La Vanguardia: Italia tomará medidas contra los sanitarios que no se vacunen. Así lo ha dicho el primer ministro, Mario Draghi, en una rueda de prensa respondiendo sobre el caso de enfermos contagiados por coronavirus en la región de Liguria a través de personal sanitario que había decidido no vacunarse.
"El Gobierno tiene la intención de intervenir. Es absolutamente inaceptable que el personal sanitario no vacunado tenga contacto con los enfermos", ha asegurado el mandatario italiano, avanzando que la ministra de Justicia, Marta Cartabia, está preparando una medida sobre este tema.
Todavía no está claro el tipo de sanciones que sufrirán los sanitarios que no quieran ponerse la vacuna contra la covid, pero el ministro de Sanidad, Roberto Speranza, ha señalado que se trata de una parte muy minoritaria del total del colectivo. "Intervendremos en una cuota que es muy residual y esto tiene que ser reconocido porque todos los trabajadores sanitarios han hecho una labor extraordinaria", ha remarcado.
El anuncio llega después de que el presidente de Liguria, Giovanni Toti, reclamara al Ejecutivo una ley al infectar dos sanitarios a al menos doce pacientes dentro de dos hospitales de la región. Toti urge al Ejecutivo a exponer un cuadro reglamentario claro para evitar el "caos" dentro de los centros hospitalarios.
El martes la Justicia italiana ya dictaminó que los trabajadores sanitarios que rechacen vacunarse pueden ser suspendidos de empleo y sueldo, porque prevalece la obligación de garantizar la seguridad sobre la libertad de elección sobre la libertad de elección sobre la vacunación, prevista en la Constitución de este país.
El primer ministro italiano respaldó con convicción las nuevas restricciones europeas a la exportación de vacunas y cargó contra algunas farmacéuticas que, según dijo sin citar ningún nombre, dan “la impresión de haber vendido sus productos dos o tres veces”. Así lo aseguró Draghi durante la rueda de prensa tras el Consejo Europeo en el que el italiano se puso duro con estas compañías afirmando que los europeos se sienten “engañados” por ellas. Aunque descartó un bloqueo absoluto de la exportación de las vacunas producidas en territorio europeo hacia el Reino Unido –cree que generaría “tensión política”– el mandatario aseguró que el bloqueo debe ser contra las empresas que no respetan los pactos, como es el caso de AstraZeneca. Italia ya hizo lo suyo bloqueando por primera vez un lote dirigido a Australia. La prioridad del Gobierno es acelerar la campaña de vacunación –ha prometido inocular al 80% de la población de cara a septiembre– pero hasta el momento sólo alrededor del 10% de los italianos ha recibido la primera dosis. La mayor parte de los italianos sigue en el confinamiento blando dictaminado hasta después de Pascua. De momento el Ejecutivo ya ha anunciado que después de las fiestas las escuelas volverán a abrir sus puertas incluso en las zonas más afectadas para los niños de primaria, aprovechando un leve frenazo de la pandemia. “Sabíamos que si había una mejoría lo usaríamos para la educación”, explicó el primer ministro. “Pero la situación sigue siendo muy preocupante”. Sólo este viernes Italia sumó 457 nuevos fallecidos