EL PAÍS: Por primera vez desde 2004, la satisfacción general de los usuarios con la sanidad pública cayó en 2012. El dato del Barómetro Sanitario que elaboran el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) y el Ministerio de Sanidad rompe así una tendencia creciente. Se trata, sin embargo, de un descenso pequeño (del 6,59 al 6,57 de nota sobre 10), lo que indica que el sistema —o la opinión que de él tienen los ciudadanos— aguanta mejor de lo que podría pensarse en época de recortes. O que, como se trata de una encuesta sobre apreciaciones, los ciudadanos ya descuentan el efecto crisis: como esperan que les traten peor, si luego no lo hacen tan mal salen relativamente más satisfechos. Este factor, de hecho, es uno de los que suele usarse para rebatir las conclusiones que se pueden sacar a este trabajo, que mide apreciaciones.
Uno de los descensos más llamativos se registra en las preguntas sobre si una serie de servicios (atención primaria, especializada y listas de espera, entre ellos) han mejorado, empeorado o siguen igual respecto a los últimos cinco años. Las series temporales muestran que en solo un año, entre 2011 y 2012, la percepción de que han empeorado se dispara. Por ejemplo, en 2011 solo un 11% de los encuestados creían que la primaria había empeorado. En 2012 ya son el 20%. Ocurre lo mismo con las listas de espera. Un 18% contestaban en 2011 que habían empeorado; en la última encuesta tienen esa opinión el 30%. Esto concuerda con la estimación que hizo EL PAÍS de que entre 2010 y 2012 el número de personas que esperaban para operarse había crecido un 125%, y la demora media había pasado de 32 a 72 días.
Una mayoría de ciudadanos está en contra de los copagos
“Los datos han empeorado de manera general”, opina Marciano Sánchez-Bayle, de la Federación de Asociaciones por la Defensa de la Sanidad Pública. “Reflejan las consecuencias de los recortes”. Los datos, sin embargo, muestran que la nota sigue siendo buena. “Los ciudadanos valoran bien la sanidad pública porque piensan que la alternativa es peor. Y también ven que, pese a los recortes, los profesionales intentan con mucho esfuerzo mantener el tipo”, añade. “Son los profesionales los que están salvando el Sistema Nacional de Salud”, coincide Josep Basora, presidente de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (Semfyc). “El ciudadano percibe que baja la calidad de la asistencia, sobre todo en primaria, donde se ha recortado muchísimo en personal, pero valoran al profesional”, añade.
El 70,6% de los españoles opina que la sanidad funciona muy bien o “bien aunque son necesarios algunos cambios”. Este fue el dato que este miércoles ha destacado el Ministerio de Sanidad, que en su resumen no compara con años precedentes. Al hacerlo se aprecia que en 2011 el porcentaje era del 73,1%. El anterior, el 73,9%. También en las pocas preguntas que se refieren a datos concretos se observa el deterioro. Por ejemplo, han bajado del 35,3% al 35,1% los que afirman que el especialista les vio en menos de un mes.
Aparte de las preguntas fijas, como es habitual, el ministerio ha incluido otras sobre cuestiones coyunturales. Por ejemplo, el 75,8% no está de acuerdo en que “se aumente la cantidad que actualmente abonan los/as pacientes en las recetas”. El 54,5% está en contra de que “los/as pensionistas, a partir de un determinado nivel de renta, paguen una cantidad del precio de sus recetas”. Estas son dos de las medidas del decreto que entró en vigor hace año y medio y que cambió los sistemas de copago.
Crece el apoyo a la ley antitabaco, amenazada por Eurovegas
También se pregunta por la posibilidad de que “las visitas al médico/a de cabecera y a urgencias tengan algún coste económico”. El 81,3% se manifiestan en contra. Son mayoría asimismo los que consideran que no hay que aumentar “los impuestos en la cantidad precisa para destinarlos a los servicios sanitarios públicos”: el 67,5%.
Sobre la ley antitabaco, ahora cuestionada ante la posibilidad de que se modifique con proyectos como el de Eurovegas, los ciudadanos cada vez están más satisfechos. En 2011 le daban un 7,05 a la idea de que era “una medida acertada”. Ahora le dan el 7,62. Por el contrario, pierde apoyo la posibilidad de que se suavice para “adecuarla al beneficio de los fumadores”. Esta idea recibía un 4,76 en 2011, y en 2012 cayó al 4,21.