Diario Sanitario: La inauguración de la reforma del Hospital de Hellín (Albacete), víctima de un incendio el 28 de mayo, ha tenido como protagonista a Arturo Ibáñez, jefe de Suministros que murió de coronavirus. «Era uno de nuestro valores dentro del aprovisionamiento», ha reconocido el consejero de Sanidad, Jesús Fernández, en el acto de inauguración, donde se le ha rendido homenaje en memoria de las miles de personas que han muerto víctima del COVID-19.

El Hospital de Hellín se recuperaba del coronavirus, de su etapa más complicada, cuando el 28 de mayo de 2020 los trabajadores empezaron a oler a quemado. A las seis de la tarde, se empezaba a ver el humo negro en la calle.

No hicieron falta ni mapas ni protocolos. Todo el mundo corrió a su planta y con un temple que aún hoy nadie se explica, personal sanitario, familiares y pacientes bajaron a la calle llevando a pulso a quien no podía moverse.

Diez minutos tardó el personal del Hospital de Hellín en evacuar a 44 pacientes mientras que una densa columna de humo negro crecía sin control.
El Hospital de Hellín nació en 1990 y, pequeño y familiar, ha ido creciendo sin apenas lista de espera y con unas comodidades y una gestión que ya la quisiera para él el de Albacete. De hecho, recientemente estrenaba resonancia.

Hoy, autoridades políticas y sanitarias, desde el presidente de la Diputación, Santiago Cabañero, hasta el consejero de Sanidad, Jesús Fernández o el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, se han trasladado hasta Hellín para inaugurar la reforma, que sella la recuperación del hospital después del incendio. Pero también se ha rendido homenaje a quienes como Arturo Ibáñez han perdido la vida en la primera línea de una pandemia que aún no ha terminado.

Obras Artísticas

Desde hoy, además, el Hospital dispone de dos obras artísticas que homenajean el trabajo y lucha tanto de pacientes como profesionales frente a la pandemia.
La primera de ella se encuentra en el jardín, junto a la puerta principal, y es una intervención escultórica realizada por el hellinero Manuel Contreras.
La segunda es un mural de Marisol Gorem, vecina de la ciudad y graduada en Bellas Artes, que ha realizado un mural con el que representa el valor de la herencia de nuestros mayores y con el que agradece al personal el trato recibido por su padre y abuelo, cuando enfermaron de COVID-19.