EL PLURAL: Representantes de nueve asociaciones de pacientes y de colegios profesionales han presentado un informe, elaborado conjuntamente, en el que han analizado el modelo actual y las carencias de los servicios integrales de rehabilitación.
Con esta comunicación pretenden abrir un debate social sobre el servicio de rehabilitación, ya que, según las entidades, a día de hoy en Galicia “su reconocimiento legal del carácter multidisciplinar es marginal e irrelevante, además de estar ausente en la práctica asistencial. Ya que las graves deficiencias no tienen impacto efectivo sobre la gran mayoría de la población afectada”. Como ejemplo de la infradotación han puesto de relevancia la inexistencia de profesionales de Terapia Ocupacional, en hospitales como el Complejo Hospitalario Universitario de Santiago (CHUS), para la rehabilitación física de personas adultas, fundamental, por ejemplo, en el caso de personas amputadas o con daño cerebral adquirido. Además, han señalado la necesidad de cumplir la ratio recomendada por la OMS de tener un fisioterapeuta por cada 1.200 habitantes. Hoy, han aseverado en el hospital de la capital de Galicia, solo hay cuatro fisioterapeutas para una población de 384.000 personas que tiene asignadas.
Asimismo, han denunciado que en el servicio de atención temprana las niñas y los niños solo tienen dos horas de atención a la semana, únicamente de terapia ocupacional y fisioterapia. Para finalizar, entre otras medidas, también han pedido que se dote con dos especialistas en trabajo social, para velar con el cumplimiento efectivo de los derechos de las niñas y niños recogidos en la Convención sobre los derechos del niño de Naciones Unidas de 1989.
En la presentación, Fernando Abraldes, en representación de la Asociación de Pacientes y Usuarias/os del CHUS, ha afirmado que “la desproporción entre la demanda y los recursos existentes es tan grande que crea dramas humanos”. En este sentido, el presidente de FEGADACE, Luciano Fernández, ha asegurado que “hay un trasvase de recursos públicos a la parte privada, a través de conciertos, y que, como en el caso del daño cerebral, provocan que personas que viven en Santiago tengan que ser atendidas en Pontevedra”.
Para terminar, todas las asociaciones firmantes han considerado que el modelo actual “ha fracasado desde el momento en que personas que se enfrentan a decisiones vitales son dadas de alta sin información, a lo que se suma una rehabilitación tardía, parcial y escasa; además de muchas renuncias a la misma por no tener, por ejemplo, medios de transporte; así como el fomento y fortalecimiento de los servicios privados”