PÚBLICO: El Gobierno de Isabel Díaz Ayuso ha tomado la decisión de mantener "cerrado" el Hospital Enfermera Isabel Zendal, a pesar de la situación de saturación que llevan viviendo las Urgencias hospitalarias de la Comunidad de Madrid todo el invierno. Ni las imágenes de pacientes esperando en los pasillos, ni la cancelación de cirugías en varios centros han sido motivo suficiente para que la Consejería de Sanidad utilizara el hospital estrella de la presidenta, creado para situaciones de emergencia, para rebajar la presión asistencial en el resto de centros.
La joya de la corona de Ayuso, que ya ha supuesto un gasto de 220 millones de euros a la Comunidad de Madrid, se edificó en tiempo récord durante la pandemia (teniendo en cuenta que en esta autonomía hay centros de salud y escuelas públicas que llevan 20 años pendientes de terminar).
El hospital está compuesto por tres naves industriales y tiene capacidad para abrir hasta 1.000 camas y 40 UCIs, aunque carece de habitaciones como tal, quirófanos y tampoco hay cocinas.
Sin embargo, en estos momentos apenas acoge a unos 40 pacientes de rehabilitación. Desde el sindicato CCOO han explicado a Público que, aunque la consejera de Sanidad, Fátima Matute, decidiera empezar a derivar enfermos de otros hospitales saturados, la situación no mejoraría, pues el Zendal tampoco dispone de plantilla propia.
Las personas ingresadas allí son atendidas por profesionales procedentes de otros centros sanitarios que trabajan allí en turnos rotativos o que van como "voluntarios".
"El Zendal, cuando se ha utilizado, siempre ha sido a costa de retraer personal de otros sitios. Ahora, en plena epidemia de gripe, detraer personal facultativo de otros hospitales sería funcionalmente imposible. El objetivo es conseguir que el hospital tenga su centro de gasto y su personal propio", ha expresado en la misma línea Javier Ortega, presidente de Atención Hospitalaria de AMYTS.
Aunque este jueves la situación parece haberse estabilizado, los sanitarios advierten de que la saturación "no resulta ninguna novedad" y que, al igual que los incendios se apagan en invierno, con previsión, este contexto se podría haber evitado.
Los sindicatos denuncian que desde 2010 ya hay 1.000 camas menos, a pesar del aumento de población. Lo que ha hecho que el número disponible por cada 1.000 habitantes pase de 3,37 a 3,05 en el mismo período.
Como consecuencia, a principios de esta semana el Hospital Gregorio Marañón tenía a más de 100 personas esperando ser hospitalizadas. En Getafe había 26 enfermos sin cama y siete con cama, pero pendientes de subir a planta. "Se ha suspendido parte de la agenda quirúrgica, y la planta de cirugía está la mitad ocupada por pacientes quirúrgicos y la otra mitad con pacientes respiratorios", denunciaban fuentes de CCOO.
En el 12 de Octubre o en Alcalá de Henares la cosa era similar. Mientras que en La Paz y en el Severo Ochoa también se han cancelado cirugías para liberar espacios, con la mirada puesta en estar prevenidos de cara a otro futuro colapso.