La Princesa desarrolla un sistema de entrega de medicamentos a domicilio con seguimiento en el móvil

EL PAÍS: Más humano, más sencillo, más ágil y más eficaz. Son los ejes principales del nuevo sistema de dispensación de fármacos proyectado por el hospital La Princesa de Madrid y que permite la entrega a domicilio de la medicación y su seguimiento a través de una aplicación móvil denominada Memopast. Con la nueva fórmula, bautizada como Princesa en casa, que está en una fase incipiente, el paciente no tendría que acudir al hospital y el facultativo podría consultar sobre efectos secundarios o incompatibilidades con otros productos.


El jefe de servicio de Farmacia del centro madrileño, Alberto Morell, explica que el nuevo modelo responde a una realidad detectada hace años y que exige soluciones. “A la complejidad de los fármacos, de alta toxicidad y que afectan a sistemas vitales, se ha unido al aumento de pacientes con necesidades de tratamientos prolongados. Algunos de ellos no están en condiciones de acudir al hospital o no deberían interrumpir su vida solo para coger una caja”, comenta. Para hacer frente a estas circunstancias, el equipo de Farmacia cambió la estructura del servicio y añadió las innovaciones tecnológicas. El resultado es un sistema que se ha implantado con éxito en un primer programa sobre 60 pacientes crónicos, oncológicos o infecciosos. “Aumentará a 100 en breve y seguirá haciéndolo hasta llegar a los 7.000 que tenemos”, advierte el farmacéutico.

El plan de entrega a domicilio cuenta con un servicio de reparto en el día que garantiza la confidencialidad del paciente y la preservación del medicamento. Cada caja cuenta con un código único que permite hacer el seguimiento del enfermo, que solo tiene que pasar el código de barras por el móvil para que quede registrado que ha sido usado en el horario prescrito.

La información se guarda en una web específica donde el médico puede consultar si se lleva el tratamiento de forma correcta. En una próxima fase se pretende que el paciente pueda añadir información sobre efectos secundarios que siente o sobre otros productos que quiera tomar y que podrían interferir con la medicación. Del mismo modo, a través del móvil, el médico o el farmacéutico pueden enviar recomendaciones o alertas.

Esta capacidad de interacción es clave en el nuevo sistema, que se distingue de las aplicaciones que son meros recordatorios de horarios. La colaboración de empresas farmacéuticas (Laboratorios Amgem, Roche, Pfizer, Celgene, Boehringer Ingelheim, Novartis, BMS, Abbvie y MSD a través de la Fundación de Investigación Biomédica del mismo hospital) y el éxito del programa hacen pensar en la generalización de este sistema y de su aplicación.

Cuando se produzca esta extensión del programa será necesario la implementación de tecnologías de la información porque el médico no podrá revisar a diario uno a uno los 7.000 expedientes del hospital. En ese momento será necesaria la inteligencia artificial para discriminar la información relevante y urgente.

Pero la ventaja se extenderá no solo a los pacientes y a su médico, sino que cualquier facultativo o farmacéutico, en caso de que el enfermo se traslade o cambie de centro, tendría acceso a información necesaria y compleja que, de otra forma, sería más difícil de transmitir.

“Hemos comprobado que si le das un canal al enfermo y al médico para hacer consultas que afectan a su vida cotidiana, se usa”, concluye Morell, quien ya piensa con su equipo en el desarrollo del sistema implantado y en otras mejoras tecnológicas.

 

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