Los enfermos crónicos dan un 5,2 al sistema sanitario

EL PAIS: Quienes más frecuentemente acuden al sistema nacional de salud son quienes más insatisfechos están. En este caso, no se aplica lo de "conocerme es quererme". El II Barómetro Escrónicos, auspiciada por 19 federaciones de enfermos crónicos que representan a 350.000 pacientes, recoge que estos apenas le dan un “mediocre” 5,2 a la atención que reciben, según lo ha calificado esta mañana Millán Arroyo, de la Facultad de Sociología de la Universidad Complutense de Madrid, que es el que ha realizado el trabajo.


Es cierto, como ha señalado María Gálvez, de la Federación Española de Párkinson, que el año pasado la puntuación fue del 4,9, lo que muestra una ligerísima mejoría –que parte de los asistentes a la presentación han atribuido a que se ha pasado alfo el enfado de los afectados con el decreto que obligó a los pensionistas a pagar parte de sus fármacos, aunque la variación entra dentro del error estadístico-, pero el desencanto se percibe mejor si se comparan las respuestas de los crónicos con el Barómetro Sanitario en el que se consulta a toda la población. En el de 2013, la nota otorgada al sistema sanitario en este estudio del CIS fue del 6,41, por lo que la opinión de los crónicos es 1,2 puntos menos, un 15% inferior.

No es el único aspecto en el que la opinión de los crónicos –al fin y al cabo los mayores frecuentadores del sistema y, por tanto, quienes más en contacto están con él- es peor que la del conjunto de la población. Por ejemplo, dentro de la apreciación general hacia los profesionales, el 80% de los crónicos está muy satisfecho con su médico de familia, y el 79% con su especialista. Son números muy altos, pero inferiores a los del Barómetro de CIS: el 87,15 y el 84% respectivamente.

En la misma línea, ante la pregunta de cómo ve al sistema sanitario, el 46% de los crónicos y el 45,8% de la población general opina que “funciona bien, pero necesita algunos cambios”. El descontento de los enfermos asiduos se nota en la respuesta “funciona bien pero necesita cambios importantes”: lo piensa el 40% de los crónicos, pero solo el 26,5% del conjunto de los ciudadanos.

Otras respuestas en el mismo sentido son que el 52% de los crónicos cree que no ha habido cambios en el sistema, un 42% dice que han sido a peor y ninguno que ha ido a mejor. En la encuesta del CIS, dicen que la atención ha empeorado un 30%, y que ha mejorado el 17,4%.

Esta percepción se refleja en una serie de recomendaciones y conclusiones en el Barómetro Escrónicos. Juan Antonio Illescas, presidente de la Federación de Diabéticos Españoles, explicó que, “aunque las seis son muy importantes”, por orden consisten en “reducir los tiempos de espera, que marcan la desesperación de los pacientes; dar más y mejor información sobre los tratamientos, para pasar de un paciente pasivo a otro activo” en el manejo de su enfermedad; “mejorar la coordinación de servicios; reformar y optimizar las Urgencias”, que, si se colapsan, “es difícil que tengan calidad”; eliminar las barreras administrativas, como protocolos y normas que dificultan el acceso a los tratamientos, por ejemplo, exigiendo que las recetas pasen por un servicio de inspección y, por último, eliminar diferencias entre las comunidades autónomas.

Precisamente sobre este último punto, Antonia Gimón, de la Federación Española de Cáncer de Mama (Fecma) ha afirmado que el real decreto de abril de 2012 que modificó el copago y el derecho a la atención “ha ensanchado la brecha entre comunidades”, ya que el copago y otras medidas fueron adoptadas de distinta manera y plazo por las regiones. También criticó que “no se ha avanzado nada en una Estrategia Nacional de Crónicos”. “Cada año que pasa se pierde una oportunidad para avanzar en la transformación de un sistema orientado a los agudos a otro centrado en los crónicos”, dijo.

Esta crítica a la desigualdad es especialmente fuerte entre los crónicos. En el último Barómetro del CIS se pregunta cómo se cree que la atención en la comunidad de residencia. La respuesta más frecuente (un 39%) es que no se sabe, y luego el 32,6% dice que es igual, el 16,2% que es mejor y el 11,8% que es peor. El Escrónicos no entra en este aspecto. Gimón dijo que “cada uno está satisfecho en su comunidad”, mientras que Illescas se limitó a afirmar que querían “mejorar en todas las comunidades, que todas dieran lo mejor”.


 

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