El programa que ayuda al médico a comunicarse con los inmigrantes

EL PAÍS: Este verano se probó por primera vez en los centros sanitarios españoles un software financiado por la Unión Europea para ayudar a los inmigrantes a acceder a los servicios sanitarios en países europeos. Los investigadores recibieron 3,6 millones de euros para desarrollar el programa, que puede utilizarse en ordenadores portátiles y en tabletas para responder a las preguntas de los usuarios en su idioma natal, o para verlos y poder interpretar sus gestos manuales o sus expresiones faciales y luego explicar lo que quieren decir. El programa está adaptado y pensado para los inmigrantes de Oriente Próximo y del norte de África.


“Es posible que los inmigrantes que llegan a países europeos desconozcan totalmente el sistema sanitario”, explicaba Leo Wanner, el investigador que dirige el proyecto Kristina, a la revista de investigación interna de la Comisión Europea Horizon.

“Nuestro agente podría analizar sus problemas en función de su edad, su emplazamiento, su sexo y otras variables, para poder decirles en su idioma nativo dónde tienen que ir”, señalaba Wanner, que es catedrático de lingüística computacional en la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona.

El software se probó este verano en Barcelona y en Tarragona. La financiación de la Unión Europea (UE) para la investigación a través del programa Horizonte 2020 se acaba el próximo año, pero los investigadores esperan conseguir que el software esté disponible como aplicación.

El programa puede responder a las preguntas de los usuarios en su idioma natal e interpretar sus gestos manuales o sus expresiones faciales

La Organización Mundial de la Salud (OMS) quiere que los Estados miembros de la UE dediquen más recursos a la salud electrónica, y afirma que puede capacitar a los pacientes y fomentar la innovación. La Comisión Europea tiene previsto anunciar nuevas medidas relacionadas con los servicios sanitarios digitales a finales de este año. En julio, el ejecutivo de la UE abrió una convocatoria de tres meses para recabar información pública sobre temas como el acceso transfronterizo a los datos sanitarios y el análisis de datos de los registros sanitarios digitales.

Las herramientas sanitarias digitales pueden “servir de ayuda en la transición de un modelo sanitario basado en los hospitales a un modelo integrado y centrado en las personas” y permitir que “los ciudadanos accedan a sus datos sanitarios en cualquier lugar de Europa”, escribió la Comisión cuando inició la consulta pública el mes pasado.

En una revisión intermedia de su programa insignia de mercado único digital, el pasado mayo, la Comisión afirmó que hay que hacer más esfuerzos para que todos los ciudadanos puedan, con total privacidad y confianza, acceder y transferir su historial sanitario electrónico completo al recibir atención médica en el extranjero.

Un segundo prototipo del proyecto Kristina se centra en los inmigrantes turcos ancianos y en los asistentes sanitarios polacos en Alemania. El software puede mantener conversaciones en alemán y en turco, y ofrece consejos sobre los cuidados para enfermos de demencia y una alimentación saludable.

“Si una persona mayor saluda al agente virtual con una voz un poco deprimida por la mañana, lo reconocerá y le preguntará cuál es el problema. Le preguntará si durmió mal o buscará algo que pueda hacer para animarla. Por ejemplo, podría recordarle que su familia va a venir a visitarla esa tarde”, le detallaba Wanner a Horizon.

Los investigadores del proyecto Kristina presentan su herramienta como una manera de mejorar la atención sanitaria y reducir los costes para los sistemas sanitarios de los países de la UE.


 

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