Estos son los ciclos de la FP sanitaria con más demanda

EL PAÍS: La Formación Profesional sanitaria sigue pujando fuerte en España: del más de un millón de estudiantes que actualmente cursan un ciclo medio o superior de FP (aproximadamente un tercio de los que continúan estudiando al finalizar la ESO), los que se lo hacen en un ciclo sanitario constituyen el 19,23 % del total, según el Observatorio de la FP de CaixaBank Dualiza. Tres años después del estallido de la pandemia, la Sanidad encabeza la lista de las cinco familias profesionales más demandadas, seguida de Administración y Gestión; Informática y Comunicaciones; Servicios Socioculturales y a la Comunidad; y Electricidad y Electrónica. Juntas, estas cinco familias representan el 61 % del total de estudiantes, y el 71 % de las mujeres matriculadas en FP.


La buena salud de la familia profesional sanitaria se ve tanto en el número de estudiantes matriculados (197.521 el curso pasado, más del doble que 10 años antes) como en las perspectivas laborales que ofrece, en general, la FP: un 36,79 % de las ofertas de empleo requieren un título de FP medio o superior. Y aunque casi dos de cada 10 titulados optan por acceder a la universidad, la formación eminentemente práctica que reciben hace que su inserción laboral sea muy elevada. En la otra cara de la moneda está la brecha de género: si las mujeres que optan por ciclos sanitarios alcanzan el 32 %, en los hombres apenas supera el 8 %.

Ahora bien, ¿cómo escoger un buen ciclo sanitario? Lo primero, “es muy importante tener en cuenta qué le gusta estudiar y hacer al estudiante. Por el carácter práctico de la formación y del trabajo, es necesario que los alumnos sean capaces de alcanzar un alto nivel de concentración y de manejo en el laboratorio. Y luego, plantearse si le gustaría trabajar en un centro asistencial o insertarse en un grupo de investigación”, argumenta Maite Marín, directora del colegio internacional Mas Camarena, en Valencia.

Ciclos de grado medio

Entre los ciclos de grado medio con más demanda destacan, por encima de todos, dos: el de Auxiliar de Enfermería, hoy rey indiscutible, y el de Emergencias Sanitarias, quizá el que mejor proyección tiene: “Es el de mayor futuro, ya que tiene una formación importante en cuidados sanitarios y atención temprana de asistencia sanitaria que, aparte de poner en práctica en sus capacitaciones actuales, también podría servir para la atención a personas mayores en un futuro”, explica Marín.

De la demanda de los estudios de Enfermería es buena muestra, por ejemplo, el Institut del Mar, en Barcelona, donde tienen abiertas cinco líneas (tres de mañana y dos de tarde), y aun así dejan fuera a mucha gente que quisiera cursarlos y no entran. Sin embargo, desde los centros albergan algunas dudas: “A nosotros nos preocupa un poco porque es un ciclo que dura solo 1.400 horas, y en cambio es una profesión regulada en la que se trabaja con personas vulnerables, que son los pacientes. Piensa que quienes hacen Auxiliar de Enfermería son gente jovencísima que apenas ha acabado la ESO y se ha ido un año a formarse como auxiliar”, señala Montse Blanes, directora del centro.

El caso del Institut del Mar es diferente al resto: aunque se trata de un centro público, pertenece al Hospital del Mar, en Barcelona, lo cual les sirve no solo para poder disponer de los recursos materiales del centro; sino también de los medios humanos, a la hora de impartir seminarios o conferencias. El año pasado tuvieron 2.700 preinscripciones de primer año en los distintos ciclos, aunque solo entraron alrededor de 400.

¿Dónde está el problema? La juventud puede ser un obstáculo en una profesión donde el trato a enfermos requiere una madurez imprescindible. “Se trata de un ciclo corto, y eso para alumnos que acaban la ESO resulta muy atractivo. Pero a ellos, como a los que terminan el ciclo de grado medio en Farmacia y Parafarmacia, les recomendamos que sigan estudiando”, añade Blanes. La inserción laboral de unos y otros parece estar, en cualquier caso, garantizada, “porque los hospitales necesitan constantemente técnicos auxiliares en curas de enfermería, con lo cual es muy fácil encontrar empleo”. Lo mismo sucede con los auxiliares de Farmacia.

Ciclos de grado superior

La demanda y las perspectivas laborales de la FP se dejan ver con mayor claridad en ciclos de grado superior como el de Laboratorio Clínico y Biomédico, cuyas posibilidades, tanto en el ámbito asistencial como en el de investigación y farmacéutico, se verán potenciadas “por la creciente inmersión de la genética, proteómica, metabolómica y microbiología en los diagnósticos y tratamientos de la mayoría de las patologías”, señala Marín.

Otro de los ciclos superiores con más demanda es el de Imagen para el Diagnóstico, ya que los técnicos hacen cada vez más pruebas de imagen diagnóstica y un uso creciente de la ecografía, que se puede aplicar en muchas áreas y requiere de una formación muy específica; y el ciclo de grado superior de Anatomía Patológica y Citodiagnóstico. Unas formaciones que pueden cursarse de forma presencial o a distancia, gracias a buscadores de cursos como Emagister.

Por otro lado, es conveniente recordar que todos los titulados en grados sanitarios pueden trabajar también como comerciales de productos hospitalarios y farmacéuticos.

¿Es necesaria una mayor oferta de ciclos?

“La demanda actual es creciente y se va cubriendo, pero cada vez menos. Los puestos que se van quedando sin cubrir son los de técnico de laboratorio; a pesar de que cada vez hay más empresas que están relacionadas con la biotecnología y que se puede aplicar a diferentes sectores no sanitarios, como el agrícola o el cosmético”, sostiene Marín, a la vez que recuerda que, a pesar de ser estudios que muchos centros ofertan, no todos los alumnos que terminan el ciclo quieren trabajar en ello, sino que buscan continuar formándose en la universidad.

En cualquier caso, son numerosos los graduados de FP que compaginan un trabajo como técnicos y el estudio de una carrera que, frecuentemente, completan en un mayor número de años. Otros no acaban el grado universitario (y terminan buscando empleo como técnicos), y hay quienes hacen un grado universitario y recorren el camino inverso, acudiendo a la Formación Profesional para conseguir un grado que aumente su empleabilidad.

Es importante recordar, sin embargo, que el hecho de que unos estudios tengan una demanda elevada, y que incluso muchos jóvenes se queden fuera, no significa necesariamente que haya que aumentar significativamente las plazas, “porque luego a estos alumnos hay que buscarles unas buenas prácticas. [En el Institut del Mar] tenemos más de 500 horas de prácticas en centros sanitarios que son obligatorias en el currículum, y hay que buscarles sitio. Y los que no continúan con formación universitaria (por ejemplo, a Medicina) han de insertarse laboralmente”, recuerda Balnes.

Marín, por su parte, reivindica la necesidad de repensar este tipo de ciclos formativos: “Realmente, deberían estar dentro de los estudios universitarios. Para trabajar en algunos laboratorios, deben completar su formación con conocimientos altamente específicos. Y de esta formación hay muy poca oferta”. Así, pueden acceder a cursos de especialización (los másteres de la FP) como el de Cultivos celulares, Citometría de Flujo, Experimentación con animales o Edición Génica.

“Yo creo que tenemos un problema, a nivel global, de orientación laboral y académica”, sostiene Balnes. “Hay ciclos en otras familias profesionales que no se llenan... La sanidad es muy visible, pero no lo es tanto la fabricación mecánica o algunas tecnologías”, añade. “Así que tendríamos que empezar desde abajo, a ver qué orientación laboral reciben nuestros jóvenes, o cuál es el conocimiento que tienen del sector o de su realidad laboral (…). Y termina con una reflexión: “Seguramente, en grado medio, hay que tener en cuenta que son muy jóvenes y que a lo mejor algunas familias no son las más adecuadas. Igual habría que repensarlo”.


 

Error. Page cannot be displayed. Please contact your service provider for more details. (4)