Redacción Médica: A pesar de los altos estándares de calidad de salud que demuestran las estadísticas de España (es el segundo país con mayor esperanza de vida), su inversión en sanidad suele encontrarse por debajo de la media de los países de su entorno. Una evidencia que ha vuelto a demostrar el último informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), que indica que el gasto sanitario o en salud per capita español lleva estancado desde los años de crisis económica.
Entre 2009 y 2016, este indicador solo creció tres décimas, muy por debajo de la media de la OCDE, que aumentó un 1,4 por ciento. De esta manera, el gasto sanitario por ciudadano en España está en unos 2.791 euros, mientras que la media de los países desarrollados alcanza los 3.435 euros, un 23,2 por ciento más. De esta manera, queda por debajo de países del entorno europeo como Francia, Italia o Países bajos.
Esta evolución es la que en parte ha conducido a que España sea uno de los países en los que más ha aumentado el gasto privado en salud, debido a la reforma sanitaria de 2012 y los diferentes recortes de las comunidades autónomas en las prestaciones públicas, según la OCDE.
El gasto privado se incrementó 4,7 puntos porcentuales, hasta suponer el 24,2 por ciento del gasto total, dejando a España como el noveno país con mayor proporción de gasto privado en salud, de nuevo por encima de la media de la OCDE (en un 20,2 por ciento).
A pesar de ello, sí que está en la media de la OCDE en la proporción que supone el gasto sanitario dentro del producto interior bruto (PIB), un 9 por ciento.
Atención hospitalaria
Por otro lado, el informe también revela que España está entre los diez países que menos gastan en atención hospitalaria, a pesar de que supone más del 57 por ciento del total de la inversión en sanidad del país.
Esto también se debe a que España es uno de los países de que más recursos dedica a atención ambulatoria y servicios externos (un 34 por ciento).