EL PAÍS: Un total de 706.740 personas esperaban el pasado 31 de diciembre una llamada del hospital para ser operadas en la sanidad pública, según la información publicada por el Ministerio de Sanidad. Es el peor dato de esta variable en la serie histórica del Sistema Nacional de Salud (SNS), que arranca en 2003, en una cifra muy influenciada por la pandemia, que ha desajustado en los dos últimos años los flujos de pacientes entre los distintos niveles de la red pública.
La situación en el cierre de 2021 es, de hecho, muy parecida a la que había en el mismo momento dos años antes, cuando se estaba a las puertas de la que ha sido la peor crisis sanitaria en un siglo. Los 706.740 pacientes del pasado diciembre son casi los mismos que los 704.997 que había al fin de 2019, mientras que la espera media para entrar en quirófano (123 y 121 días, respectivamente) y el porcentaje de enfermos que aguardan más de seis meses para ser llamados (20,3% y 19,9%) son también casi idénticos.
La pandemia ha tenido en los dos últimos años un efecto paradójico sobre los registros. Por un lado, hizo bajar el número de pacientes incluidos debido a la dificultad de conseguir cita con el médico de familia y el especialista, pasos previos ineludibles para entrar en quirófano. Esto hizo que el número de “entradas” en la lista, según los datos de Sanidad, descendiera de los 2,47 millones en 2019 a los 1,86 millones de 2020.
Por el otro lado, también eran menos los enfermos que salían de la lista al ser operados. Si en 2019 llegaron a ser 2,05 millones de personas, al año siguiente fueron casi medio millón menos. El efecto combinado de todo ello fue que, además de ser menos, los pacientes incluidos en la lista debieran esperar mucho más y la demora media se disparara de 121 días a 170. Una situación de auténtico “tapón”, como la llaman los expertos, que en los últimos meses ha empezado a normalizarse. Los hospitales hicieron el año pasado 301.000 intervenciones más que en 2020, pero aún están a casi 200.000 de las que realizaban un año antes.
Por lo que respecta a la espera para la consulta con el especialista, la situación es algo peor a la de hace dos años. La espera media es casi la misma (sobre los 89 días), pero el número de pacientes en la lista ha crecido de 64 a 77 personas por cada 1.000 habitantes. Más de la mitad de los enfermos (el 52%) tienen que esperar más de 60 días para ver a su especialista.
Los datos publicados por Sanidad son calificados de “no malos” por José Ramón Repullo, profesor de Planificación y Economía de la Salud de la Escuela Nacional de Sanidad. “El sistema pasó en 2020 por un golpe muy duro en el que muchos quirófanos acabaron siendo espacios para enfermos de covid. Estas cifras nos muestran ahora que ha sido capaz a lo largo de 2021 de atender a buena parte de la demanda que había quedado embalsada. Esta tendencia debe consolidarse este año para acabar de recuperar la normalidad”, defiende Repullo.
María Fernández, presidenta de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (Semfyc), sí considera que queda una parte de la demanda embalsada y que a partir de ahora esta irá aflorando en primer lugar en la atención primaria. “Son muchos los pacientes que durante la pandemia han visto retrasadas sus consultas con el especialista, pruebas diagnósticas e incluso cirugías. Varios de ellos han visto como su estado de salud se ha ido viendo afectado por ello, por lo que ahora será necesario retomar desde los centros de salud su evaluación. Afortunadamente, ya estamos recuperando en gran medida la presencialidad”, afirma.
En relación a su población, son Extremadura y Cantabria las dos comunidades con más pacientes en espera quirúrgica, por encima de 23 por cada 1.000 habitantes, mientras las que menos tiene son, por este orden, País Vasco, Comunidad Valenciana y Madrid, todas ellas por debajo de 11. Por días de espera, esta es más larga en Aragón (183 días) y Cataluña (156), mientras en País Vasco y Madrid no supera los 75 días.
Por especialidades, las que más pacientes tienen esperando son traumatología (177.000 pacientes) y oftalmología (150.000), esta última sobre todo por cataratas. Por tiempo, son cirugía plástica (252 días) y neurocirugía (197) las que acumulan mayores demoras, mientras oftalmología y cirugía cardíaca son las que más rápido operan (ambas a los 81 días de media). Todas las especialidades han logrado reducir los tiempos de espera de una forma notable durante el año pasado, bajando la media hasta 123 días (32 menos que 12 meses antes).
Las comunidades en las que los pacientes tienen que esperar más para ser atendidos por el médico especialista son Aragón (180 días), Canarias (118), Navarra (109) y Andalucía (105), mientras las que tienen demoras más cortas son País Vasco (34 días), Baleares (51), Galicia y Madrid (ambas con 56 días).
Por especialidades, traumatología y neurología acumulan demoras medias de un centenar de días, mientras las más cortas se producen en ginecología (60 días) y cirugía general y del aparato digestivo (62).