Madrid se plantea cerrar decenas de centros de salud

EL PAÍS: Cuando se acerca el verano, la Atención Primaria en Madrid redacta planes de contingencia. Se hacen, dice una portavoz de la Consejería de Sanidad, “casi todos los años” ante un “eventual problema asistencial”. El periodo estival supone un escollo en la organización de los centros de salud, con virus y sin virus. Sin covid, afrontan esos tres meses con un déficit estructural de cerca de 1.800 profesionales entre Enfermería y Medicina de Familia. Este año, con pandemia, se suman 574 plazas de médicos de cabecera y 150 de Pediatría sin cubrir. La solución de la Dirección Asistencial Centro, una de las seis en las que se divide el área sanitaria de la comunidad y de la que dependen 49 centros, es plantear una reestructuración por fases en la que el último escalón supone el cierre de 41 de esos centros.


Los ocho que quedarían abiertos concentrarían la atención de toda la población que abarcan, 1.293.973 personas de los distritos de Latina, Carabanchel, Usera, Villaverde, Chamberí, Barrio de Salamanca, Chamartín y Ciudad Lineal, según la última memoria de la Gerencia de Atención Primaria. En el documento, al que ha tenido acceso este diario, la dirección explica que “una asistencia idónea se garantiza por la permanencia de un número mínimo de profesionales en cada categoría”, y asume la falta de recursos humanos: “Teniendo en cuenta la situación actual, la organización del plan está centrada en aquellas categorías con una situación más crítica (Medicina de Familia y Pediatría), en las que es improbable la disponibilidad de recursos ante posibles eventualidades”.

Esa organización es un puzzle de escenarios basado en el cierre total o parcial de centros según las circunstancias, en la movilidad de profesionales a unos u otros consultorios y en la concentración de esas plantillas en aquellos que llaman “centros de referencia”, es decir, en los que quedarían abiertos, para que atendiesen por teléfono al conjunto de la población. La consejería afirma que “cualquier medida a adoptar, si llegara el caso, debería ser aprobada por la gerencia. Cuenta con diversos escenarios para abordar cualquier eventualidad, lo que no quiere decir o implica que se vayan a adoptar”.

Esto, dice María Justicia, médica y portavoz de Atención Primaria de la Asociación de Médicos y Titulados Superiores, no parece “una planificación sino un progresivo desmantelamiento de la Primaria” que, recuerda, ya tiene los servicios de urgencias cerrados desde hace más de un año. La llegada del virus provocó su reorganización para nutrir de profesionales a Ifema en marzo de 2020; desde entonces, los centros de salud dejaron de atender en noches, festivos y fines de semana. Y no es solo el cierre de las infraestructuras. “Es acabar con las bases de la Primaria, que son la longitudinalidad [la relación que se establece a largo plazo entre médicos y pacientes], la accesibilidad y el seguimiento continuo de tus pacientes, a los que atiendes mejor cuanto más los conoces y más los sigues”, añade.

La portavoz de la consejería asegura que esto se hace para “garantizar la asistencia”. Concha Herranz, facultativa y miembro del colectivo AP Se Mueve, argumenta que este plan “quizá tenía sentido en junio de 2020”, pero que, en 2021, “reconocer flagrantemente que no hay plantillas para cubrir las necesidades de los ciudadanos y plantear soluciones creativas ni es un plan ni garantiza la asistencia a la población. No podemos asumir que gestionar la miseria es lo correcto”.

Carencias en las plantillas

En 2019, el Ministerio de Sanidad propuso que, en ningún caso, el número de pacientes por médico superara los 1.500. Madrid tiene esa ratio en 1.657 —según los datos de abril de las plantillas de la Consejería de Sanidad—, aunque hay centros del sur de la capital que superan los 2.500. En Enfermería, la tasa media en España ronda los 1.547 habitantes por profesional, en la comunidad está en 1.879. Y en Pediatría harían falta más de 150 nuevas incorporaciones a los 926 facultativos con los que cuenta ahora.

Un letrero colgado por la plantilla en la entrada del centro de salud Los Ángeles, en Villaverde Bajo, anunciaba el pasado viernes a sus pacientes la situación: “Por causas ajenas a nuestra voluntad hoy faltan 16 de 22 médicos de familia y 1 de 4 pediatras. Disculpen las molestias”. En Carabanchel, dice el facultativo Antonio Cabrera, “llevan meses sin médicos por las tardes”. Él trabaja en el Daroca, el que quedaría abierto como “centro de referencia” en el distrito de Chamartín —a pesar de encontrarse en Ciudad Lineal— si el plan llegase a la última fase. Dice que en su centro no están “tan mal”, tienen cuatro plazas sin cubrir en el turno de mañana, “pero no es de ahora, viene de toda la pandemia”.

Ese no “tan mal”, explica, es en comparación con los que están “absolutamente ahogados”: “En Vallecas casi no tienen médicos de tarde, tienen al 50% la plantilla en diferentes turnos. Nosotros nos hemos acostumbrado a que nos falte entre un 15% y un 20% de plantilla, a lo que hay que sumar un 20% más de trabajo que supone el virus”. Es prácticamente imposible encontrar cita, incluso telefónica, antes de 14 días en gran parte de los centros de salud de Madrid. El documento incide, como premisa principal, en este sistema: “La actividad de atención primaria se centrará fundamentalmente en potenciar tanto la atención telefónica como domiciliaria”.

Igual que ha quedado redactado en el plan, la Comunidad lleva meses insistiendo en que no hay médicos para contratar. Este lunes, explicaba que “la Consejería de Sanidad se halla inmersa en la recuperación de todas las condiciones previas a la pandemia, incluida la actividad de los centros de salud”. “La realidad”, dice Herranz, “es otra y tiene que ver con las condiciones laborales con las que trabajamos en Madrid”.

Este lunes por la mañana, los residentes de Pediatría que terminan este mes de mayo inauguraban los llamamientos a escoger plaza del Sistema Madrileño de Salud. Había 45 vacantes disponibles y de los 68 nuevos facultativos que han terminado en Madrid, se presentaron seis. “Y eso que hoy [por ayer] sí se ofertaban interinidades, mañana ni siquiera, mañana son excedencias, comisiones de servicio, etcétera”, explica Herranz.

Un total de 223 residentes de Medicina de Familia se gradúan este año. Cuenta Justicia que han enviado el currículo a esa bolsa 80: “A ver cuántos acuden a coger plaza. Sabemos que tienen muchas mejores opciones que quedarse en Madrid, donde los profesionales estamos muy quemados, laboral y emocionalmente. ¿Si tienes un enfermo grave y no le pones tratamiento qué ocurre? Que acaba muriendo, esa es la situación de la Primaria”.

Algunas de las claves del informe

El objetivo del informe, se lee en el documento, es “la identificación de aquellos puntos asistenciales que están o puedan estar en una situación vulnerable por la difícil cobertura de ausencias y adaptaciones de puesto”.

La Dirección Asistencial Centro, una de las seis en las que se divide la asistencia en Madrid, plantea basarse en seis cuestiones para esa identificación: la coincidencia en el mismo centro y turno de varios profesionales con adaptaciones de puestos de trabajo en las diferentes categorías, la dificultad para encontrar suplentes para cubrir las ausencias justificadas, la presencia de incapacidades laborales de larga duración no cubiertas, el número de profesionales por turno (sobre todo en los centros de salud más pequeños), el crecimiento considerable de la actividad y la infraestructura de algunos de los centros.

Y establece una serie de “situaciones críticas, teniendo en cuenta la variabilidad existente en los condicionantes de los centros”. Estas serían tener menos de un 50% de profesionales disponibles por turno o de la plantilla total; y, “en cualquier caso, un número de profesionales inferior a los indispensables para mantener la atención presencial y domiciliaria urgente a pacientes covid y no covid”.  Para Pediatría, “al menos un pediatra disponible para covid y no covid”.

Con esos criterios, “la secuencia de reorganización en Medicina de Familia” tiene cuatro pasos. Si hay menos de tres médicos por turno, se haría un reajuste interno; si no es posible, “se valorará trasladar profesionales del centro de referencia”; si faltan para algún turno, “contemplar el cierre parcial”; y, “si no es posible garantizar la asistencia, se cerrará el dispositivo”, derivando a la población al centro de referencia.

 

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