Diario Sanitario: El nombre del doctor Ramón Peyró saltó a la actualidad en 2020 porque advirtió de que Albacete se quedaba sin respiradores, pero detrás de aquel mensaje desesperado había toda una carrera sanitaria. Letureño, nacido en la Plaza del Caudillo y antiguo militante del Partido Comunista de España (PCE), se jubila el jefe del Servicio de Anestesiología y Reanimación de Albacete, un hombre, de «carácter fuerte», como él mismo se define, que defiende y defenderá la sanidad pública a la que ha dedicado media vida.
El jefe del Servicio de Anestesiología y Reanimación de Albacete pide a las autoridades «que defiendan a muerte a la sanidad pública, el hospital de Albacete y su facultad de Medicina». Y es que se jubila con 70 años, a su pesar, con el temor de que se acabe por desmantelar lo que tanto costó levantar. Para Ramón Peyró el Hospital General de Albacete y la Facultad de Medicina han sido su vida. De hecho, sus tres hijos han seguido su senda. Sin embargo, se marcha tanto con el miedo como con la intención de hacer lo que sea para que la sanidad, como la ha conocido, no caiga.
Defensor de sus pacientes y de sus compañeros, de carácter tormentoso, ha tenido sus más y sus menos con todos los gerentes del Hospital General Universitario de Albacete, pero si tuviese que destacar a uno ese sería Antonio Marrón, el que lo levantó. Y si tuviera que elegir dos momentos, el primero sería hace un cuarto de siglo, cuando Albacete empezó a asumir los traumatismos craneoencefálicos en lugar de derivarlos a Murcia. Aquel paso supuso que muchos pacientes sobrevivieran en lugar de morir por el camino. También quedará en su haber la UCI Pediátrica.
Sin embargo, los momentos más duros de toda su larga trayectoria los ha vivido en su último año. Con 69 años, no dio la entrada con la salida al hospital, cuando la edad y las circunstancias aconsejaban que diese un paso atrás. Es más, cuando vio que los respiradores de clínicas veterinarias, de ONG o de quirófano ya no eran suficientes, cuando parecía que se habían quemado todas las naves, se fue a Murcia en busca de ayuda cansado de esperar las promesas de las autoridades de Castilla-La Mancha.
Se marcha orgulloso de toda la población de Albacete, que se organizó para proteger al personal sanitario; de todos y cada uno de los trabajadores del ámbito sanitario y de los compañeros de su servicio «que dieron la talla cada día». «Sacamos camas de donde no había; dio la cara todo el mundo. Me enorgullezco de Albacete», dice el primero que organizó al hospital para que saliera a la calle, con la bandera de España, para guardar un minuto de silencio en homenaje a las víctimas.
Profesor asociado de Anestesiología y Reanimación en la Facultad de Medicina, el Dr Ramón Peyró considera que la pandemia ha hecho justicia con su especialidad, al recordar a las autoridades que sin los anestesistas ni se abre un hospital ni se puede asumir el nuevo futuro que ha dibujado el coronavirus.
«Aquí dio la cara casi todo el mundo», insistía a Diario Sanitario, por teléfono, mientras se recuperaba de una reciente intervención. Y es que se marcha un jefe de servicio, pero también un paciente de los que tienen un máster en dolor. La vida le ha dado los mimbres para forjarse en ambos lados del quirófano, la del médico y la del enfermo.