Historias que salieron del hospital

EL PAÍS: Los hospitales suelen ser cuna de las más grandes historias humanas. Para quienes caen enfermos y deben pasar por angustiantes procesos de curación en una clínica, esa etapa marca un capítulo determinante en sus vidas. Sus experiencias se convierten en ejemplos de fortaleza y superación que suelen quedar en el anonimato. Solo basta que un grupo de escritores encauce su talento y su sensibilidad en relatar estos testimonios para magnificar la proeza con que estas personas luchan por la vida. Ese ha sido el objetivo de Vivir a pulso (Alfaguara), un libro que reúne la biografía de varios pacientes de la Clínica Universidad de Navarra (CUN), contadas por una decena de narradores de primera línea.


Luis Mateo Díez, Bernardo Atxaga, Marta Rivera de la Cruz, Fernando Aramburu, Lorenzo Silva, Mercedes Salisachs, José María Merino, Gustavo Martín Garzo, Soledad Puértolas y Juan Manuel de Prada son los escritores que han asumido esta tarea. En vez de la ficción a la que están acostumbrados, la clínica les encomendó la labor de acercarse a pacientes de su centro médico en Pamplona y contar sus historias, las de personas de carne y hueso en situaciones reales de dolencia. Cada uno de estos relatos fue publicado por separado desde 2007, cuando se inició el proyecto, y ahora han sido compilados en este único volumen.

“Nuestros pacientes ofrecen todos los días a quienes les acompañamos una gran lección de vida y un enorme ejemplo de superación”, ha afirmado este miércoles el director general de la clínica universitaria, José Andrés Gómez, en la presentación del libro. Por eso acudieron a los escritores, porque “ellos tienen la sensibilidad para captar esas emociones”, ha explicado Gómez.

El primer relato de esta colección, hace diez años, fue La pierna de Peter Parker, de Juan Manuel de Prada. El texto cuenta la lucha de un niño ecuatoriano contra un osteosarcoma, el más común de los cánceres de hueso. Un año más tarde, en 2008, Soledad Puértolas escribió El clarinetista agradecido, que cuenta la historia de un trasplante de hígado entre dos familiares. En su caso, se encontró con el problema de que la donadora no quiso hablar con ella en ningún momento; pero debido a su importancia en la historia, Puértolas tuvo que inventar el personaje para darle sentido al relato. “Estas son historias familiares de complicidades y afectos y sobre los misterios del ser humano”, ha descrito sobre su experiencia.

En la presentación de Vivir a pulso también ha participado Lorenzo Silva, que en 2012 contó la historia de superación de Ana, una mujer con sordera progresiva que consigue recuperar la audición gracias a dos implantes cocleares. Lo que más llamó la atención del escritor fue el redescubrimiento del sonido de su personaje. “Todo suena”, le comentó ella en uno de sus encuentros, y con esa frase decidió titular el texto.

Por su parte, Luis Mateo Díez es el autor de la narración más reciente. En El cuerpo doblado, de 2016, el académico de la RAE presenta a Manuel, un paciente que afronta una enfermedad renal crónica que le ha hecho sufrir numerosas complicaciones durante toda su vida. “Su cuerpo debe ser el más vapuleado en la historia de las enfermedades”, ha dicho Díez. Aun así, el protagonista de su historia ha superado con fortaleza y optimismo cada una de sus recaídas, lo que ha sido un ejemplo de entereza para el escritor, que en cambio se ha declarado “un cagueta total”. “Esta es una epopeya de la supervivencia”, ha elogiado.

Vivir a pulso ha sido publicado con el apoyo de Penguin Random House. La editorial ha asumido los gastos de producción y distribución del libro, con la finalidad de que las ganancias sean destinadas al programa contra el cáncer infantil de la clínica. Este proyecto tiene la finalidad de encontrar una solución a los casos de niños con cáncer por medio de la investigación de la enfermedad y la ayuda a las familias en el diagnóstico y el tratamiento de los menores que la padecen.

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