Las Noticias de Cuenca: El nombramiento de Ángel Pérez Sola como nuevo gerente de Atención Integrada de Cuenca, de la que depende la gestión tanto del hospital Virgen de la Luz como de los centros de salud y consultorios de Cuenca capital y provincia, ha generado muchas expectativas entre los profesionales, que destacan de él su profesionalidad y su valía, por lo que confían en que de su mano se le de la vuelta a cuatro años de recortes y de un diálogo prácticamente inexistente entre la Gerencia y los trabajadores. “Fueron unos años en los que se tomaron medidas contra nosotros. No teníamos ni apoyo organizativo ni inversión en medios tecnológicos”, sostiene este médico de Aparato Digestivo que entre 2010 y 2014 fue jefe de servicio y entre 1999 y 2010 jefe de sección de su especialidad. Él es consciente de la expectación causada y espera no defraudar, como apuntó el mismo día de su presentación, el pasado 17 de septiembre. Pero sí pide a los profesionales y a los ciudadanos “un poco de paciencia y de tiempo, porque acabamos de aterrizar en un sistema público con muchas líneas de actuación y hay mucho que meditar, reflexionar, evaluar, priorizar. Pero lo que sí tenemos es voluntad de solucionar los problemas”, asegura.
Para quienes no le conozcan, ¿quién es Ángel Pérez Sola?
Soy un profesional de la casa que lleva 29 años trabajando en este hospital y que conoce bastante bien el centro y a sus profesionales, así como la problemática más importante. Entonces, hay más posibilidad de diálogo, de escuchar a la gente.
Como médico del hospital, sus compañeros hablan bien de usted y fue muy aplaudido en su presentación. ¿Qué le dicen estos días?
Que tenga suerte, que trabaje duro y que quieren colaborar con el equipo directivo para intentar arreglar la desorganización que hay ahora en el hospital por los recortes que hubo en la pasada legislatura. Espero que este impulso inicial y este deseo de colaborar se mantenga en el tiempo y entre todos consigamos organizar mejor la asistencia sanitaria en todos los aspectos.
Su reto es restablecer el nivel de atención sanitaria previo a los recortes. ¿Será posible? Porque hace falta financiación y el tema económico es complicado…
El tema económico es complicado pero hay muchas tareas que se pueden hacer desde el equipo directivo que no cuestan dinero o cuestan muy poco: es cuestión de organizar mejor los circuitos para el estudio de las enfermedades y para su tratamiento. Tras escuchar las aspiraciones y el relato de los problemas que sufren los profesionales, se trata de intentar organizarlo todo mejor, priorizar los recursos, utilizarlos en una vertiente en lugar de en otra para mejorar la atención sanitaria.
Se entiende que hay medidas incluidas en la hoja de ruta por la sanidad a la que se ha comprometido el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, que no deben ser muy costosas, como la recuperación del nefrólogo de guardia. ¿Se podrá hacer?
Es una guardia que se suprimió por el recorte puro y duro que está solicitada y cuya necesidad es obvia. Pero tenemos que realizar un pequeño recorrido antes de ponerla en marcha. Todo tiene un coste y ahora nosotros estamos analizando todas las posibilidades de mejora, que son muchas, mirando sobre todo su coste económico. Pero es más fácil desorganizar que organizar: esto segundo requiere de más recursos una vez que se han quitado y la situación económica no es excesivamente boyante.
Recientemente se abrió la planta sexta del hospital, lo que supone que haya 34 camas más a disposición de los usuarios. ¿Cómo está ahora mismo la oferta de camas del hospital?
Ahora mismo todas las camas asistenciales están en marcha, no hay ninguna planta cerrada. Hay camas libres, pero poco a poco, según va avanzando el otoño, se van llenando. Hoy hay menos camas libres que ayer, menos que anteayer, y conforme empiece la gripe y su afectación más importante a nivel social, los recursos serán escasos. Así que hemos planteado que nos vamos a implicar en esta cuestión con beligerancia. Hay que hacer que este recurso, que es limitado y conlleva una sobreocupación en el periodo invernal, se sobreocupe lo menos posible. Para ello hay que gestionar esta camas de la mejor manera posible con el apoyo de todos los servicios que tienen hospitalización.
¿Y eso cómo se hace?
Se hace hablando con los servicios clínicos, disminuyendo la estancia media al nivel adecuado, estableciendo otros recursos paralelos para que los pacientes que puedan evitar el ingreso, lo eviten. Hay que favorecer un acceso rápido a otras vías, como consultas de alta resolución de las diferentes especialidades. Es una cuestión que estamos poniendo en pie y ante la que algunos servicios están respondiendo. Si podemos derivar una consulta de atención rápida a los pacientes cuyo ingreso está dudoso, evitamos un ingreso y disponemos de una cama más.
¿Ya no va a haber, como en la pasada legislatura, niños y ancianos en una misma planta?
Es lo que intentamos. Es irracional que un anciano con una patología respiratoria esté en una cama de pediatría, porque las enfermeras que le atienden son las mismas que luego atienden a los niños y pueden ser vehículos de transmisión de enfermedades respiratorias en pacientes que son niños y que tienen un nivel de defensas más bajo. Como ocurre con las camas de neonatos, de lactantes, de obstetricia y de la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), son específicas y no se pueden ocupar por adultos en general.
Por lo que cuenta de las camas entiendo que contar con un nuevo hospital es necesario, que el actual se ha quedado obsoleto…
Sí, por eso hay un plan para hacer un hospital nuevo. Es cierto que no hacen falta camas a lo largo de todo el año, sino que desde mayo a noviembre se puede gestionar bien la situación con las camas que tenemos, pero de noviembre a mayo el hospital está sobresaturado.
En numerosas ocasiones se ha denunciado que las Urgencias suelen estar en muchos momentos colapsadas…
El problema de las Urgencias es que el hospital es una cadena. En ocasiones no se les ofrece salida a los enfermos que van a ingresar, que se van acumulando. Y entonces se colapsan. Si establecemos unos circuitos y hacemos que funcionen para que los pacientes, una vez que ingresen, suban rápido a la planta, en Urgencias se trabaja mejor.
De la ambiciosa hoja de ruta para devolver la sanidad a la época anterior a los recortes, ¿qué cuestiones considera prioritarias y se van a poder hacer a corto plazo?
Está anunciado el nuevo hospital, cuyas obras el consejero de Sanidad, Jesús Fernández, dijo que se reanudarían en la segunda quincena de noviembre. Para ese hospital hay un plan funcional elaborado con la colaboración de todos los profesionales del centro. Es un proyecto que no debería haber variado como tampoco lo ha hecho el proyecto arquitectónico, aunque yo sé que en la legislatura anterior hicieron algunas modificaciones. Entonces, habrá que revisar un poco ese plan para ver si se adecua a lo que los profesionales demandaron en su día. Una revisión además somera.
¿Alguna otra medida que se sepa que va a poder tomar a corto medio plazo?
La hoja de ruta es el programa máximo que ha presentado el presidente del Gobierno de Castilla-La Mancha y tendremos que llevarlo adelante. Lo que pasa es que en principio es un programa para toda la legislatura. Hay cosas que habrá que priorizar y poner en pie lo más rápido posible en relación con los recursos y otras cosas que se harán a medio plazo. Pero a nadie le cabe en la cabeza que todo ese listado de medidas se puedan tomar de forma inmediata.
¿Y se podrá aumentar plantilla como reclaman colectivos como la Plataforma de la Sanidad o los sindicatos?
Ya estamos contratando más gente que antes. Y tenemos que estabilizar la plantilla, porque hay muchos contratos eventuales que se han ido haciendo con el objeto, probablemente, de ahorrar dinero en la legislatura anterior. Se trata de que sean contratos estables, de más larga duración, y acabar con el contrato por días y mes a mes. Es una de las cuestiones que planteamos cuando nos presentamos como equipo directivo. Eso da más confianza a los profesionales, les facilita la adaptación a su puesto de trabajo, mejora la calidad de la asistencia, y el trabajo a nivel de todos los estamentos. Pero conlleva una serie de trámites, un problema burocrático al tratarse de una institución pública.
El Centro de Salud Cuenca III, de San Fernando, clausurado en la pasada legislatura al abrir el Cuenca IV, en Villa Román, ¿se podrá reabrir?
El consejero de Sanidad dijo que tenían que plantearse qué hacer con este tema. Las instalaciones del Cuenca IV, a las que se trasladó el III, son mejores, más modernas, más amplias, arquitectónicamente más agradables aunque con algún problemilla que tenemos que solucionar. Pero tenemos que pensar qué hacer con el Cuenca III y probablemente es un problema que se escapa a nuestra instancia en este momento.
Aunque se mantiene la Gerencia de Atención Integrada, Primaria va a adquirir mayor protagonismo con su propia dirección médica (Especializada tendrá otra). ¿Por qué esta nueva estructura?
En la anterior legislatura se intentó hacer una integración de los dos niveles asistenciales pero no se consiguió: según refieren los médicos de Primaria, esta fue absorbida por la Especializada. Y la Primaria tiene que tener mucho protagonismo porque es fundamental: sin ella no funciona el Área Integrada, y por tanto tampoco el hospital. A la derivación especializada, los planes de salud o la atención de urgencia en los centros de salud en una provincia tan extensa hay que darle el protagonismo que tiene la Primaria, que es total. Nosotros estamos volcados en intentar vencer esa inercia de que esté pendiente de la Especializada y hacerlo al revés. Luego se trata coordinar los niveles asistenciales con protocolos de derivación de enfermos consensuados por los servicios especializados y por la Atención Primaria para que los enfermos que tengan que ir al hospital vayan y los que no tengan que ir sean atendidos en Primaria. También hace falta mayor accesibilidad a las pruebas diagnósticas desde Primaria para que no todos los enfermos tengan que ser derivados al especialista, sino que se puedan solicitar las pruebas desde la Atención Primaria. Hay que darles más protagonismo a los profesionales. Queremos ir a todos los centros de salud de la provincia, que son 31, y hay 240 consultorios, porque hay que estar en el sitio donde se ejerce la actividad para apoyar a la gente más vulnerable, más alejada del hospital y con menos medios, que actúa más en solitario. Hay que dar confianza a esos profesionales.
¿Qué le parece que la Plataforma en Defensa de la Sanidad Pública de Cuenca, que llevaba más de tres años concentrándose para denunciar los recortes, haya suspendido temporalmente las movilizaciones?
Para nosotros es una muy buena noticia (ríe). Nosotros queremos tener una buena relación con las organizaciones sindicales, con la Junta de Personal, con los comités, con las comisiones clínicas, con las plataformas sanitarias y con las asociaciones de pacientes. Yo creo que tenemos que cambiar esa relación, ese ver a las personas que componen estas organizaciones como el enemigo. Nosotros no los consideramos así, sino que consideramos que todos, ellos también, tenemos que colaborar en la gestión de la sanidad, que es un servicio público. Por nuestra parte ya hemos empezado a recibir a las organizaciones sindicales y la impresión que parece que tienen es buena en la relación con nosotros. Queremos que esta sea fluida, con menos trabas.
En sus últimos comunicados la Plataforma consideraba que el cambio iba muy lento. No sé si teme que en un futuro, si su gestión no convence del todo, puedan recibir críticas…
Un equipo como el nuestro, en el que todos los componentes son de la misma institución, levanta muchas expectativas, porque todo el mundo quiere solucionar su problema ya, pero hay que tener cierta dosis de racionalidad, ir poco a poco. Las decisiones que se toman en este tipo de instituciones siempre tienen repercusiones porque el espacio es limitado, si priorizas una cosa no priorizas otra… Entonces, tenemos que sopesar todo mucho y que los pasos que demos sean sólidos, no haya que echar marcha atrás, y redunden en un beneficio de la asistencia: se trata de mejorar, no de meter la pata. Y para hacer estas cosas primero hay que aterrizar. La gente en la política se da cien días para empezar a criticar, nosotros llevamos dos semanas. Ya hemos hecho cosas, queremos hacer cosas, y a veces nos da la sensación de que teníamos que hacer más, pero esta es la tercera semana práctica de nuestro aterrizaje en el área. Hemos ido a centros de salud, entre ellos los tres de la capital, hemos hablado con todos los profesionales y la asistencia a las reuniones ha sido masiva. Hemos hablado con muchos servicios clínicos y profesionales que planteaban problemas serios que afectan a la institución. Se trata de que nos den poco más de tiempo y tengan un poco de paciencia.