EL PLURAL: El Hospital de Getafe, al sur de Madrid, permite a los celadores realizar autopsias a cadáveres, según denuncia una trabajadora de este centro, que asegura que es habitual que los celadores hagan unas funciones que corresponden a patólogos y técnicos especializados. El centro público niega estas prácticas y reconoce que no están entre sus funciones.
“Te dicen que es fácil, que los compañeros que están te van a ayudar. Y que hay que hacerlo y ya está, sí o sí”, explica a ElPlural.com la celadora, que ha protestado ante sus jefes inmediatos, sin que hayan hecho nada por revertir la situación. Lleva trabajando en el hospital desde 2006 a través de contratos eventuales y comenzó en Anatomía Patológica hace dos años, en las mismas condiciones laborales.
“El primer día que me enfrenté a una necropsia fue muy duro. Un miedo… estaba estupefacta. El responsable de la tarde me dijo: ‘Hay que hacerlo sí o sí, esto paga nuestra hipoteca’. Tal cual”, narra la trabajadora.
“Después de firmar el contrato, vi la ley marco sobre celadores, en la que se dice lo que debemos hacer y lo que no. Empezamos a rebelarnos. No somos personal sanitario, no podemos tocar ningún cuerpo porque es una labor de los patólogos”, continúa explicando la trabajadora.
“Ellos usan la psicología y te dicen: ‘tú sí que vales…’. Yo no sabía ni dónde estaba cuando la patóloga me dijo la primera vez: ‘corta aquí, allí…’. Pasó todo tan rápido…. El patólogo de turno se encarga de la mitad del cuerpo y nosotros de la otra mitad”, desvela. Aparte de esta función que el hospital permite a los celadores, estos hacen el trabajo que sí les concierne: trasladar el cadáver, cambiar cubos, mover biopsias, limpiar la sala.
Sobre su segunda vez, la trabajadora narra que hizo la autopsia “con una residente sin experiencia. Igual me ocupé de la mitad del cuerpo, y una patóloga mirándonos y dándonos las indicaciones. Increíble. Cuando terminamos, me dejaron sola en la sala, limpiando todo. Cuando se hacen las 9.30 o 10 de la noche, siempre te dicen: ‘me tengo que ir, tengo que sacar a los perros, tengo… Esto lo hacéis vosotros”.
“Te quedas tú ahí cosiendo el cadáver. Luego llamas al que se ocupa de llamar al tanatorio. Y te quedas limpiando la sala y te dan las 2 o las 3 de la mañana, porque la sala se tiene que quedar impoluta”, subraya la trabajadora. A la pregunta de si le pagan esas horas extras aclara que no. El salario de un celador ronda los 1.100 euros al mes.
“Me quejo al día siguiente a mis jefes, y ellos se dedican a darme la enhorabuena: ‘ves que no es para tanto. Han hablado muy bien de ti las patólogas’. Me animan. Salen más autopsias. Te exigen que vayan preparando el cadáver antes de que ellas lleguen: ‘vete cortando, y tal…’. Y así uno día tras otro”, reconoce la celadora.
El viernes pasado, en la tarde, todo cambió cuando llamaron para realizar una necropsia y no había ningún patólogo en el hospital. “Las patólogas estaban en su casa. A las 5.30 de la tarde no había nadie en este servicio”, asegura.
La trabajadora pidió al médico que llamara a la patóloga porque “es entre médicos que deben hablar”. Según pudo saber a través de una técnica de laboratorio, la patóloga había llamado para dar las instrucciones de que ‘fuera haciendo el cadáver hasta que ella llegara’. “Esta técnico me dijo: ‘¡Qué morro tiene la patóloga, baja gente!”.
“Decidí que no lo iba a hacer. Primero porque no sabía si se trataba de una víctima de Covid, y segundo porque no estoy preparada para hacer ese trabajo, si no está la patóloga presente”, confiesa.
La jefa de Servicios le recriminó por teléfono que se negara a realizar el servicio. Le dije que “no me niego, pero sabes que el trabajo que os estoy haciendo es ilegal’. Me respondió: ‘a mí no me cuentes historias, me da igual. Si no vales para hacer este trabajo, no haber firmado el contrato. Si no lo haces, tendré que hacer unas llamadas y te tendré que sacar del servicio”.
“Empecé a llorar muy nerviosa y en un ataque en ansiedad, hasta que colgué el teléfono. Luego pensé: ¿cómo he sido yo tan idiota de aceptar hacer esto? Esta gente nos está utilizando para hacer su trabajo y ellos en casa, con guardias localizadas”, reconoce la celadora.
Ella asegura que es un secreto a voces en el hospital que hay celadores que hacen las necropsias solos, sin que haya un patólogo, durante los fines de semana.
“Soy una celadora, pero las necropsias no son mi trabajo. Muevo pacientes, limpio. Pero esa función del patólogo no es mía y no sé hacerla sola. Y me indigna que en ese servicio no hay nadie responsable”, insiste la trabajadora.
Según explica, la intervención de celadores en necropsias es una práctica muy antigua, de “hace años”, que se dejó de hacer por la protesta de estos trabajadores, según le han acarado colegas de otros hospitales. Lamenta no contar con el apoyo de sus compañeros en su denuncia, especialmente los representantes del sindicato CSIF, del que es afiliada. “Son celadores como yo, aunque liberados por sus funciones sindicales”.
La trabajadora señala que hace cinco años otro celador de hospital denunció la situación, pero el asunto quedó en nada. Según asegura, no hay ninguna necesidad de que los celadores realicen ese trabajo, ya que hay patólogos suficientes en el centro.
El Plural se ha puesto en contacto con el Hospital de Getafe para conocer su versión de los hechos. Fuentes autorizadas han respondido que “los celadores del Servicio de Anatomía Patológica no realizan autopsias en el centro sanitario. Estos profesionales desarrollan únicamente actividades de ayuda, como auxiliares de los patólogos del Servicio”.
El hospital reconoce que el trabajo de los celadores se limita al “transporte y movilización de los cuerpos, su colocación en la mesa de trabajo, limpiar y preparar el instrumental y ayudar al amortajamiento”.
Las mismas fuentes precisan que las funciones de los celadores “están recogidas en el Real Decreto 1790/2011 de Cualificaciones Profesionales del Ministerio de Presidencia y en la Resolución de 22 de mayo de 1981 de la Dirección General del Insalud (Ministerio de Sanidad)”.
Tanto en el Real Decreto como en la citada Resolución de 1981 queda claro que las funciones del celador son el traslado del cadáver, la preparación de la mesa y el instrumental, la manipulación de muestras, la limpieza y colaborar con el personal sanitario en todo aquello que no requiera la utilización de instrumental sobre el cadáver.