HERALDO: En julio de 2011 había 16.899 trabajadores de hospitales y centros de salud en Aragón y, según el Registro Central de Personal de Hacienda, este verano eran 16.173. Los sindicatos denuncian que, teniendo en cuenta todas las contrataciones, la reducción supera los 3.000.
La reducción de los trabajadores de la Administración en los últimos años -Aragón ha perdido 10.000 entre 2010 y 2013- ha afectado a la mayoría de los servicios públicos, incluidos algunos tan importantes como la Sanidad. Según los últimos datos de la Secretaría de Estado de Administraciones Públicas -dependiente del Ministerio de Hacienda-, la Comunidad contaba el verano pasado con 16.173 empleados de instituciones sanitarias del Sistema Nacional de Salud (SNS), 626 menos que en julio de 2010, cuando había 16.899. La caída ha sido especialmente dura en Teruel, donde el número de profesionales se ha reducido hasta un 11% en tres años, pasando de 2.106 a 1.864.
Sin embargo, desde los sindicatos denuncian que estas cifras son mucho mayores si se tiene en cuenta la reducción de todas las contrataciones, así como las sustituciones o las jubilaciones que no se están cubriendo. "La caída real del número de trabajadores de la sanidad pública alcanza los 3.500 trabajadores menos. En 2009 y 2010 había unas 25.000 altas en la Seguridad Social, mientras que ahora rondan las 21.500", asegura Evangelino Navarro, responsable de la sección sanitaria de CSI-F.
"Esto afecta tanto al rendimiento de los trabajadores, cuya carga de trabajo ha aumentado notablemente, como a la calidad de la sanidad pública. Si reduces el número de personas que prestan un servicio, la primera consecuencia directa e inmediata es la pérdida de calidad del mismo", indica Navarro, quien pone el ejemplo de los celadores del Royo Villanova para demostrar la situación de los empleados de los hospitales y centros de salud aragoneses: "Son 70 personas y les deben más de 420 días de vacaciones, ya que la falta de contrataciones para cubrir esos huecos no les permite disfrutar de los permisos que les corresponden. Esto mismo ocurre en la mayoría de centros de salud, lo que está provocando un incremento del trabajo que no beneficia ni al personal sanitario ni a los pacientes".
Como advierten los sindicatos, esta situación está afectando a todo el personal, desde médicos y enfermeras hasta empleados de administración. "En el caso de las enfermeras, han incrementado las jornadas, por lo que es necesario contratar a más trabajadores para las sustituciones, han ajustado el personal y en épocas de vacaciones, como en verano o Navidad, cierran más plantas que antes y así se evitan hacer refuerzos", explica Ana Asín, secretaria de acción sindical del Sindicato de Enfermería (Satse) en Aragón: "Si antes había una enfermera por cada 1.200 tarjetas sanitarias, ahora hay una para 1.500. Tienen más trabajo, lo que implica que la atención no puede ser la misma y que hacen falta menos profesionales, por lo que se han perdido puestos de trabajo".
Tres promociones con poco trabajo
Según Asín, las últimas tres promociones que han salido de las facultades de Enfermería prácticamente no están trabajando o, si logran algún contrato, en rara ocasión lo hacen durante más de uno o dos meses al año. "Hay que aprovechar la crisis para cambiar el modelo y aprovechar el recurso de las enfermeras como punto de acceso al sistema sanitario", reivindica la secretaria de acción sindical del Satse.
Otra de las causas de la disminución del personal, según denuncia Navarro, es que no se están cubriendo las jubilaciones. "Solo este año se han jubilado 600 personas, y no se está cumpliendo el plan de Recursos Humanos", reclama el responsable de Sanidad de CSI-F, quien asegura que estos recortes de personal están afectando a todas las categorías de personal y tanto a los centros de atención primaria como a los de especialidades y a los hospitales de Aragón. "Hay centros de salud de Zaragoza en los que te dan cita para dentro de una semana, una demora insostenible, y las listas de espera para los quirófanos también han aumentado considerablemente a pesar de que han intentado moderarlas con medidas como la derivación de pacientes a clínicas privadas", explica Navarro.
Listas de espera
Aunque el Gobierno de Aragón lleva casi medio año sin informar sobre el estado de las listas de espera quirúrgicas, los últimos datos, del pasado mayo, indicaban que 4.300 aragoneses llevaban más de seis meses esperando para pasar ser operados, una cifra casi un 50% mayor que la de octubre de 2012.
Para aliviar esta congestión, el Servicio Aragonés de Salud ha operado a más de un millar de pacientes en horario de tarde dentro de un plan de choque con el que se han contratado a profesionales a los que se renueva mes a mes, algo que también ha originado las quejas de los sindicatos. Otro de las medidas que se tomaron, la derivación de pacientes a clínicas privadas, permitió que más de 2.000 personas fueran operadas en estos hospitales privados durante la primera mitad del año, lo que redujo unas demoras que en verano ya eran más moderadas.