PÚBLICO: Alberto Núñez Feijóo está en el disparadero como potencial alternativa a Pablo Casado para liderar el Partido Popular. Presidente de la Xunta de Galicia desde 2009 y marinero de aquel barco en el que aparecía el narco Marcial Dorado fotografiado a su lado, el ourensano transmite estabilidad como candidato alternativo a la izquierda, aunque sus recetas no difieren demasiado del neoliberalismo instalado por Esperanza Aguirre en Madrid y heredado por Isabel Díaz Ayuso. A su paso deja instalado un profundo y enraizado proceso de privatizaciones sanitarias en Galicia.
Sintomático de sus intenciones para Galicia, recién nombrado presidente de la Xunta de Galicia, Feijóo bloqueó el Plan de Mejora de la Atención Primaria lanzado por la anterior administración. La aspiración de ese paquete de medidas contemplaba la creación de 66 centros de salud. Finalmente solo se inauguraron tres.
Después de 13 años al frente de la Xunta, el sector privado ha ganado terreno en el Servicio Gallego de Salud (SERGAS) mediante conciertos público-privados, recortes de camas y el aumento de privatizaciones dentro del sistema público.
Un minucioso análisis de Manuel Martín García titulado El proceso de privatización de la sanidad pública gallega analiza todos los recortes presupuestarios y de material al que ha sido sometido el SERGAS desde que Feijóo fue nombrado presidente de la Xunta.
Entre 2009 y 2015, el presupuesto para Sanidad cayó un 18,8% en los Presupuestos de la comunidad. Tras esos años de caída, coincidentes con la crisis económica, en 2018 se volvió a recuperar el nivel presupuestario de 2009, aunque la parte principal del montante se destina al gasto farmacéutico y a conciertos con la privada. De 2016 a 2017, el gasto privado del SERMAS aumentó un 10%.
Durante los años de pandemia el presupuesto dedicado a Sanidad ha crecido al igual que en muchas otras comunidades, que han constatado inversiones récord. Sin embargo, al atender a la inversión por paciente, Galicia está la novena: 1.701,52 euros por paciente, cuando por presupuestos es la quinta de España.
La plataforma SOS Sanidade Pública, analiza el legado de Feijóo: "Se introdujeron recortes aprovechando las jubilaciones anticipadas, al no reponerlos se perdieron plazas. Cerraron centros de salud en el entorno rural y después redujo el presupuesto de la Atención Primaria, que aquí está en torno al 11%". En Galicia no se cubren ni el 10% de las jubilaciones.
La Atención Primaria no ha tenido un trato muy diferente. Entre 2009 y 2015, la inversión descendió un 22,3% y se perdieron 392 plazas de personal médico en este sector, según el libro Privatización sanitaria, coordinado por Marciano Sánchez Bayle.
Antes de que Feijóo llegara al poder en 2008, los hospitales públicos gallegos tenían 9.919 camas en funcionamiento, de las que en la actualidad quedan 8.906. Durante estos años se han perdido el 10,2% de las camas, según el Instituto Galego de Estatística (IGE).
Entre 2011 y 2017 se perdieron un 6,4% de las camas hospitalarias de Galicia
Acorde a los datos arrojados por el Catálogo Nacional de Hospitales, en 2011 Galicia tenía 10.425 camas de hospital: 8.010 públicas y 2.415 privadas. Seis años después, en 2017, se habían perdido 667 camas (un 6,4%). De esas 667, el 83,5% pertenecían al sector público.
Una de las formas habituales de la derecha para llevar a la empresa privada terreno de lo público es elaborar contratos con los que externalizar la gestión de departamentos e instalaciones.
Bajo esta estrategia se ha levantado en Galicia el Hospital Álvaro Cunqueiro de Vigo; se firmó un concierto (criticado por su falta de transparencia) con el Hospital Povisa, prorrogado por contrato por 12 años; se externalizaron los servicios del Laboratorio Central de Galicia a UNILABS (misma empresa a la que recurre el PP en Madrid); multinacionales como IBM o Indra están a cargo de la receta electrónica o el servicio de citas; y la Fundación Ramón Domínguez tiene a su cargo los Institutos de Investigación Biomédica de los principales hospitales del Sergas.
En líneas generales, durante el mandato de Feijóo se ha producido un incontestable aumento de la concentración del sector privado, que en 2019 contaba con el 23,4% de las camas hospitalarias y asumía el 25% de los ingresos hospitalarios y el 27% de las urgencias.