PÚBLICO: Más de quinientas limpiadoras del Hospital Gregorio Marañón están en huelga por la privatización del servicio. El Gobierno de Isabel Díaz Ayuso ha firmado una licitación para privatizar varios servicios de limpieza. Entre ellos se encuentra el de este hospital, uno de los pocos centros que hasta ahora se ha librado de esta política que hizo habitual Esperanza Aguirre en la Comunidad de Madrid.
"Están en peligro nuestros puestos de trabajo. Con la empresa privada solo está asegurado un 20% de la plantilla. El que corresponde a las trabajadoras laborales. El resto somos estatutarias. Hemos estado años con contratos muy precarios: con suplencias de verano sin tener vacaciones o cubriendo bajas hasta de un día. Tras muchos años así, consigues un contrato de interina estatutaria que, entre comillas, da estabilidad. Pero ahora nos hacen esta jugada. ¿Se quedarán con todo el personal? No lo sabemos. Está en el aire", explica una de las trabajadoras del Gregorio Marañón y sindicalista de Mats, María Fuentes.
Fuentes es una de las 468 trabajadoras que teme por su puesto de trabajo. El resto, 117, mantendrá el empleo. Pero todas son conscientes de que sus condiciones laborales empeorarán. "Te bajan el sueldo un 20%, te pagan menos por hora, los días libres no se suelen respetar porque si falta personal tienes que trabajar. La limpieza es peor porque se recorta personal. Las condiciones no tienen nada que ver con las que tenemos ahora y que a pulso nos hemos ganado", señala otra de las limpiadoras que ha participado en la organización de la huelga, Elvira Díaz Maroto.
El SERMAS publicó el pasado 3 de junio la convocatoria de licitación de servicios de limpieza integral para sus hospitales. El lote número siete recoge la contratación externa para la limpieza de 33.201,42 metros cuadrados del Hospital General Universitario Gregorio Marañón. El valor estimado del contrato asciende a más de 7,8 millones de euros, incluyendo las prórrogas hasta 2025.
"Son muchos años partiéndote la espalda para esto", comenta otra limpiadora durante la movilización. Ella, como Díaz, pasó por la empresa privada. No quieren volver porque saben que se trabaja más y que las condiciones son peores. Así es como el sector privado saca beneficio de sus trabajadores. También lo han vivido en el propio hospital: "Hace años se privatizó el servicio de limpieza en Urgencias y esto conllevó un gran deterioro. Si hay una plantilla en el turno de tarde de cinco personas, con la empresa privada hay dos. Se quiera o no se quiera, la limpieza empeora", argumenta Fuentes.
La huelga también ha enfadado a las trabajadoras por los servicios mínimos que se han impuesto. CCOO Sanidad Madrid ha llegado a recurrir estos servicios por "abusivos" y "vulnerar el Derecho fundamental a la Huelga". Según el sindicato, el centro planteó unos servicios mínimos sobre una plantilla de 640, cuando el número exacto de profesionales en activo es de 553. La totalidad de profesionales llamados oscila entre el 75% y hasta el 100% de la plantilla.
"Es una vergüenza porque estamos trabajando hasta igual o más gente. Vienen a castigarte para que no se hable. Nos ha llamado como servicio mínimo a todas las que trabajamos en Urgencias y que nos pusimos en primera línea con la pancarta y delante de la televisión tenemos Servicios Mínimos", desarrolla Díaz.
Todo esto sucede, además, tras meses de una sobrecarga de trabajo. Aunque se hable menos de ellas, las limpiadoras han sido fundamentales para frenar al virus en los hospitales. Díaz lo explica con enfado por sentir que no se entienda esta labor imprescindible para el funcionamiento de un hospital: "Los sanitarios han trabajado como fieras, pero antes de que un sanitario entre en una habitación, entra el servicio de limpieza para que se pueda usar esa habitación. Es el primero que lucha contra el bicho. Parece que porque fregamos somos tontas o no tenemos estudios, pero no solo sabemos escurrir fregonas y también tenemos inteligencia. Nos tratan como si fuéramos lo último, pero si un hospital no está limpio no se puede atender a nadie. Eso es lo que el Gobierno de Ayuso no entiende".