cadavid refirió que la Carrera, o el Grado, suele dar “cero” horas lectivas a formación en comunicación, cuando ahora lo que reclaman los ciudadanos es una mayor empatía y capacidad de escucha. No obstante, considera que la tecnología actual puede ayudar a “reconectar con los pacientes”, si los profesionales consiguen liberar parte de su tiempo, aunque también advirtió de que hay perfiles que se están convirtiendo en meros procesadores de datos, como los radiólogos y los patólogos.
Subsisten, en opinión de este ponente, ocasiones en las que los médicos se olvidan de su paciente cuando sale de la consulta, abocándole a un vía crucis de mostradores hasta lograr su próxima cita o próxima prueba complementaria. Para él, falta entrenamiento y tiempo para escuchar a los pacientes, una situación que explica que parte de la Medicina sea defensiva y que el 95 por ciento de los médicos tengan que afrontar, al menos, un proceso judicial a lo largo de su carrera.
Por todo ello, Carlos Mascias Cadavid aconsejó empezar por hacer como los británicos que, sabedores de que, al menos, pasan 60 profesionales sanitarios de media por la habitación de cada paciente que lleva ingresado cinco días, lanzaron la campaña ‘Hello my name is…‘ (‘Hola, mi nombre es…‘) con objeto de que dicho paciente pueda, por lo menos, unir algunas caras y nombres durante su estancia.
Concluyó el Foro la enfermera del Hospital Universitario La Paz y licenciada en Derecho, Asunción González de la Viuda, con una disertación sobre cuidados “invisibles”, o atenciones intangibles que procuran confort y serenidad al paciente. La meta es estimular el autocuidado con tacto humano, ética y respeto a la persona que sufre y sus familiares.
Desde su trabajo en el bloque quirúrgico de traumatología del centro de la capital de España, esta profesional sanitaria se considera plenamente capacitada para manejar todas las prótesis existentes en el mercado. Sin embargo, estima que, junto a las competencias técnicas, hay que desarrollar todavía más las espirituales.
Si es cierto que los pacientes acuden a su centro asistencial porque es el mejor, que también se lleven el mejor trato humano, subrayó De la Viuda. Hay que velar para que ningún paciente se vea a sí mismo desnudo en una camilla, antes de dormirse por efecto de la anestesia, explicó, tras lo que apuesta por extremar el respeto al pudor de la gente, tanto si son musulmanes como si son religiosas de clausura, ya que en su opinión, ya lo dejó dicho Leonard Cohen: “el amor no tiene cura, pero es la única Medicina para todos los males”, y ya es tiempo de ponerlo en práctica.