PÚBLICO: "No sé si lo que estamos organizando será igual que la Marea Blanca ni si se podrá recuperar el mismo nivel de movilización, pero sí se está creando un clima para que los trabajadores y la sociedad vuelva a las calles", explica Rosa, una de las médicas que salió de su centro de salud el pasado lunes para la concentración de Sanitarios Necesarios. Esta es una de las plataformas que ha nacido a raíz de la pandemia para reclamar una sanidad pública, de calidad y universal. Fue una de las trabajadoras que participó en la Marea Blanca en su principio.
Rosa, como muchos otros, creen que hay una oportunidad de volver a crear un movimiento popular que ponga por delante de los intereses empresariales la vida y los cuidados. "La idea conservadora de que no hay alternativa al modo de vida impuesto por el hipercapitalismo en el que vivimos se desmorona. Se hace evidente que no hay alternativas porque el sistema político democrático se vio obligado a dejar de discutir las alternativas. Como fueron expulsadas del sistema político, las alternativas entrarán en la vida de los ciudadanos cada vez más por la puerta trasera de las crisis pandémicas, de los desastres ambientales y los colapsos financieros", plantea el sociólogo Boaventura de Sousa Santos. En este momento estamos ahora.
Jesús García es jefe de estudios de un instituto madrileño. Estuvo en el 15-M y en las Marchas de la Dignidad: "Entonces el malestar era general entre el profesorado. Después se pasó. No mejoró realmente nada, pero nos acostumbramos a los recortes y a una precariedad que impedía dar una educación de calidad a todos los alumnos. Pero la crisis ha acentuado esto y ahora hay más enfado".
"La educación online hace que esto sea prácticamente imposible. Y más con los ratios que tenemos", recuerda. Varias organizaciones de profesores se unieron este jueves en la plataforma Alianza por la Pública para reclamar, entre otras necesidades, más contrataciones para garantizar el derecho a la educación y combatir la precariedad de los profesores que están, por ejemplo, en interinidad. La Comunidad de Madrid cesó a los docentes interinos y suspendió los llamamiento para cubrir las bajas al inicio de la pandemia.
Estas plataformas no tienen nada que ver con las mareas que se crearon ante la crisis económica de 2008, pero siguen una línea de sucesión. Las concentraciones en los hospitales y en los centros de salud con 'Sanidad Pública' como proclama recuerdan a aquellas manifestaciones que se organizaron frente a los recortes de los gobiernos del PP.
En el foco también está el rechazo a las privatizaciones que ya ha iniciado el Gobierno de la Comunidad de Madrid en servicios del Hospital Niño Jesús y en el Gregorio Marañón.
"No sólo los trabajadores, la sociedad civil en sí también se ha organizado y empoderado", explica Marta Reyes, una de las muchas voluntarias de las distintas redes vecinales que se han organizado en la Comunidad de Madrid. Desde estas plataformas se han organizado bancos de alimentos, se ha llevado comida a los hogares de los más vulnerables y se han preparado concentraciones frente a las caceroladas contra el Gobierno a las 21 horas.
La Marea de Residencias también se ha activado tras ver la situación tan dramática que han vivido los mayores por la crisis del coronavirus. Agustín Ambrosio, uno de los 26 familiares que se ha querellado contra la Comunidad de Madrid por presuntos delitos de homicidio imprudente, prevaricación y denegación de auxilio en las residencias, recuerda que ya estaban organizados desde mucho antes de que comenzara la pandemia. Pero la emergencia ha puesto en el foco a este movimiento y, sobre todo, a nuestros mayores, los grandes olvidados de las políticas sociales.
Falta perspectiva para saber cómo acabará esto, aunque los cimientos están puestos. "Necesitamos estar indignados, muy indignados. Necesitamos inspirarnos por el tipo de movimientos de masas que han derrocado a los gobiernos en momentos de crisis anteriores", indica Naomi Klein en una entrevista en El Salto sobre el futuro que espera.