diariodecastillalamancha.es: Septiembre es uno de los meses más antipáticos del calendario.
En el ámbito del hogar, septiembre aturde a los adultos con sus incomodas variaciones climáticas haciendo que, alicaídos, se arrastren por la ciudad luciendo un tostado color de piel, que se aclara por momentos, eco lejano de las más lejanas aún vacaciones playeras; asusta a los niños que ven como esa vibrante vida sin horarios de comidas, tele o sueño, se acaba porque la temida vuelta al cole is comming.
En el ámbito político, septiembre espolea la actividad de las aletargadas Cortes Regionales que se han desperezado con la comparecencia de los integrantes del nuevo Gobierno de Emiliano García-Page para exponer los objetivos de los próximos cuatro años. Es el momento de plantearse retos a superar, de ponerse metas a alcanzar.
En ambos ámbitos (a las familias en el primero y a los ciudadanos en el segundo) es un mes que preocupa por los grandes esfuerzos que la rutina septembrina nos exige a todos: de disciplina, de adaptación, económicos y de cantidades suficientes de energía para poder sobrellevarlo.
Aunque con cada edad la vuelta al cole se afronta de distinta manera, siempre tiene un ingrediente de miedo, bastante de curiosidad y mucho de vértigo, por lo que el primer día los expertos aconsejan acudir acompañados de una persona que nos aporte seguridad y confianza.
Era inevitable que en el mes del inicio del curso escolar, de entre la lista de iniciativas presentadas por el Consejero de Sanidad para su Departamento, los ojos me hicieran chiribitas al leer su intención de crear una Escuela de Pacientes.
Para asistir a esa Escuela no se precisa mochila ni transporte escolar. Un ordenador o tableta, gafas de cerca, ropa cómoda, iluminación adecuada y desde el sofá de casa, confortablemente instalados, abrir la puerta que les facilitará el acceso a los estudios de Grado de Paciente Experto / Paciente Activado que, una vez concluidos, harán de ustedes parte activa en el cuidado y garantía de su propia salud.
Por si tienen curiosidad aquí les dejo la Guía del Grado:
¿Qué es una Escuela de pacientes?
Profesionales que educan e instruyen.
Pacientes que se informan y deciden.
Personas, todas, que comparten y participan.
¿Qué motiva su creación?: la intención de mejorar la salud y la calidad de vida de las personas en general y de aquellas que padecen algún tipo de enfermedad crónica en particular.
¿Cuáles son sus objetivos?: proporcionar los conocimientos y habilidades que permitan a los alumnos entender y manejar mejor su enfermedad, así como prevenir las posibles complicaciones, lo que les permitirá ejercer un papel activo y responsable en el proceso de salud en el que ellos son los principales protagonistas. Servir como foro donde pacientes, familiares, cuidadores y profesionales sanitarios, puedan exponer sus miedos, intercambiar sus puntos de vista y compartir sus experiencias.
Perfil de ingreso: pacientes, cuidadores, familiares y asociaciones.
Cómo se imparten las clases: a distancia (plataforma on-line) y presencialmente mediante cursos, talleres, charlas y debates.
Plan de estudios: tras comparar las Comunidades Autónomas que ya cuentan con este tipo de escuelas (Canal Salud de la Generalitat de Catalunya, Escuela Cántabra de Salud, Escuela Gallega de Salud para Ciudadanos, Escuela de Pacientes de la Junta de Andalucía y Osasun Eskola del País Vasco) he llegado a la conclusión de que el programa más completo es el de la Escuela Cántabra de Salud, cuyo portal ofrece las siguientes prestaciones:
¿Qué les parece?
Mientras se pone en marcha la Escuela de Pacientes de Castilla-La Mancha, vayan pensando si hacen preinscripción o no porque debido al Sénior Boom al que estamos asistiendo (aumento del número de personas con más de 65 años) corren el riesgo de quedarse sin plaza. En cualquier caso no olviden que el cumplir años, por los problemas asociados a la edad, tarde o temprano nos conducirá, lo queramos o no, otra vez a la escuela.
Ustedes deciden si se enfrentan con optimismo y valentía a esta nueva e intimidante vuelta al cole o se niegan en redondo dispuestos a protagonizar, si hace falta, un remake de “Rebelión en las aulas” pero en versión castellanomanchega.
Teresa Suárez