EL PAÍS: La saturación recurrente de las urgencias de los hospitales catalanes se ha cebado este viernes con las del hospital de Mataró, que acumula más de un centenar de pacientes en su servicio, 40 de ellos a la espera de ser trasladados a una cama en planta. "Llevamos tres semanas con 20 enfermos en urgencias esperando una cama de hospitalización pero hoy ya hemos llegado a una situación límite", explica Robert Pou, médico de urgencias.
El personal denuncia que tienen unos 110 pacientes ingresados en urgencias cuando el servicio dispone de 32 boxes. El hospital puso un refuerzo de una enfermera por turno para aliviar la presión asistencial de las últimas semanas pero los facultativos lo ven insuficiente. Por cada turno, las urgencias de Mataró cuentan con unos 14 médicos y dos enfermeras para atender a unos 330 pacientes diarios. "Tenemos la misma estructura que en los años 80, solo que ahora tenemos 100.000 habitantes más que en esa época", lamenta Pou.
Tanto los profesionales como la dirección del hospital aseguran que todas las camas de hospitalización disponibles están abiertas, pero el pico de pacientes ha coincidido con obras en una unidad de ingreso, por lo que hay 40 camas que no se pueden utilizar. "Esta semana hemos tenido mucha actividad de forma súbita e inesperada. Puede ser por el cambio de tiempo, porque esta no suele ser una época de mucha actividad. Son pacientes crónicos complejos que se descompensan", apunta una portavoz del hospital. El centro reconoce que, si lo habitual es que el 11% de los pacientes atendidos en urgencias necesiten ser ingresados en planta, esta cifra se ha elevado al 18% en la última semana.
Mientras el hospital asegura que se trata de una situación "puntual" que se solucionará próximamente, los trabajadores denuncian que la empresa, que perdió en 2015 la autonomía de gestión por haber hecho déficit y está atada a un plan de reequilibrio financiero, no ha puesto en marcha las medidas prometidas en el plan de viabilidad. "Iban a potenciar el hospital de día, poner más geriatras para que visitasen a los pacientes en las residencias y reforzar los equipos de atención domiciliaria, pero no lo han hecho", critica Pou.
Por su parte, el Departamento de Salud continúa adelante con su plan para descongestionar las urgencias de los hospitales catalanes. La hoja de ruta prevé reforzar las alternativas a la hospitalización tradicional y la reorganización de los dispositivos de emergencia. El objetivo es reducir un 10% los pacientes que esperan más de 24 horas en los pasillos sin cama. En cuatro años, ningún enfermo podrá estar más de un día en el servicio desde que entra en admisión hasta que es dado de alta, derivado a otro centro o ingresado en planta.