El Periódico de Extremadura: El Servicio Extremeño de Salud (SES) derivó el año pasado a la sanidad privada a 28.687 pacientes. De estos, 1.327 usuarios de la sanidad pública fueron operados en la privada y otras 27.360 fueron derivados para someterse a pruebas diagnósticas, las dos causas por las que el sistema deriva a pacientes a clínicas concertadas, según los datos facilitados por la Consejería Sanidad y Políticas Sociales.
Los conciertos con la sanidad privada para intervenciones quirúrgicas (a través del programa Paracelso) y pruebas de diagnóstico (mediante el programa denominado Galeno) se utilizan habitualmente y desde hace años como complemento del servicio sanitario público para aliviar las listas de espera y dar respuesta a los pacientes que superan los plazos establecidos en la Ley de Tiempos de Respuesta de Atención Sanitaria Especializada en Extremadura (180 días para intervenciones quirúrgicas y 30 días para pruebas diagnósticas) o para evitar precisamente que superen esos plazos.
En su mayoría estas derivaciones se pueden realizar sin que haya una reclamación previa del usuario, aunque en algunos casos sí se llega a presentar una queja sobre todo por los retrasos en ser atendido. «Los centros concertados se ofrecen a los pacientes para que de manera voluntaria la acepten o no», explican fuentes de la Consejería de Sanidad y Políticas Sociales.
NUEVOS CONCIERTOS / Para ello, el Servicio Extremeño de Salud dispone de un convenio con los centros y clínicas privadas de la región que supone unos ocho millones de euros al año. Ese convenio se renovará en los próximos meses porque según el SES, siguen siendo necesarios ante la elevada lista de espera (a fecha 31 de diciembre 148.533 usuarios estaban pendientes de una cita del SES y el 52% de estos superaba ya los plazos legales para ser atendido). Para ello, está previsto que este año se mantenga el mismo presupuesto para estas derivaciones (unos 8 millones), según la consejería, cuyos convenios (hay otros servicios concertados, como por ejemplo las ambulancias) se renovarán en los próximos meses a través de un concurso público.
Pero no se derivan a todos los que están por encima de los plazos que marca la ley, sino que las derivaciones se realizan en función de antigüedad, por prioridad en la listas de espera y por prioridad clínica. Todo ello siempre que el paciente acepte que el servicio sanitario se le ofrezca en un centro concertado. Generalmente hay menos reticencias a acudir a la sanidad privada para realizarse a pruebas de diagnóstico que para someterse a intervenciones quirúrgicas.
ECOGRAFÍAS Y RESONANCIAS / En concreto, el mayor volumen de derivaciones a la privada se realizaron el año pasado para las pruebas de diagnóstico. Ecografías y resonancias magnéticas son las que más se realizan fuera de la sanidad pública (ver gráfico), con más de 23.000 entre ambas, pero también dentro del SES. TAC y mamografías son otras de las pruebas que más se derivan: casi 3.000 entre ambas el año pasado, seguidas de densiometrías (491) y ecografía-doppler, que estudia el flujo sanguíneo en las arterias y venas grandes en brazos y piernas (275). Además, durnte el 2016 también se enviaron a clínicas privadas 98 pruebas de tránsito, 41angiotac y cinco urografías (radiografías del riñón).
En cuanto a operaciones, las que más se derivan son aquellas relacionadas con las especialidades que soportan mayores listas de espera como Traumatología (595 derivaciones en 2016), Urología (230), Oftalmología (189) y Cirugía Plástica y Reparadora (182). El aumento del envejecimiento está directamente relacionado con las largas listas de espera en servicios como Traumatología y Oftalmología, entre otras.
Las cifras varían con los años. Durante el 2014 el SES envió a las clínicas privadas (previo consentimiento) a unos 33.300 pacientes –casi 1.300 para intervenciones quirúrgicas y otras 32.000 para pruebas diagnósticas, lo que supuso un coste de casi ocho millones de euros. En el 2015 las derivaciones aumentaron hasta los 41.200 pacientes y en 2016 vuelven a reducirse hasta las 28.600 personas, según los últimos datos facilitados por el SES.