PÚBLICO: La huelga en la sanidad pública de Andalucía ha servido para lanzar un aviso al Gobierno de Juan Manuel Moreno Bonilla (PP). O toma medidas y se pone las pilas con la sanidad, un problema para numerosos usuarios y trabajadores, o se puede convertir en una migraña para el propio Ejecutivo del PP. El deterioro de la sanidad ya contribuyó a la caída del PSOE en Andalucía y el presidente lo sabe muy bien. Los cuatro sindicatos convocantes lograron que el paro se secundase por toda Andalucía, tanto en centros de salud como en hospitales. A las 10.30 hubo concentraciones en las ocho provincias, tanto en pueblos como en ciudades, las más numerosas, lógicamente, las de las ciudades.
Las centrales afirmaron que la huelga había sido un "éxito rotundo" y que la había secundado de media un 75% de los sanitarios y denunciaron que los responsables del Servicio Andaluz de Salud (SAS) habían puesto todo tipo de trabas para tratar de "noquear" el derecho al paro. El Gobierno andaluz rebajó la cifra muy considerablemente, al 4,5%.
Los sindicatos rechazaron con toda contundencia la cifra: "Mienten —manifestó UGT— de forma descabellada. Nos han dicho de muchos centros que nadie les ha llamado, que no les han preguntado cuántas personas han ido a la huelga. Lo tendrían preparado desde ayer. No tienen vergüenza. Eso es como decir que hay 25.000 profesionales más, la gente se lo creerá, pero la realidad es la que es. La participación ha sido masiva, la gente ha salido a la calle en centros grandes, pequeños y muy pequeños".
El seguimiento "ha sido muy superior al que pensábamos", dijo a Público Pepe Toro, enfermero y delegado sindical de UGT en la Sierra de Cádiz. "La gente es muy reacia a que te quiten el sueldo del día, pero con todo lo que está pasando la acogida ha sido muy buena".
Para Toro, la clave de fondo de lo que llama "éxito" de la huelga es la sensación de que se ha perdido una oportunidad histórica de recuperarse de los recortes que se acometieron en Andalucía y en todo el país, tras la caída de Lehman y la crisis consiguiente.
"El sistema estaba debilitado, pero aún pensábamos que teníamos un sistema robusto cuando llegó el covid. La covid —prosigue Toro— hizo que viéramos la realidad del sistema: no era tan robusto. En los inicios de esta administración [la de Moreno] era todo muy halagüeño. Se hicieron una serie de promesas, se subió el precio de la guardia, se resolvieron dos oposiciones y un concurso de traslados, [pero] sobre todo en esta segunda legislatura, han quitado el pie del acelerador y vienen de una política de ajustes tremenda".
"Planteábamos que era un momento oportuno para aprovechar la covid y recuperar todos los efectivos que se habían perdido [tras la crisis de Lehmann]. En la época de la covid, el sistema contaba con 20.000 eventuales de refuerzo. De esos trabajadores, la administración nos prometía que se iban a quedar gran parte como plazas estructurales…".
Pero, según las cuentas de los sindicatos, que avisan de más movimientos si no cambia el rumbo, no sucedió tal cosa. "Exigimos al Gobierno andaluz que rectifique y nos devuelva los 15.000 compañeros que han sido despedidos en los últimos años, que cumpla los acuerdos firmados y que saque listados de bolsa que no excluyan a 250.000 personas. Es una primera advertencia y no vamos a parar si no cambian de actitud. La sanidad necesita voluntad política y el Ejecutivo autonómico tiene la vista puesta en la privatización", dijo a los medios de comunicación en el Hospital Virgen del Rocío de Sevilla, Luis González, de CCOO.
Además de la configuración de las plantillas, la actuación de la consejera de Salud, Catalina García, ha causado gran desconcierto en sus interlocutores en las mesas de negociación. El enfado con ella surge prácticamente en cada conversación con representantes de las centrales.
Los acuerdos, consideran los representantes de los trabajadores, se firman, pero no se cumplen y esto los solivianta. Y tampoco se comprende la nueva configuración de las bolsas en las que se inscriben los sanitarios para acceder a los puestos de trabajo. "Ha sido un chasco", resume Toro la sensación.
González, de CCOO, tachó directamente a la consejera de "tóxica": "Nunca habíamos tenido un millón de personas en lista de espera o un mes de demora en atención primaria, así como acuerdos que no se cumplen y fuga de profesionales".
La propia consejera, según se extrae de lo que dijo en una entrevista en Canal Sur este miércoles por la mañana, sabe que está en la cuerda floja. "Yo me siento respaldada por mi presidente y por mis compañeros en el Consejo de Gobierno, pero eso no significa que no pueda haber cambios", dijo, según recoge Europa Press.
"[Estoy] siempre preparada para lo que el presidente considere que sea lo mejor para Andalucía. Y por ahora hemos visto que ha acertado siempre a la hora de saber qué es lo mejor para Andalucía, por lo que su decisión será aceptada sin ningún problema. Creo que él sabe muy bien qué es lo que hay que hacer en cada minuto", agregó, según recoge Europa Press.
García insistió además en pedir a los sindicatos, que lo rechazaron la semana pasada, que firmen "un documento de apoyo para que Andalucía reciba lo que le corresponde" en materia de financiación autonómica. La Comunidad, en efecto, según los expertos es una de las que está infrafinanciada con el sistema actual de reparto de fondos, que ahora, después de años caducado, pretende revisarse.
"Los sindicatos que hoy están pidiendo más recursos, más profesionales, mejoras salariales, cumplimiento de todo, deben alinearse con el Gobierno de la Junta para pedir lo que le corresponde a Andalucía, ni más ni menos", agregó García.
El Gobierno lanzó este miércoles a las ocho delegaciones de Salud a aportar datos de contrataciones y a hacer balances en cada provincia. Con esta estrategia, pretenden, de algún modo, neutralizar los posibles efectos adversos de la huelga.
Salud hizo también, por otro lado, en un comunicado en un tono completamente conciliador, un llamamiento a los sindicatos para "retomar el diálogo y continuar trabajando de manera conjunta", con el objetivo de "fortalecer y mejorar el sistema sanitario público, garantizando así una atención de calidad y accesible para todos los ciudadanos": "Nos comprometemos a activar las mesas de trabajo donde se puedan discutir y consensuar las medidas necesarias para responder a las demandas del sector sanitario".
"Desde la Consejería de Salud y Consumo —remacha la nota de la consejería— entendemos y valoramos las preocupaciones que han llevado a la reciente huelga en todos los centros sanitarios, y, como no puede ser de otra manera, respetamos cualquier acción de protesta. Las voces de los trabajadores de la salud son vitales para la mejora continua de nuestro sistema sanitario público. Es fundamental que sus inquietudes sean escuchadas y abordadas de manera adecuada".