El 20 de julio el Clínico sufre su primera inundación. La segunda se produce quince días después tal y como nos contaba Doria García, del MATS."El pasillo se empezó a inundar y a inundar y, claro, ahí hay pacientes que están ingresados. El agua empezó a entrar en las habitaciones. Una señora nos contó como sus zapatillas se fueron flotando".
También en el Clínico, hace dos viernes, en pleno temporal de frío y pese a que la gerencia nos aseguró que la calefacción funcionaba correctamente, los pacientes, sus familiares y los sanitarios estaban pelados de frío. "Las enfermeras estaban con el forro polar. Yo estoy con el abrigo puesto", nos decía una paciente. El familiar de otro decía: "Hace un frío que no veas. No ponen la calefacción. Mi abuelo está con el jersey".
En el Ramón y Cajal se hundió el techo de la urgencia, de la UVI médica, el del servicio de prevención, el de Anatomía patológica (hasta en dos ocasiones) y se rompió la conducción de agua antiincendios en la planta menos cuatro e inundó los vestuarios. Javier Cordón, de MATS: "Se está jubilando personal de mantenimiento, que no lo cubren, y están entrando contratas que no conocen el Hospital de la misma manera que el personal de mantenimiento".
También hubo derrumbes de techos, por culpa de la lluvia en consultas externas y el gimnasio de traumatología de la paz. En el 12 de octubre cayó el falso techo de la unidad de medicina nuclear y se inundó el vestuario femenino.