EL PAÍS: “Los sindicatos aceptaron el cierre de camas a cambio de las vacaciones en verano para los trabajadores”. Con el personal sanitario escenificando una vez más en los hospitales la protesta contra la supresión histórica de camas anunciada por la Xunta para este verano —prescinde de 1.200—, el portavoz del grupo parlamentario del PP en la comisión de Sanidade, Aurelio Núñez Centeno, responsabilizó ayer en la Cámara a los representantes de los trabajadores de esa decisión política. Núñez utilizó este argumento para salir al paso de las duras acusaciones realizadas por BNG —que presentó una moción instando al Gobierno gallego a dar marcha atrás en este recorte—, AGE y PSdeG, que coincidieron en valorar la decisión del Ejecutivo autónomo, “con las elevadísimas listas de espera que hay”, como el intento de la Xunta por derivar a los pacientes a los hospitales privados. La oposición descartó la existencia de criterios técnicos y lo atribuyó a “una pura elección ideológica para degradar la sanidad pública”. Personal sanitario volvió a manifestarse ayer contra esta medida tendiéndose en el suelo en los vestíbulos de algunos de los principales hospitales públicos de Galicia.
“Quieren deteriorar el servicio público para futuras privatizaciones”, acusó la representante de AGE en la comisión parlamentaria, Eva Solla, al Gobierno autónomo. Núñez Centeno replicó responsabilizando a los sindicatos y precisando, además, que “es imposible” sustituir a todo el personal de vacaciones. Su justificación fue tildada de “cinismo” por la oposición. La diputada socialista Carmen Acuña le recordó que “hay gran cantidad de profesionales esperando un contrato, pero ustedes no los hacen, solo fomentan el paro y la precariedad”, mientras la portavoz del BNG en la comisión, Montse Prado, valoraba la decisión del PP como “una vuelta de tuerca” al desmantelamiento de la sanidad pública. “Para el personal es casi insufrible la saturación de las urgencias”, añadió la diputada nacionalista.
El portavoz popular justificó además el recorte precisando que durante los meses de verano “disminuyen muchas patologías crónicas, como por ejemplo las respiratorias” y reiteró la tesis avanzada por el presidente de la Xunta hace unos días de que “en caso de necesidad, como ocurrió con el accidente del Alvia en julio pasado, se puede disponer de más camas porque están ahí”.
“No es un problema de este Gobierno, con el bipartito también se suprimían”, contraatacó Núñez Centeno el duro discurso de los grupos de oposición, que alertaron de que la decisión de prescindir de tal cantidad de camas durante el verano supondrá “el cierre de consultas, los colapsos en los servicios de urgencias y el aumento de las abultadísimas listas de espera”. El portavoz popular intentó hacer tabla rasa con el bipartito evitando dar las cifras del recorte: 600 camas cerradas en el año 2010 frente a las 1.200 de este verano, según el desglose que hizo la representante del BNG en la comisión.
“Es indignante”, clamaron los portavoces de los tres grupos de oposición contra la medida de la Consellería de Sanidade. Para BNG, PSdeG y AGE, lejos del ahorro, la medida solo supondrá una estocada “al destrozo” de la sanidad pública. “Es de un gran cinismo y es inhumano y un gran descaro cerrar camas para justificar el desvío de pacientes a la privada mientras al resto los envían a sus domicilios con esa figura del hospital en casa que se han sacado de la manga”, acusó Prado. En opinión de la nacionalista se trata solo de “comprar tecnología y darle beneficios a las empresas amigas a costa del sufrimiento y el calvario de muchísima gente”.
La moción del BNG —respaldada por PSdeG y AGE— con el propósito de que el Parlamento rechazara la supresión de las camas en verano se quedó en nada. El PP no se movió un milímetro y la rechazó con su mayoría absoluta.