EL PAÍS: La lista de espera para someterse a una intervención quirúrgica en Madrid se ha disparado hasta los 57.722 pacientes, según los últimos datos disponibles, de diciembre pasado. Se trata de un récord histórico. Nunca, desde que Esperanza Aguirre puso en marcha un plan con dotación específica y nuevas normas para atajar las esperas, a finales de 2004, había habido tantos pacientes aguardando para ser operados. La Consejería de Sanidad publica datos trimestrales. En el anterior corte, de septiembre, los ciudadanos en espera eran 52.628. En junio pasado, 49.139. Es decir, en apenas seis meses, el número de personas pendientes de una operación ha subido un 17,5%
También el tiempo medio que espera el paciente para operarse ha aumentado. Debido al peculiar sistema de contabilidad madrileño —que provocó que el Ministerio de Sanidad expulsara a esta comunidad del cómputo nacional en 2005— no existe una sola lista, sino tres. Solo cuando un paciente ha entrado en la llamada “estructural” se cumple la promesa electoral de Aguirre de operarle en menos de 30 días. Antes ha tenido que pasar otro mes, de media, aguardando para someterse a las pruebas preoperatorias y la visita con el anestesista (en el resto de España, se entra en lista cuando el médico indica la operación). Y si rechaza la primera opción que le ofrece Sanidad, que en muchos casos es una clínica privada, se ve penalizado con esperas que multiplican por siete las de los que se pliegan a la elección que hace por ellos la Administración.
La Consejería de Sanidad declinó ayer explicar a qué se debe el récord de pacientes en lista de espera. Sin embargo, el consejero, Javier Fernández-Lasquetty, atribuyó las cifras —las ofreció de febrero, pese a no estar publicadas— el jueves durante el pleno de la Asamblea a la huelga sanitaria de noviembre y diciembre pasados. Recordó que se cancelaron —en realidad, se retrasaron— 6.500 intervenciones quirúrgicas programadas y cerca de 50.000 consultas con los especialistas. Lasquetty afirmó que la situación en Madrid es mucho mejor que en resto de España, pero comparó sus datos de lista estructural —que no incluyen a los que ejercen la libre elección ni cuentan a los pacientes en proceso de preoperatorio— con la media española de 76 días, algo que, como demostró el ministerio expulsando a la región del sistema nacional de listas de espera, no se puede hacer, puesto que las cifras no son comparables. El consejero añadió que el 7,5% de las operaciones se hicieron en 2012 en clínicas privadas concertadas.