"La gente nota el destrozo de lo público"

elDiario.es: La Asamblea de Vecinos y Vecinas de los Barrios y Pueblos de Madrid se ha organizado durante toda esta semana en 58 ciudades y pueblos de la Comunidad de Madrid en lo que ha denominado la Consulta por la Sanidad Pública. Desde el lunes y hasta el domingo, 1.700 mesas certificadas repartidas por toda la región tratan de medir el compromiso ciudadano con el derecho a la salud y la asistencia médica en la Comunidad de Madrid. “El objetivo es saber si realmente la gente apoya la sanidad pública”, explica Pepa Fernández, una de las 10.000 voluntarias de la iniciativa, que en su caso se encuentra en una de las mesas en el barrio de Puerta del Ángel de la capital.


La pregunta que se plantea en la consulta es la siguiente: “Considerando la situación de deterioro actual de la Atención Primaria, de los Servicios de Urgencia de Atención Primaria (SUAP), de los Servicios de Atención Rural (SAR) y de los Hospitales en la Comunidad de Madrid, ¿estás de acuerdo en exigir al Gobierno de la Comunidad de Madrid, como tarea prioritaria, la financiación necesaria que permita el aumento en la dotación de personal y medios sanitarios en la Atención Primaria (Centros de Salud, Servicios de Urgencia de Atención Primaria, Servicios de Urgencia Rurales) y Hospitales de la Comunidad de Madrid, para recuperar una Sanidad 100% Pública, de Calidad y Universal?”.

Aunque las consultas no son vinculantes, la idea es recabar el máximo de firmas posibles para que, una vez finalizada la semana, la asamblea de voluntarios pueda presentar los datos de participación a la Comunidad de Madrid “para que se sepa el pulso de la ciudadanía”, expresa Fernando Cano, otro de los voluntarios. De momento, el índice de participación es el esperado ya que, durante la mañana del primer día, más de 200 personas firmaron en una de las mesas de Puerta del Ángel, un barrio que tampoco es de los más concurridos en toda la comunidad.

“Ha venido gente de todas las edades, pero sobre todo gente mayor muy preocupada porque están empezando a notar en carne propia cómo se está destrozando la sanidad pública”, indica Mari Carmen Alba, una de las vecinas que gestiona esa mesa y que afirma también haber notado a los participantes más preocupados y asustados que otras veces.

Sin embargo, sigue habiendo gente reticente a votar y a expresar su disconformidad con la gestión de la sanidad pública madrileña: “Ves que están de acuerdo en que faltan recursos para la sanidad, pero no quieren participar porque una firma les causa mucho problema”, señala Fernández. De hecho, una de las vecinas que se acercó a una mesa para informarse declaró su malestar con el contexto general tanto de la sanidad como de las protestas vecinales de los últimos meses: “Creo que está todo muy politizado y no me creo nada porque hay lista de espera en todas las comunidades autónomas. Hay una batalla política en la Comunidad de Madrid con la presidenta Ayuso”, destacó la vecina, quien finalmente decidió participar.

Asimismo, los voluntarios de las mesas también se han tenido que enfrentar a insultos y acusaciones por parte de algunos que pasaban por allí. “Nos hemos encontrado de todo. Gente que nos dice que sigamos luchando y otra que viene a insultarnos”, manifiesta Alba.

El abandono de la sanidad y la falta de recursos

El desmantelamiento de la sanidad pública madrileña de los últimos años ha llevado a profesionales sanitarios, sindicatos y vecinos de todos los barrios de Madrid a manifestarse masivamente por recuperar este servicio esencial y público y pedir más recursos. Así, las consultas de estos días siguen ese camino de dichas manifestaciones convocadas para el 13 de noviembre y el 12 de febrero.
La problemática en esta cuestión, coinciden los entrevistados para este artículo, es el hecho de mezclar sanidad con política: “No quieren firmar porque creen que si estamos haciendo esto es porque estamos en contra de Ayuso y no es así”, aclara Fernández. “Estamos en contra de todo aquel que nos privatice, la salud no es un tema ideológico ni político”, señala Luís Díaz, otro de los voluntarios de una de las mesas de Puerta del Ángel.

Justamente, en este mismo barrio los vecinos notan esa falta de recursos que acaba culminando en centros de salud cerrados o sin médicos y en promesas que no se cumplen, como la construcción de uno nuevo. Es el Centro de Salud Puerta del Ángel, un local alquilado prácticamente sin médicos para la densidad de pacientes que hay y donde hace años está colocado un cartel que asegura la construcción de otro centro de salud. Según Elena González, una de las vecinas que gestiona las mesas, el problema de ese ambulatorio es que no hay suficientes médicos ni enfermeros, pero lo que más faltan son pediatras. Y no solo eso, sino que destaca el hecho de que haya un dinero público que se esté derivando a la sanidad privada. “Aquí en Madrid ya está pasando eso, a mí misma me enviaron una carta con un listado de hospitales privados donde podía ir para que me realizaran una mamografía, y todo por las listas de espera en los hospitales públicos”, expresa.

Para Díaz, la cuestión de fondo que subyace a esta situación sanitaria tan precaria son los recursos económicos: “Los gobiernos continuos en la Comunidad de Madrid han decidido invertir cada vez menos. En la COVID-19, se tendrían que haber dado cuenta de la situación, pero no han corregido ni aprendido. Dicen que no hay dinero, pero lo hay para lo que quieren”. Además de una mayor inversión, el voluntario destaca también una sanidad pública inclusiva que no deje fuera a los miles de inmigrantes que acuden a los centros y se les rechaza la asistencia médica porque, por su situación personal, pueden no estar dados de alta aún en el sistema sanitario.

Pedro María y Araceli, una pareja que decidió participar en la consulta de la mesa enfrente del Centro de Salud Puerta del Ángel, también recalcan el valor de la sanidad pública y universal, “sea del partido que sea”, dicen. Según comentan, es imprescindible mejorar la situación laboral de los trabajadores sanitarios, sobre todo para que los más jóvenes se sientan motivados: “La población sanitaria en Madrid está envejecida, la media es muy alta y los nuevos no quieren trabajar en urgencias porque son duras y se cobra poco”, explican. Critican además el mal uso del dinero público, que se malgasta en infraestructuras ya cerradas como el Hospital Isabel Zendal: “Hemos pagado toda la sanidad con creces”.

 

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