EL PAÍS: El Hospital de Manises (Valencia) pasará a la gestión directa de la Consejería de Sanidad el próximo martes, 7 de mayo, día en que expira el contrato de concesión administrativa que entró en vigor hace 15 años y que no será prorrogado tras una decisión adoptada por el anterior Gobierno del Botànic y ratificada por el actual Ejecutivo, en manos de PP y Vox. El centro, gestionado por Sanitas y que da cobertura a 200.000 personas, se convertirá en el cuarto departamento de salud de la Comunidad Valenciana con concesión administrativa que ha pasado a la gestión directa tras el de Alzira (Valencia), que lo hizo en 2018, el de Torrevieja (Alicante), en 2021, y el de Dénia (Alicante), el pasado 1 de febrero.
El único hospital con concesión administrativa que quedará en la Comunidad Valenciana es el de Elche-Vinalopó (Alicante), gestionado por Ribera Salud y cuyo contrato actual expira el 1 de junio de 2025, aunque el departamento de Sanidad que dirige Marciano Gómez ya ha aclarado que los informes de los que dispone sobre el mismo “aconsejan seguir con la concesión”.
La Consejería de Sanidad y el Ayuntamiento de Manises firmaron un convenio el 24 de octubre de 2005 —gobernaba entonces el presidente Francisco Camps, del PP— para la construcción en esta localidad (31.573 habitantes) de un hospital con 180 habitaciones individuales y más de 200 camas, edificado sobre una parcela de 27.000 metros cuadrados lindante con el término municipal de Quart de Poblet.
En febrero de 2007 se colocó la primera piedra y en 2009 se inauguró este Hospital, un centro público de gestión privada cuya concesión se adjudicó en septiembre de 2006 al consorcio Sanitas-Ribera Salud, aunque en 2012 este último cerró un acuerdo para el proceso de venta de su participación en el centro hospitalario.
Su puesta en marcha fue criticada por partidos como el PSPV-PSOE o Compromís, que lo consideraron un “nuevo paso” para la “privatización” de la sanidad valenciana, y acusaron al PP de defender un sistema “privatizado, ineficiente e injusto, pero que da muchos beneficios a las empresas”. El 4 de mayo de 2023, el departamento autonómico de Sanidad, entonces en manos del Botànic —PSPV, Compromís y UP—, informó de que había comunicado al departamento de salud de Manises que no prorrogaría el contrato de gestión, que finalizaba este 7 de mayo de 2024, y le trasladó un cronograma para la entrega de la documentación necesaria para poder llevar a cabo la reversión al sistema sanitario público.
El nuevo Ejecutivo autonómico, de PP y Vox, hizo un informe de la situación de esta concesión administrativa antes de decidir si prorrogaba el contrato o si el departamento pasaba a la gestión directa. Tanto ese informe como el clima social y laboral generado en el mismo, unido a la necesidad de garantizar la seguridad jurídica, fueron “determinantes” para seguir adelante con la reversión. Tras esta decisión, desde la Xarxa d’Alcaldes del departamento de salud de Manises han advertido de que estarían vigilantes para que el proceso de reversión a la gestión pública se haga “con todas las garantías” y no perjudique a la ciudadanía.
En el departamento de salud se ha atendido a la población protegida de más de 200.000 ciudadanos de 14 municipios, a los que se suman más de 75.000 que han pedido la Libre Elección para que Manises fuera su centro de referencia, indica la empresa concesionaria.
Tres meses antes, en febrero pasado, otro departamento de salud, en este caso el de Dénia, pasaba también a la red de gestión directa de la Generalitat después de 15 años en régimen de concesión administrativa privada a cargo de la sociedad Marina Salud. Acabó así un contrato firmado en 2009 que el Gobierno del Botànic decidió, al igual que el caso de Manises, no prorrogar otros cinco años. De esta forma, los cerca de 1.400 trabajadores que integraban el departamento, encabezado por el Hospital de Dénia, pasaron a tener nómina pública.
La gestión de ambos departamentos fue privatizada por el anterior gobierno del PP y formaban parte del plan sanitario que puso en marcha Eduardo Zaplana en 1999. El actual consejero de Sanidad, del PP, prometió una transición planificada, rigurosa y ordenada”.