Alberto Núñez Feijóo, se ha unido "silenciosamente" a lo que la marea blanca ha bautizado como el "desmantelamiento de la sanidad pública". Desde hace tres años, su Gobierno ha reorganizado la gestión de los hospitales gallegos haciendo que los comarcales que atienden a la población de varios Ayuntamientos de una zona dependan de la capital de provincia y creando, así, áreas únicas "similares a las Direcciones Provinciales del modelo franquista". Así lo ejemplifica uno de los afectados de la nueva "gestión integrada", Víctor Pariente, delegado de UGT en la Junta de Personal del hospital de O Barco de Valdeorras (Ourense).
PÚBLICO: El presidente de la Xunta de Galicia,
Este representante sindical asegura que desde que este modelo comenzó a funcionar, su centro de salud "no ha visto ni un duro" de presupuesto público. Y es que, como denuncian trabajadores y pacientes, "el que reparte se queda la mejor parte"."En dos años hemos perdido un traumatólogo, dos pediatras, un ginecólogo y un médico de urgencias", enumera Pariente. "Todo por decisión de la gerencia de Ourense, que es quien tiene todo el poder para distribuir a la plantilla de la provincia como mejor le parece", añade.
El hospital comarcal de O Barco atiende a la población de 17 Ayuntamientos del este de la provincia. Algunas personas, debido a la dispersión geográfica de la zona, tienen que desplazarse durante casi dos horas de trayecto para poder acudir a dicho centro de salud. Si tuvieran que ir a la capital provincial, ese tiempo, como mínimo, se duplicaría. "La Xunta alega que en O Barco se han incrementado las especialidades, pero es una trampa: lo que tenemos son consultas de especialistas que se desplazan 117 kilómetros desde Ourense una vez por semana y que atienden sólo las primeras citas. Después, los pacientes tienen que desplazarse a la ciudad para continuar con el seguimiento de su enfermedad y encima ahora ya no se pagan ni los desplazamientos", recrimina el delegado sindical.
Además, "no se están cubriendo las jubilaciones de los servicios de limpieza, mantenimiento y distribución de energía del hospital, porque se ha dado una concesión a una empresa y se tiende a que ese personal lo cubra la privada y esto está pasando con todos los trabajadores del Sergas [Servicio Galego de Saúde] en general", relata el delegado de UGT. "También necesitamos renovar el TAC y un laboratorio de Anatomía Patológica que no llegará nunca porque, siguiendo el modelo de Madrid, la Xunta está en proceso de centralizar estos servicios, sólo que poco a poco y sin anunciarlo", opina Pariente.
"La Xunta sigue el modelo madrileño sólo que poco a poco y sin anunciarlo", denuncia UGT
Para evitar que se siga cumpliendo el dicho popular y tener que pelear por el mejor trozo del pastel sanitario autonómico, la única provincia que se ha salvado del decretazo centralista hasta la fecha, Lugo, se ha rebelado contra Feijóo con varias movilizaciones. La última, el pasado sábado, cuando miles de personas del sur de la provincia acudieron a Monforte de Lemos a defender que su hospital "no es una sucursal" de Lugo, según informa La Voz de Galicia. En el norte, José Insua, gerente del hospital de A Costa (Burela), centro de referencia del área sanitaria de A Mariña, ha dimitido para mostrar su rechazo al plan integrador. Recientemente, según informa el diario El Progreso, ha sido sustituido por Francisco Soriano, partidario de la centralización porque -dice- "mejorará los circuitos administrativos".
En Monforte, el director del hospital comarcal, Benigno Pérez, ha preferido no posicionarse al respecto, según el citado periódico. Pero quienes sí han reaccionado han sido los ciudadanos y los trabajadores del centro que, reunidos en la Plataforma en Defensa da Sanidade Pública de Monforte (Pladesapu-Monforte), se han movilizado para intentar evitar que el "inminente" decreto [se publicará en los próximos días] salga adelante.
Este colectivo nació como tal en 2009, año en el que empezó a haber una "disminución progresiva de la actividad en el hospital comarcal, que trasladaba, por orden del gerente -nombrado por la Consellería-, cirugías al hospital de Lugo", relata su portavoz, Maribel García. Cuando la prensa comenzó a hacerse eco de dicha situación, la Xunta tomó nota y dio orden de que cesaran esos trasvases de pacientes. "Ahora hemos recuperado lo que habíamos perdido entonces, pero no del todo", lamenta García. De hecho, los trabajadores denuncian que las inversiones que la conselleira de Sanidade en aquel entonces, la actual número dos del Ministerio de Ana Mato, Pilar Farjas, prometió para Monforte nunca llegaron a hacerse realidad. "Ni 400.000 euros que dijeron que habían presupuestado para arreglar las grietas de la fachada en 2010, ni un mamógrafo digital nuevo, ni nada de nada: ni tecnología, ni recursos humanos", detalla la portavoz. Con la nueva titular de Sanidade, Rocío Mosquera, las cosas tampoco les han ido mejor, asegura el colectivo.
Sanidade: "A quien más beneficia la gestión integrada es, precisamente, a los hospitales comarcales"
Ahora, la "poca práctica" de los médicos monfortinos es la excusa que pone la Consellería para alegar que con el proyecto centralizador, que provocará que la población tenga que desplazarse 70 kilómetros hasta la capital de la provincia para poder visitar a ciertos especialistas o que los especialistas tengan que trasladarse de Lugo a Monforte, permitirá "atender procesos de mayor complejidad"."Se va a conservar el área sanitaria pero con una gestión integral; no va a desaparecer ningún hospital, sólo se van a potenciar y a hacer que cuenten con especialistas que ahora no tienen", señalan a Público fuentes de Sanidade. "Antes había Direcciones Provinciales del Sergas [Servicio Galego de Saúde]; ahora hay una gestión integral provincial que a quien más beneficia, precisamente, es a los hospitales comarcales", insisten dichas fuentes.
Una trabajadora: "Quieren reducir cuatro especialistas a sólo uno para eliminar la lista de espera: muerto el perro, se acabó la rabia"
"La calidad no se mide por número de casos mínimos", reclama la portavoz de Pladesapu-Monforte. "Eso sirve en el caso de procesos extraespecializados como pueden ser los trasplantes, pero no para los partos o las apendicitis", explica García. En su hospital, un centro que lleva casi 30 años atiendendo a la población de la ciudad y otros diez Ayuntamientos colindantes, los servicios que el colectivo pro sanidad pública ve peligrar con el proyecto centralizador son los de Maternidad y Pediatría -debido a la envejecida población-, así como las cuatro especialidades que antiguamente se reunían bajo el título de Medicina Interna: Neurología, Endocrinología, Reumatología y Neumología. "Quieren reducir cuatro especialistas a sólo uno y así se quitarán de encima la tremenda lista de espera: 'muerto el perro, se acabó la rabia'", resume García.
La centralización de servicios ya está en marcha desde hace años, además de en Ourense (que engloba a O Barco de Valdeorras y Verín), también en A Coruña, Santiago, Pontevedra y Vigo. En Lugo, las movilizaciones han conseguido pararla desde 2010, año en el que tanto Monforte como A Mariña celebraron sendas manifestaciones en contra del plan de Feijóo. Después de eso, el presidente metió la reforma lucense en un cajón y en plena campaña electoral, un año después, le sirvió como promesa para ganar votos: "El hospital de Monforte es más público y está más blindado que nunca", sentenció en un acto en la localidad, informó El Progreso. Este fin de semana, los monfortinos le recordaron sus palabras: "Lo prometido es deuda", exigían algunos carteles de la marea blanca local.
A pesar de todo, parece que su lucha está a punto de terminar. Y no como ellos esperaban. Los alcaldes de los Ayuntamientos afectados del norte y sur de la provincia se reunieron ayer con Rocío Mosquera y otros altos cargos de la Consellería de Sanidade. No regresaron a sus localidades con buenas noticias: el decreto que ordenará la gestión integrada de Lugo es, según la Xunta, "inminente".